miércoles, 6 de junio de 2012

Feria del Libro de Madrid 2012: Encuentro entre Maurizio de Giovanni y Lorenzo Silva

Esta charla tuvo lugar el 2 de junio de 2012 a las 13:00 horas en el Pabellón del Banco Sabadell de la Feria del libro de Madrid.

Arrancó el acto David Scalmani, agregado cultural del Instituto Italiano de Madrid, presentando a Maurizio de Giovanni.

Su personaje, el comisario Ricciardi, nació en el cuento "I vivi e i morti" (Los vivos y los muertos), que ganó un premio para autores emergentes. Este relato sería la base de El invierto del comisario Ricciardi que se publicó en 2007. Las novelas transcurren en los años 30 en Nápoles. Tras el invierno se han publicado la primavera, el verano, el otoño, la navidad… Sólo las dos primeras han sido publicadas en español por Lumen. Lorenzo Silva es el conocido autor de la saga de Bevilacqua y Chamorro, aunque no sólo escribe novela negra ¿Cuál es tu último libro?

Lorenzo Silva: Niños feroces como novela y Los trabajos y los días como miscelánea. También he reeditado Laura y el corazón de las cosas.

Quiero dar la bienvenida a Maurizio que estuvo con nosotros el pasado Getafe Negro en colaboración con el Instituto Italiano de Madrid.

Yo también quiero hacer una introducción a la obra de Maurizio desde mi experiencia. Cuando me hablaron de un comisario con facultades para ver a los muertos pensé ¿esto qué es? No soy nada esotérico, los zombis me dejan frío, me interesa la realidad. Me sorprendió la habilidad con la que Maurizio teje su discurso, como consigue hacer creíble "el asunto", la facultad que hace a su protagonista percibir las últimas palabras de los muertos. Lo inserta en el relato de un modo natural, nada aparatoso.

También me gustó que sus libros transcurrieran en Nápoles, adoro esa ciudad, estuve allí en diciembre y volveré pronto para asistir a un concierto de Franco Battiato. Un Nápoles en los años 30 que presenta de una manera maravillosa.

Es un autor al que merece la pena leer porque escribe bien, es un gran escritor que traza sus libros con gran detalle. La novela negra no sólo consiste en poner un muerto sobre la mesa y dar vueltas en torno a ello.

Es más fácil ambientar una novela en la realidad contemporánea ¿por qué escogiste los años 30 y la época fascista?

Maurizio de Giovanni comienza su intervención disculpándose por no llevar chaqueta, ha traído una pero no se la puede poner con este calor. Agradece al Instituto Italiano que le haya vuelto a invitar. Estuvo en Getafe Negro donde pudo encontrarse con unos amigos un poco diferentes a los que se encuentra en otros foros.

He elegido los años 30 por dos razones. La primera de ellas fue la casualidad. Mi personaje nació durante un concurso en el café Grambrinus, que es de estilo Liberty. También estaba bebido por culpa de las invitaciones de los patrocinadores.

La segunda razón es que odio la policía científica: CSI, NCIS, a todos los forenses, las marcas de sangre… me aburren. Situando la acción en los años 30 no tengo que escribir sobre esto. Me baso en la pasión, en los sentimientos. Ahora es difícil saber quién es el culpable, hay muchas pruebas y la falta de ellas o la contaminación puede ser utilizada para exculpar a los auténticos culpables. En mi ciudad, Nápoles, todos los crímenes están contaminados. Todo el mundo toca algo, se lleva algo.

L.S. Siento algo similar sobre lo que comentas pero quiero insistir sobre un punto, tu investigador trabaja en un cuerpo de seguridad de un estado totalitario.

M.d.G. El problema está en cómo nosotros leemos el pasado, en función de lo que ha pasado después y con una interpretación política. La gente que vive su vida en esa época percibe el poder a lo lejos, tanto físicamente como en su intimidad. Están preocupados por sobrevivir. El fascismo había tomado posesión del poder pero estaba lejos de la gente.

Siempre digo que mi ciudad es la única de América del Sur que no está en América del Sur. Existe una relación muy fuerte con la muerte. En 1656 una epidemia de peste arrasó Nápoles, murieron 500.000 personas de una población de 750.000, dos de cada tres. Los cadáveres fueron arrojados a una mina llamada Sanità, separados en trozos, por una lado los fémures, las costillas, las cabezas, llamadas Capuzzelle. Cuando las familias iban a buscar a sus muertos lo único que podían hacer era elegir una calavera con un tamaño similar al de su familiar. Esta capuzzelle se ponía al cuidado de una mujer joven de la familia, que se encargaba de limpiarle el polvo y contarle los problemas familiares. Se suponía que la cabeza daba consejos en sueños a la joven y ella los transmitía a los demás. Si acertaba, le llevaban flores, si se equivocaba, la cambiaban por otra. Este osario permanece en el cimitero delle Fontanelle al Quartiere Sanità, allí todavía se guardan las cabezas "buenas".

Es imposible escribir una novela, aunque sea hiperrealista, sin tener en cuenta la muerte. El protagonista no habla con los muertos, sólo escucha su comentario final. Esto no siempre le ayuda, a veces le distrae. Actualmente evitamos las emociones fuertes, cambiamos de canal, cerramos el periódico. Mi personaje no puede.

D. S. ¿Tiene alguna relación tu personaje con el de Carlos Emilio Gadda cuyas historias suceden también en los años 30 en Roma? ¿Ha influido en el tuyo?

M.d.G. Este autor es un pilar de la literatura italiana, es una maravilla leerlo y se me calienta el corazón de pertenecer a la misma cultura de quien ha escrito de ese modo. Pero la II Guerra Mundial cambió los valores. El beneficio se convierte en lo principal y es imposible escribir de la misma manera antes y después.

El respeto por el muerto es muy importante. En la ficción el muerto también necesita respeto. Su muerte significa dolor para todos los que le han conocido para los que le hubiera querido si hubiera vivido. Hasta los asesinos quedan marcados para siempre. Tienes que recordar el dolor. No se si mis novelas son buenas, ni siquiera si se escribir, pero esto es algo que intento mostrar.

L.S. Nos olvidamos de las víctimas muchas veces. Al contrario de lo que piensan muchos, los policías no se insensibilizan frente al dolor. La mayoría son gente cuya empatía les permite seguir trabajando pese a las dificultades que encuentran.

Hubo un momento en que intenté reducir las posibles motivaciones de los criminales a tres: el odio, el interés y el miedo. Pero luego llegó Maurizio de Giovanni y las redujo a dos: hambre y amor.

M.d.G. En los años 30 no existía el crimen organizado de la mafia. Ricciardi ve en el hambre y la corrupción del amor las dos pasiones que mueven todo. Viaja como un salmón, hacia atrás. Parte de la pasión alterada que ha llevado al homicidio y se remonta a la pasión antes de corromperse.

D.S. ¿Y la locura?

M.d.G. La locura es un elemento extraño, no tiene razón. Hace poco he publicado una novela ambientada en la actualidad: Il metodo del coccodrillo, que probablemente saldrá en España en Navidad. Trata sobre un loco, pero no es irracional, tiene una motivación: la venganza. Cada siete años leo El Conde de Montecristo, es una gran novela sobre la venganza, convertida en razón para vivir. Junto con Cien años de soledad y El amor en tiempos de cólera de García Márquez, La milla verde de Stephen King y La trilogía de la ciudad de K de Agota Kristof, constituyen mis libros de cabecera.

L.S. Me gusta el planteamiento de cómo los sentimientos positivos se convierten en negativos. Me llama atención la presencia de los "serial killers" en la literatura americana. En la realidad española sólo ha habido dos casos de asesinos en serie: el arropiero y el asesino del naipe. ¿Existen en Italia?

M.d.G. El asesinato en serie es un problema del bienestar. Cuando no existe un motivo real un asesino aleatorio da miedo. Así ocurre en Estados Unidos o el año pasado en Noruega. Cualquiera puede ser su víctima potencial. En nuestros países, España, Italia, Grecia… no hay tanto bienestar, los asesinatos no son irracionales ni indiscriminados.

L.S. El asesino del naipe estaba resentido por haber sido expulsado del ejército, no tenía trabajo y decidió utilizar a los inmigrantes como chivo expiatorio.

Me interesa mucho la vida personal del investigador, lo que no tiene que ver con su trabajo. La familia de Ricciardi y sus relaciones son un poco peculiares ¿cómo llegaste a plantearlo así?

M.d.G. Yo no planteo nada, me lo paso muy bien escribiendo. Sólo decido quién muere, quien es el asesino y quién lo parece. El resto lo creo sobre la marcha. Es como una fórmula algebraica sin solución que creo sin resolver, pongo el = y comienza todo. Al personaje le otorgo una edad, una salud, un contexto social pero luego se mueve solo.

Ricciardi tiene miedo al amor porque sabe donde puede terminar. En su vida, como en la de todos, hay dos mujeres. La que nos es fiel y nos cuida y aquella de la que nos enamoramos porque es más extraña. A su vez cada una de las mujeres tiene otras dos personas. Nadie está seguro.

Se abre el turno de preguntas del público y le preguntan cual es su mecanismo para enfrentarse a una página en blanco.

M.d.G. Más bien sufro el problema de la página llena. Me aburriría si supiera lo que voy a escribir. Sería un coñazo (no se como traducirá esto la traductora). Lo divertido es ver lo que sucede. Tienes que liberar a la historia y saber hasta dónde va a llegar. Es parecido a vomitar (esperando que salga algo mejor). Hay algo dentro, lo echo y luego no lo vuelvo a leer. En mi caso lo hacen mi mujer y mis editores. Una vez termino, no puedo mejorar, no puedo añadir nada a mi pasión.

L.S. Coincido en lo sustancial, aunque planifico y corrijo más que tu. A veces tu propio texto está lleno de misterios. Corregir me resulta divertido, cambiar un nombre, un adjetivo, encontrar la mejor manera de decir algo a lo que llevabas tiempo dándole vueltas tras varias relecturas.

Yo tampoco tengo problema con las páginas en blanco, es un falso problema. El símil del vómito es bueno. No hay que forzarse a vomitar. Hay que escribir cuando hay algo que decir, si no es una maldad obligarse a hacerlo. A mi no me faltan historias, me falta tiempo para contarlas.

Público. La novela negra ha sido la hermana pobre de la literatura ¿Creen que es posible hacer buena literatura y buena novela negra?

M.d.G. Ayer cenaba con una escritora que ha escrito doce novelas negras, ha vendido de cada título unos 2.000 ejemplares. Ella siempre decía que si quería vender escribiría una novela negra, pero lo hizo y vendió lo mismo.

Cada uno cuenta lo que le sale. Somos miedosos, escribimos para echar fuera nuestros miedos. Sabemos que nunca ganaremos un gran premio literario, pero seis de cada diez libros que se venden son policíacos. El lector se reconoce en nosotros.

11 comentarios:

loquemeahorro dijo...

Cómo te lo curras, moza. Yo no sé cómo te da tiempo a apuntar tanto, además de hacer las fotos.

Yo conozco a una loca que ha decidido que entiende el italiano (hay gente para todo) y que hoy se ha enterado de cosas que en directo se perdió.

pd. La historia de las calaveras me sigue encantando.

Boga Vante dijo...

Estupenda reseña, Alice.

Gracias por acercarnos el encuentro y enhorabuena

Natalia D. dijo...

Yo también estuve allí y creo que no voy a volver a esforzarme en ir a ninguna otra conferencia, porque me entero de más cosas leyendo a Alice que yendo en persona-personalmente…
Pero lo cierto es que fue una gran gozada escuchar a De Giovanni. Contó cosas muy interesantes y de una manera amenísima. Es un hombre que transmite entusiasmo y pasión, vitalidad e inteligencia. Todavía no he leído nada de él, pero se ha colocado entre mis “inmediatos”.

Interrobang dijo...

Muy currada la entrevista y muy interesante, lástima que de momento mi interés por su obra aún esté bajo mínimos, no se porqué pero no me atrae la época... a ver si supero esta tontería y le doy una oportunidad.
Slds.

Alice Silver dijo...

Loque, yo sí que parecía una loca, con el cuaderno, la cámara, los auriculares cayéndose y el boli quedándose sin tinta... menos mal que tenía al lado una ayuda de cámara :) y además me chivaste lo del Arropiero.

Me alegra que te guste Boga.

No tengas morro Natalia D. :). Poder escuchar a estos dos escritores, ver sus expresiones, su fuerza, es una gozada. Yo me lo pasé muy bien con la historia de las calaveras y el simil de las vomitonas.

Pues ya nos contarás Interrobang. El autor y sus libros merecen la pena.

José María dijo...

fantástica la charla de De Giovani. El género negro siempre me sorprende, porque cuando menos te lo esperas, y a pesar de policías científicos, asesinos morbosos y en serie o nórdicos tristes, aparecen personajes como éste, que subyuga y emociona, contándonos historias donde la corrupción del amor o la desesperación del hambre vuelven a ser las motivaciones básicas del delito, Y con un estilo literario que te hace beberte estas novelas llenas de dulzura y de amargura a la vez. Uno de los grandes descubrimientos de esta temporada.

Alice Silver dijo...

José María, a mi los científicos no me desagradan tanto como a estos dos autores, siempre que la novela no se limite a eso... lo que más me gustó del autor fue descubrir su tremenda humanidad y entendí porque sus personajes son tan auténticos y sus retratos de la sociedad y su ciudad, que él adora, tan vívidos.

lammermoor dijo...

Pues aunque no me pierdo el meollo de la entrevista gracias a Alice que sí que se lo curra, me hubiera encantado estar allí, porque siempre resulta interesante verlos y escucharlos -aunque solo los entiendas a media.
Me ha caído bien este de Gionvanni y como además me enamoré del sur de Italia, dejaré que "se cuele".

Alice Silver dijo...

Lammermoor, esta vez si cogimos la traducción simultánea y nos pudimos enterar. Nos hubiera gustado que hubieses podido venir...

Monicata dijo...

Estupenda la serie de Ricciardi, el primero literalmente me lo comí en día y medio, y con el segundo estoy en el mismo camino. Gran personaje y grandísimo escritor, con un estilo diferente y poético que de alguna manera me hace recordar a Domingo Villar.
Gracias al blog por descubrírmelo.

Alice Silver dijo...

Gracias a tí por comentarlo Monicata, me alegra mucho que te haya gustado la recomendación.