Kemal Kayankaya es detective privado en Fráncfort del Meno en los años 80.
Es tradicional en su método de investigación: seguir pistas, tirar del hilo, interrogar testigos, recibir palizas y enfrentarse a la policía.
Aunque no habla ni palabra de turco su aspecto hace que muchos a su alrededor le traten como a un inmigrante. Le atribuyen todo tipo de ideas y comportamientos símplemente por su origen étnico.
Su despacho está en la tercera planta de una masa de cemento de altura media y color marrón en un extremo del centro de Fráncfort, una ciudad que el autor presenta como una creación artificial de los americanos en la post-guerra, formada por viviendas fabricadas en serie y rascacielos, habitada por yonquis, prostitutas, chulos, polis corruptos, gente con prejuicios... con Kayankaya descubrimos la zona de la estación y sus bares, sus billares, sus sex-shops y sus prostíbulos.
Conduce un Opel Kadett, le gusta el fútbol, fuma... Bebe cerveza y Chivas sin parar.
"¡Happy Birthday, turco!" tiene lugar en 1983. Una mujer de origen turco pide a Kayankaya que investigue el asesinato de su marido del que no parece que se esté ocupando la policía. Kemal se adentra en los bajos fondos de Francfórt intentando desentrañar la maraña de mentiras...
"Rankee con dos es" transcurre en 1988. Una inmigrante ilegal tailandesa, que trabajaba como prostituta, ha desaparecido. Su novio, que compró su libertad, pide a Kayankaya que la encuentre.
Comentario personal
No me han acabado de convencer estos libros. Nos encontramos de nuevo con el típico personaje chandleriano (detective alcohólico y fumador, que trata con desprecio a chicas malas y/o tontas, polis corruptos... y muchas palizas) trasladado a otro tiempo y otro lugar. Aunque el autor escribió los libros antes que otros, este esquema me empieza a aburrir.
En cualquier caso no lo desaconsejo, son libros cortitos cuya acción trascurre en pocos días e interesantes de leer.
Para comer: bocata rancio de queso, tostadas de jamón o huevos revueltos, ensalada de arenque en lata, filetes rusos con guisantes, escalopas con ensaladilla de patata o las típicas salchichas con puré y chucrut. Para celebrar su cumpleaños: tarta Sacher.
Para comer: bocata rancio de queso, tostadas de jamón o huevos revueltos, ensalada de arenque en lata, filetes rusos con guisantes, escalopas con ensaladilla de patata o las típicas salchichas con puré y chucrut. Para celebrar su cumpleaños: tarta Sacher.
- ¡Happy Birthday, Turco! (Happy Birthday, Türke!, 1985)
- Más cerveza (Mehr Bier, 1987)
- Rakdee con dos es (Ein Mann, ein Mord, 1991)
- Kismet, 2001
- Bruder Kemal, 2012
- Happy Birthday, Türke!, 1992. Alemania. Directora: Doris Dörrie. Intérprete: Hansa Czypioka (Kayankaya)
El autor
Jacob Bothe, nacido Jacob Michelsen, nació en 1964 en Francfort del Meno. Su padre fue el autor de teatro Hans Günther Michelsen. Entre 1974 y 1983 estudió en el internado Odenwald Schule (Fráncfort), una escuela libertaria de élite. En 1983 se instaló en Montpellier con la intención de estudiar Literatura, pero acabó trabajando como camarero y vendedor de cacahuetes.
En 1985 escribe su primera novela "Happy Birthday, turco" que publica con el seudónimo Jakob Arjouni (el apellido de su primera mujer), no tiene antepasados turcos. En 1986 se traslada a Berlín para estudiar Arte Dramático, pero abandona a los nueve meses.
Vivió con su esposa e hijos entre Francia y Berlín.
Falleció el 17 de enero de 2013 en Berlín, con 48 años, a causa de un cáncer.
Falleció el 17 de enero de 2013 en Berlín, con 48 años, a causa de un cáncer.
Otros libros:
Novelas y relatos
- Magic Hoffmann (Magic Hoffmann, 1996)
- Ein Freund, 1998 - relatos
- Cinco idiotas (Idioten. Fünf Märchen, 2003) - relatos
- Hausaufgaben, 2004
- Chez Max, 2006
- Der heilige Eddy, 2009
- Cherryman jagt Mister White, 2011
- Die Garagen, 1988
- Nazim schiebt ab, 1990
- Edelmanns Tochter, 1996
Lo malo de leer demasiado de un género o autor es que terminas por encontrar esquemas que se repiten o ideas que están sacadas de otros autores.
ResponderEliminarLo que dices me recuerda un poco a lo que comentaba Rosa Ribas; como la gente hace valoraciónes y da por supuesto comportamientos en función de su extranjería (decía que variaban según la etiquetaran como española -puntualidad- o catalana-simpatía)
Y por otro lado, ese dar de lado su identidad alemana puede tener explicación. También de algo de eso nos habló Rosa.
Resumiendo que tomo nota del detective.
Después de leer tu comentario, no me apetece mucho incluir a este autor en la lista infinita, aunque quizá estaría bien para contrastar con su visión de Fráncfort la que da R. Ribas de la ciudad en sus libros de Cornelia. Pero me temo que no sea un aliciente suficiente; yo también estoy un poco harta de estos estereotipos y por ello, hace poco, abandoné sin remordimientos a Lennox.
ResponderEliminarLammermoor, no he podido evitar acordarme de Rosa Ribas al leer a Arjouni, primero porque al preguntarle por autores alemanes ella lo mencionó, segundo porque ambos personajes habitan y observan Fráncfort, desde la perspectiva del "extraño" y lo hacen de una manera tan diferente. De un lado la poli "buena", identificada con su nacionalidad, más o menos integrada, en una ciudad bonita y acogedora, del otro un detective marginado, alcohólico y desapegado de una ciudad decandente y violenta. Seguro que por ello he echado de menos una mayor profundidad en las raices del personaje.
ResponderEliminarNatalia D, además de utilizar el estereotipo al autor le falta algo que sí he encontrado en Lennox o en Gunther, el sentido del humor, el sarcamo...
Yo también me he acordado de Rosa Ribas y lo que nos contó de los hijos de inmigrantes que se declaran a sí mismos alemanes, españoles, turcos, frankfureses o "ciudadanos del mundo".
ResponderEliminarVamos, que el sueño de la inmigración produce actitudes un poco radicales en uno u otro sentido.
Yo también estoy un poco harta del detective hecho polvo que se despierta a las 5 de la tarde vestido como el día anterior y desayuna 3 cigarros y dos cervezas...
Iba a decir algo más, pero la tarta sacher se ha instalado en mi mente, y no puedo.
Loque, ¡la tarta Sacher es una de mis favoritas! Con tanto libro pesado últimamente pienso que debería haber hecho un blog de tartas :)
ResponderEliminarY hay alcohólicos magníficamente retratados como los de Block o Bruen pero estos que beben a todas horas y sin inmutarse... no tiene ningún sentido.
Leí Happy Birthday cuando salió y no pude con el; creí que no tendría continuidad y de hecho lo había olvidado por completo hasta que me lo has recordado.
ResponderEliminarNo volveré a intentarlo.
Pues yo había leído Happy Birthday Turco hace años y lo recordaba con agrado, también leí 5 idiotas, que me gustó y Magic Hoffman, que me pareció un rollo. Ahora al volverlo a leer, supongo que con más perspectiva, no me ha resultado tan interesante...
ResponderEliminar"Happy Birthday, Turke" fue uno de los primeros libros que leí cuando me mudé a Frankfurt. Me gustó entonces. Me gustó de Kemal Kayankaya que fuera de origen turco, adoptado por alemanes y que, por lo tanto, no hablara turco, lo que permitía al autor hablar de los prejuicios y los estereotipos tanto por parte de los alemanes como de los turcos.
ResponderEliminarLo que no sé es si la novela resistiría una nueva lectura. Por eso creo que no lo haré. Le tengo cariño a este libro.
Hola Rosa, gracias por comentar. Como ves este autor nos ha traído muchos recuerdos de tu Fráncfort y su personaje ha sufrido la comparación con el tuyo.
ResponderEliminarEl planteamiento del que parte Arjouni está muy bien, pero creo que no lo lleva hasta las últimas consecuencias, no se posiciona con respecto a la mirada de los otros...
Leí varias novelas suyas hace años, y tengo un recuerdo estupendo. A mí ese punto chandleriano sí me gustó, y sobre todo las historias y la
ResponderEliminardescripción de Frankfurt y Alemania hace veinte años, que no resultaba tan limpio y ordenado como ahora. El Frankfurt de Kayankaya es muy duro y violento. En una novela que no es de este personaje y transcurre en Berlín aparecían historias muy violentas un tanto alejadas del magnífico Berlín de nuestros días … aunque es cierto que en algunas le faltaba un hervor, pero tenían fuerza y suspense. Me habéis picado y han vuelto a la pila de lecturas…
Quizás he juzgado con excesiva dureza al autor, desde una perspectiva que no es la adecuada. Aun recuerdo una película alemana de aquellos años, sobre una chica drogadicta, que en aquel momento me afectó mucho, era un mundo muy diferente. Cuando escribió el autor ni siquiera había caído el muro...
ResponderEliminarGracias por tu revindicación.
El 17 de enero murió Jakob Arjouni víctima de un cáncer, tenía 48 años. El año pasado, ya enfermo, escribió y publicó una novela de Kayankaya, espero que algún día la traduzcan.
ResponderEliminarTenéis razón: sus novelas están llenas de tópicos: detective bebedor, despacho en situación deprimente, detective a punto de quebrar por falta de casos, diálogos cortos, ingeniosos y duros, violencia casi extrema ("hard boiled")... Es decir, que repite esquemas ya leídos desde los años 20 y 30 del siglo XX, sobre todo en "Black Mask". Pero... a pesar de que él mismo que, como bien dice Alice falleció el 17 de enero en Berlín después de una larga lucha contra el cáncer (páncreas), dijo en la 1ª edición de la BCNegra (2005) "solo quería reflejar la vida cotidiana de los turcos en Alemania", lleva un gran componente de denuncia social y, además, son muy irónicas sus historias, yo me lo paso muy bien leyéndolas.
ResponderEliminarSaludos Alice
Enrique Bienzobas (Liberty-B: liberty-bienzobas.es).
Me gustaría mucho leer la última novela del autor Enrique, descubrir si consiguió reconciliar sus dos miradas y como planteó el que sabía sería su último libro, tras haber creado el personaje hacía más de 25 años...
ResponderEliminarAyer me pasó Detectives Salvajes el enlace de la reseña sobre la muerte de Arjouni en El País, aprovecho para poner el enlace:
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/02/19/actualidad/1361301535_671446.html
Me deja desolado la noticia de la muerte de Arjoni, pues fue una lectura de las que dejan huella, con todos sus tópicos, pero con una fuerza y una humanidad como pocas veces he leído. Descanse en paz.
ResponderEliminar¡Gracias por esos arreglos, Alice!
ResponderEliminarTiene razón José María: gran fuerza y humanidad
Enrique
A mi también me impresionó su muerte José María, tan joven.
ResponderEliminarDe nada Enrique, últimamente con las autocorrecciones de iPads y compañía uno se vuelve loco...