Esta charla tuvo lugar el miércoles 20 de octubre de 2010 a las 18:00 horas en el Centro Municipal de Cultura de Getafe.
Lorenzo Silva presentó a dos escritores distintos, cada uno con una mirada diferente e interesante, representantes de los extranjeros que no han nacido en un país y escriben sobre él. El país es Alemania, Kerr se aproxima a su historia y Ribas a su actualidad y ambos lo hacen construyendo unas muy buenas novelas policíacas.
Philip Kerr ha sido muy leído en España en los últimos años. Silva ha recomendado sus novelas a sus amigos y sabe que quienes las empiezan leen todas de corrido. A su entender tiene dos grandes hallazgos: su personaje, Bernie Gunther, policía en la Republica de Weimar, detective privado en la época de Hitler, de nuevo policía, SS… Y la mirada que proyecta sobre la historia contemporánea de Europa, de Alemania, de Gran Bretaña... Es un gran escritor, más en la línea de los autores americanos que en la de los británicos.
Rosa Ribas es española, vive desde hace años en Alemania, en sus novelas habla sobre los inmigrantes, las parejas mixtas, sus hijos. Su protagonista es la comisaria Cornelia Weber-Tejedor, un personaje que impactó a Silva desde su primera novela. Se sumergió en su historia, acompañó a un personaje que es todo y a la vez no sabe muy bien lo que es.
En su primera pregunta Silva les pide que nos cuenten
qué han pretendido contar y
su visión de Alemania.
Rosa Ribas agradece la presentación y la oportunidad de estar en esta charla. Ella quiere presentar la Alemania que conoce desde la perspectiva del extranjero. Aunque lleva 20 años viviendo en ese país, dos en Berlín y el resto en Frankfurt, se sigue sintiendo extranjera. Ha perdido el optimismo de pensar que se integraría, se da cuenta de que siempre habrá una distancia, nunca será de allí del todo. Ese es uno de los temas principales en su novela, la identidad y el origen. Por eso ha elegido un personaje con una graduación alta, una comisaria, binacional, hija de una gallega, que fue a trabajar a Alemania y de un alemán. La primera generación siempre sabe de donde es, sabe que no se asimilará del todo. Le interesaba contar más los conflictos de la segunda. Son temas de actualidad en España y en el país de Angela Merkel, que recientemente ha declarado que el modelo multicultural ha fracasado.
Philip Kerr también agradece la introducción. Nos cuenta que cuando era pequeño leía comics y libros de Alemania. El país ocupaba el lugar principal en su imaginación, sobre todo los años 50 y 60. Luego descubrió "Cabaret", para él representó algo diferente: mujeres sexys y atractivas. Estudió Derecho y se especializó en Filosofía del Derecho Alemán. La sociedad británica, sobre todo los ingleses, han estado siempre muy interesados por Berlín, una ciudad fascinante en el ámbito político y cultural. La última vez que estuvo allí, hace 6 meses, pasó por delante de los cuarteles de la Luftwaffe, que ahora pertenecen al Ministerio de Hacienda. Era medianoche y había luces encendidas, pensó que quizás estaban trabajando en algo relacionado con Grecia.
Lorenzo Silva comparte su fascinación por Berlín. Y quiere comparar
las ciudades en las que habitan los personajes: Berlín, capital cultural, en las novelas de Gunther y Frankfurt, capital financiera, en las de Weber-Tejedor. Pregunta a los autores: ¿Qué os dicen estas ciudades?
A Ribas no le gusta Berlín, ha vivido allí dos años y esperaba encontrar una ciudad fascinante llena de cultura. Aterrizó en un barrio con señoras desagradables que paseaban a sus perritos en leggins. Es el problema de pasar de una ciudad idealizada, en blanco y negro, a una ciudad real, de feos colores. Le gusta el Berlín histórico pero no el actual. Frankfurt era lo contrario: modesta, burguesa, con iniciativa ciudadana, con sus grandes rascacielos y su enorme aeropuerto… una ciudad real que no vive de viejas glorias y que la enamoró poco a poco. Un tercio de sus habitantes son extranjeros y un tercio de las parejas son mixtas. Es una ciudad que necesita su tiempo para darse a conocer.
Kerr comenta que hay mucha gente que odia Berlín: el Káiser, Bismark y Hitler la odiaron por sus gentes revolucionarias y de izquierdas… A él le gusta mucho, la sinceridad de su gente, su humor negro…. Cuando va a Berlín no sólo ve lo que es en la actualidad, sino como el niño de “El sexto sentido” ve sus muertos, sus edificios, su historia, la ciudad en blanco y negro de los años 30 y 40.
Lorenzo Silva les pregunta sobre
la experiencia del pueblo alemán sobre el nazismo, encarnación del mal absoluto, una época donde la autoridad era criminal.
Philip Kerr cuenta que su personaje policía le permite hablar del crimen en un contexto, le permite mostrar que detrás del pequeño criminal hay uno mayor y establecer comparaciones con la sociedad actual. En una de sus novelas hay un asesino en serie que mata mujeres, la policía está convencida de que es un extranjero o un judío… y es simplemente un hombre que odia a las mujeres.
Rosa Ribas comenta que siempre las primeras sospechas recaen sobre grupos a los que interesa criminalizar, los judíos… eso también pasa en la actualidad. Los adjetivos que se utilizan en los titulares de algunos de los periódicos de mayor tirada van haciendo calar el mensaje poco a poco. Por otra parte ninguna de las sociedades actuales se observa a si misma tanto como la alemana, por su pecado, por su culpa. Aunque algunos se pregunten hasta que punto las generaciones deben arrastrarla. Su trabajo con la memoria es constante, para no olvidar lo que ha pasado, para no trivializarlo. Se ofrecen imágenes brutales para no desensibilizarse. La película “El hundimiento” despertó mucha polémica al permitirse presentar a Hitler como humano.
Silva lanza la gran pregunta:
¿Cómo pudo suceder algo así en Alemania, un país civilizado? ¿cómo pudo llegar la sociedad a ese precipicio? Sabe que las causas son múltiples pero
¿cuál es al entender de cada autor la principal?
Para Kerr había demasiados abogados. Cuando estudiaba la época le sorprendió la cantidad de jueces y abogados que había, la infinidad de leyes. Cree que Europa se enfrenta ahora mismo a una recesión por el mismo motivo: leyes europeas, nacionales, locales… que cuestan una fortuna, mantenidas por muchos políticos, que son a su vez abogados.
Ribas cree que el exceso de leyes puede impedir decisiones basadas en principios éticos y morales y conduce a una infantilización de los ciudadanos. Para ella el fenómeno nazi no puede reducirse a una sola causa, son muchas. Le preocupan especialmente aquellas que se pueden repetir: la recesión económica, la corrupción, el descontento, la humillación de un país, por el tratado de Versalles en el pasado, por sentirse ciudadanos de segunda los ciudadanos de la antigua Republica Democrática Alemana en la actualidad. La propaganda nazi comenzó de una manera sutil, no con los grandes y absurdos discursos de Hitler que conocemos.
Philip Kerr coincide con Rosa y señala que Alemania no se siente orgullosa de ser alemana, no se siente a gusto con sus símbolos, con su bandera… están más orgullosos de ser europeos, de hecho dirigen la Unión Europea y la siguen llenando de leyes.
Lorenzo Silva comenta como en los años 30 los nazis absorbieron todo el mundo universitario y cultural que se puso enteramente a su servicio. Rosa Ribas explica como se presentaron como la única alternativa válida al desorden y al caos.
Lorenzo cambia de tercio:
¿Por qué los autores han elegido el género negro para hablarnos de dos momentos históricos?
Ribas explica que podría haber utilizado lo que se conoce como “social kitch” pero lo que le atrajo del género policial era que le permitía mostrarse más crítica con la sociedad alemana sin hacer una tesis. Al moverse por diferentes capas de la sociedad puede reflejarla mejor, puede mostrar el “roto”.
Kerr dice que hay mucha basura en lo que dice sobre la novela negra. La gente se aproxima a ella porque le atrae, porque le entretiene. El crimen no es lo importante sino encontrar una buena historia con un buen final. El resto de la literatura actual trata temas poco relevantes para la gente.
Silva les pregunta cómo se enfrentan a los prejuicios
¿Cómo se han recibido en Alemania sus novelas? Kerr habla mal de todo el mundo: de los británicos y franceses que se atribuyeron el mérito de ganar una guerra que realmente ganaron las bombas de los americanos y los tártaros del ejército soviético, de los argentinos que dieron refugio a los nazis…
Philip Kerr explica que en Gran Bretaña se les da bien juzgar a países como Alemania pero que en su propia historia hay hechos terribles. Los habitantes de la India sufrieron todo tipo de persecuciones… cada país tiene sus esqueletos en el armanio, España en Sudamérica, Bélgica en el Congo, EEUU con los indios americanos, Australia, Nueva Zelanda… cree que hay que hablar de ello.
Rosa Ribas vuelve a la pregunta planteada. Tenía miedo a las reacciones de la crítica y los lectores frente a una autora extranjera que hablaba de su país. A una parte de ellos les pareció bien, les interesó su historia sobre la inmigración, como llegaron y como viven en su país. Hubo otras opiniones más negativas, que la acusaron de tópica. Lecturas muy diferentes que no quiere que en ningún caso la lleven a al autocensura.
Se abre el turno del público y alguien le pregunta a Kerr
¿dónde se documentó para afirmar que la prohibición de trabajar a las mujeres solucionara el paro alemán?. Kerr no recuerda las fuentes, escribió su primera obra hace 15 años y lo único que puede asegurar es que Hitler no era un entusiasta de las mujeres.
Le preguntan también si
salvaría a alguna persona de la época. Kerr explica que existían anti-nazis y alemanes decentes pero que los nazis fueron extremadamente eficaces persiguiendo y aterrorizando a la gente y haciendo que pareciera que todos pensaban lo mismo. Muchos simulaban estar de acuerdo para no tener problemas. Lorenzo Silva explica que “invitaban” a los ciudadanos a tener familias grandes y ello obligaba a las mujeres a permanecer en casa, haciéndose cargo de ellas. Rosa Ribas manifiesta que la presión sobre la sociedad era brutal, los que se resistieron fueron encarcelados y ejecutados, como los estudiantes de la “Rosa Blanca”. Ella conoce la historia de una familia judía de Frankfurt que sobrevivió con la ayuda de sus vecinos y un policía, todos ellos se jugaron la vida para salvarlos.
Otra persona pregunta
¿se puede acabar confundiendo con la realidad lo que narran en sus novelas?.
Rosa Ribas confía en que el lector sepa que lo que lee es ficción. Cree que debe informarse y leer y que el autor puede permitirse no ser totalmente fiel a algunos hechos históricos. Philip Kerr tampoco quiere que se le tome literalmente. El es como un pintor, que recrea los hechos, sus libros no son fotografías sino cuadros impresionistas hechos para el disfrute del lector.
Preguntan a Philip Kerr si en sus
próximas novelas hablará sobre el pasado de Gunther, si le vestirá con el uniforme negro de las SS en Ucrania. Kerr responde que el uniforme negro de las SS, diseñado por Hugo Boss, era el de gala. El de campaña era gris, como el que da nombre a su próxima novela “Field Grey”, de reciente aparición en Reino Unido, que se publicará en España en Febrero y transcurrirá en parte en Ucrania.
Preguntan a Rosa Ribas si
el personaje de Cornelia Weber-Tejedor surge de su experiencia en Alemania o de otro sitio. Rosa responde que un poco de todo. Aunque Cornelia tiene algo de sus vivencias como extranjera, no es ella, bebe de muchas experiencias e historias. Cuando trabajaba como profesora de español en la universidad tuvo mucho contacto con hijos de españoles o parejas mixtas que no eran tan bilingües como pensaban, no eran ni tan españoles ni tan alemanes como creían. Habló con muchas personas de la segunda generación. Cornelia no es una mujer de una sola pieza, en su primera novela se define como una policía alemana, en la segunda es más española, más irónica. En la tercera, que se publicará el próximo año, seguirá evolucionando.