lunes, 1 de diciembre de 2014

Jack Laidlaw - William McIlvanney

Jack Laidlaw es inspector detective en la Brigada de Homicidios de Glasgow, Escocia.

Dejó la universidad tras finalizar el primer curso. Tiene casi 40 años. Es alto, ancho de hombros, rasgos enérgicos, siempre preocupado. Sufre constantes migrañas.

Vive en Simhill de Cathcart. Está casado con Ena, su matrimonio es un laberinto sin cartografiar que sufre constantes altibajos. Tienen tres hijos entre 6 y 10 años, que ella predispone contra él. Cuando tiene un caso se aloja en el hotel Burleigh en Sauchiehall Street, donde trabaja su amante, Jan.

Trabaja por libre, no se comunica bien con sus compañeros. Es un hombre violento que odia la violencia, un defensor de la fidelidad infiel, un hombre reservado y lleno de remordimientos, quizás por el mero hecho de nacer en la calvinista Escocia. Lee a Kierkegaard, Camus y Unamuno. Analiza demasiado, odia a la gente llena de certezas, prefiere a los que dudan. Se mueve en una zona gris, sabe que los delincuentes son personas, no monstruos y busca descifrar el idioma de sus acciones.  Quiere saber quienes son los criminales que caza, pero no es un perro guardián, sospecha de aquellos para quienes caza. No encuentra sentido global a nada y desafía esa falta mediante la compañía humana.

Su compañero habitual es el agente detective Brian Harkness de 27 años, simpático, soltero, en busca de la mujer ideal.

Su enemigo dentro dela policía es Milligan, cuyo sentido de la vida y del trabajo policial es completamente distinto al de Laidlaw.

En "Laidlaw" el protagonista y Harkness investigan el asesinato de una joven. Casi desde el principio conocemos al culpable y la novela nos muestra desde distintas perspectivas: la del padre de la chica, la del dueño de un negocio y la de la policía, los pasos que dan para encontrarle.

En "Los papeles de Tony Veitch" un vagabundo confidente habitual de Laidlaw ha muerto envenenado. Entre sus pertenencias encuentran la dirección de Tony al que también buscan otras personas por estar implicado en la muerte de un delincuente.

Comentario personal

"Laidlaw" me ha parecido aburrida, demasiado densa. Con un lenguaje sofisticado, forzado, buscando quizás una profundidad que a mi entender fracasa y corre en demérito de la ligereza que busco en la novela policíaca. Hay constantes y bruscos cambios de escena y de estilo de narración, pasajes completos sin interés. Los personajes secundarios están bien dibujados, quizás es al protagonista al que más nos cuesta atrapar ya que le dota de una serie de características especiales para hacerle interesante que acaban haciéndole repelente. El autor nos muestra un Glasgow lleno de contradicciones, con las autopistas que han destrozado la ciudad y el particular sentido del humor de sus habitantes.

"Los papeles de Tony Veitch" es más de lo mismo. Aburrida, vacua y tremendamente lenta. Llena de declaraciones intelectuales sobre el personaje, pero que luego no se ven corroboradas por la narración.

Para desayunar: huevos, tostadas y café en el Grill n'Griddle de Gordon Street. Para comer: Sopa y rosbif en el Miranda. Para beber: limonada con soda.


Trilogía de Jack Laidlaw
  1. Laidlaw (Laidlaw, 1977)
  2. Los papeles de Tony Veitch (The Papers of Tony Veitch, 1983)
  3. Extrañas lealtades (Strange Loyalties, 1991)
  4. Solo la oscuridad (The Dark Remains, 2021) - Terminado por Ian Rankin






El autor

William McIlvanney nació en Kilmarnock, Escocia en 1936. Su padre era minero y él fue el menor de cuatro hermanos. Estudió en la Kilmarnock Academy entre 1949 y 1955 y más tarde Filología Inglesa en la Universidad de Glasgow donde se graduó en 1960. Trabajó como profesor de Literatura Inglesa en la Irvine Royal Academy y en la Greenwood Academy de Dreghorn, hasta 1975, cuando decidió dedicarse de lleno a la escritura.

Publicó su primera novela, Remedy Is None, en 1966. Además de novelas y relatos ha publicado varios libros de poesía. También ha trabajado como periodista y guionista y narrador de documentales y películas.

Murió el 5 de diciembre de 2015 en Glasgow.

Web del autor: www.personaldispatches.com (en inglés)

Otros libros

Novelas
  • Remedy Is None, 1966
  • A Gift from Nessus, 1968
  • Docherty, 1975
  • El grande (The Big Man, 1985)
  • Walking Wounded, 1989 - relatos
  • In Through the Head, 1990
  • The Kiln, 1996
  • Weekend, 2006
Poesía
  • Longships in Harbour, 1970
  • Landscapes and Figures, 1973
  • Surviving the Shipwreck, 1991

Ensayo
  • Shades of Grey: Glasgow 1956-1987, 1990

11 comentarios:

Laura Brownieysuscosas dijo...

No he leído nada de este escritor, pero tras ver tu reseña, este no me lo apunto, veo que no te ha entusiasmado mucho.
Besos!

sanba dijo...

Pues vaya, otro que borro, y eso que tenia buena pinta. Me suelo fiar de tus gustos ...

Alice Silver dijo...

Laura, Sanba, os dejo un enlace a una opinión muy diferente por si os interesa tener otra perspectiva: http://blogs.elpais.com/elemental/2014/08/laidlaw-mcilvanney-tartan-noir.html

José María dijo...

Quería romper una lanza por este autor, que siendo muy intenso y espeso, escribe maravillosamente, siendo toda una experiencia leer despacio las descripciones de sitios y gentes que hace de Glasgow. Y estando de acuerdo con la blogera sobre lo desabrido y pesado del prota, el resto de personajes, incluido el ayudante, me parecen cojonudos. Y además transmite la dureza y violencia de la vida de Glasgow, que tan bien recoge por ejemplo Craig Russell en sus novelas de Lennox, y con un humor negro tan denso como el apestoso aire de tan tremenda ciudad.

Alice Silver dijo...

Pues yo el humor no se lo he encontrado por ningún lado José María... Y como retrato de Glasgow, Russell o Mina le dan mil vueltas. El autor se limita a hacer algunas observaciones sobre el carácter de sus habitantes que luego tampoco se ven muy refrendadas por sus comportamientos. En cualquier caso agradezco mucho tu opinión divergente.

Javi (ex-anónimo) dijo...

Solamente he leído la primera novela "Laidlaw" así que no tengo suficiente perspectiva para pronunciarme respecto a la evolución del personaje.
Pero tengo que decir que en esta ocasión disiento de nuestra anfitriona (a veces nos pasa) y me ha gustado este policía filósofo, denostado entre sus compañeros por considerarlo (con razón) una rara avis, alguien cuya actitud y filosofía vital les desconcierta. El propio Laidlaw es imprevisible: pacifista violento, infiel familiar, pero creo que esto no le resta coherencia, simplemente refleja las contradicciones que todos tenemos.
Ante este panorama su nuevo compañero experimenta diferentes reacciones, desde el rechazo a la admiración pasando por momentos en los que le daría un puñetazo. Estas reacciones no difieren mucho de las que el lector siente a lo largo de la novela.

El libro está trufado de numerosas reflexiones del protagonista, algunas más brillantes que otras. y no se puede decir que sea de ritmo trepidante. Su desarrollo es pausado y esto puede desanimar a más de un lector.

En cuanto a la trama, plantea también interesantes dilemas: un asesino repulsivo que, sin embargo, resulta patético; un padre castrador en busca de una venganza que le autoredima; un mafioso capaz de jugar a dos y tres bandas; un amante ilícito dispuesto a jugarse su propia y cómoda vida por un amor "antinatural" ... Para mi gusto un puñado de personajes bien construidos.

Es cierto que no será un plato para todos los gustos pero a muchos les merecerá la pena.

Besos y saludos

Alice Silver dijo...

No te preocupes Javi, el personaje no evoluciona :).

Tampoco me extraña que sus compañeros le odien, a parte de ser un pesado, se cree y se manifiesta superior, por encima del bien y del mal.

Y la trama ¿qué trama? si desde el principio sabemos quién es el culpable y sus motivos para el crimen son tan absurdos que no se merecerían ni estar en una película de serie B de la misma época...

Bueno, creo que se me está notando demasiado la manía que les he cogido a este autor y su personaje...

Andrés dijo...

Hola a tod@s!
Hace tiempo que leo con mucho interés y gusto este magnífico blog. Me encanta descubrir cosas nuevas cada semana y vuestros comentarios me parecen tremendamente atinados. Muchas gracias.
Con respecto a Laidlaw, lo leí invitado y seducido por el artículo de El País y me puse a leerlo con ganas y esperanzas. Pero se me pasaron muy pronto. Tiene razón Javi en lo que dice, pero el tono es tan cansino, tan agotador, tan poco efectivo que parece más bien un recorrido mortuorio más que una novela policíaca. Y además, como dice conbuen acierto Alicia, no creo que ese personaje evolucione en algo, salvo que muera su mujer, sus hijos se den a la droga o se pille un pie con la puerta del coche o bien se caiga de la cama de su amante y se rompa una pierna, momento en que mientras es llevado a Urgencias, su mujer insistirá en hundirle más la vida... en fin que no parece que evolucione mucho y que su discurso filosófico es realmente aburrido, monótono y si tuviera que visitar Glasgow por lo que dice de esta ciudad el autor, te juro que no la pisaría nunca: me queda mucho mundo por conocer antes de recalar allí.
Gracias a todos y un saludo cariñoso

Alice Silver dijo...

Hola Andrés, encantada de saludarte y de encontrar por fin un alma gemela :)
Yo también llegué a Laidlaw tras leer comentarios elogiosos... Me he reído mucho con tu comentario desde el recorrido mortuorio a la posible evolución de Laidlaw, aunque no creo que me anime con el tercer tomo, que tengo, para ver si se hace realidad tu previsión.

Miguel Angel dijo...

Hola de nuevo, coincido con Alice sobre lo aburrido de las novelas de Laidlaw, pero al ver que la cuarta entrega estaba terminada por Ian Rankin, me decidí a leerla y esta ultima entrega ya tiene otro cariz y se nota la mano de Rankin. Me ha gustado.
Un saludo.

Alice Silver dijo...

Gracias por tu opinión Miguel Ángel