Esta presentación tuvo lugar el 21 de marzo de 2013 a las 19:30 horas en el Instituto Internacional de Madrid.
Presenta el acto Ofelia Grande, directora de la editorial Siruela. Sabe que tiene entre manos un libro que merece la pena. Elena García-Aranda fue la primera persona de la editorial que lo leyó y cuando iba por la mitad alertó a los demás porque sabía que tenían algo grande.
Es un libro de una gran calidad literaria, con una trama policíaca bien armada, que puede atraer a diferentes lectores porque permite muchas lecturas. Es una novela histórica en el mejor sentido, donde no nos cuentan algo sobre el pasado si no que las autoras nos llevan, nos sumergen, en un periodo muy oscuro de la historia de España, el año 1952 en Barcelona. Momento en que el país se abre al exterior mediante la celebración del Congreso Eucarístico Internacional, intentando ofrecer una imagen impoluta. Unos días antes tiene lugar la trama. Una mujer de clase alta es asesinada. Y las dos protagonistas investigan el crimen, Ana, joven becaria de La Vanguardia y Beatriz, que aborda el caso desde el estudio del lenguaje. Son dos personajes que han llegado para quedarse. El libro ya ha agotado su primera edición y estamos preparando la segunda para poder atender todos los pedidos, lo que es muy significativo en estos momentos de crisis.
Domingo Villar comienza su intervención explicando que la novela policíaca tiene muchas lecturas. La gente llega a ella porque es fácil de leer pero es como una cebolla de la que se pueden ir levantando capas en función de los intereses y expectativas. Este libro deja huecos que permiten soñar. La parte fundamental está en sus personajes, que son brillantes. Vivimos a través de sus ojos. Ana es una periodista que se tiene que buscar la vida en un mundo en que para las mujeres está todo por hacer. Su padre fue un periodista maltratado y apartado de la profesión. Ella ambiciona ser como él pero también ser ella misma, quiere crecer. La otra protagonista es su prima Beatriz, lingüista, un personaje profundo con sus miedos y recelos. Ha vivido en Europa y se enfrenta a una España que no es la misma que conoció. Los hombres son ausencias. Hay grandes secundarios: porteros cotillas y otros que son héroes, prostitutas... Isidro Castro, que es gallego como yo, tiene una capa de hosquedad que esconde un hombre que no sólo vive para dar bofetadas.
No es una novela plana, en ella es fundamental la sorpresa. A veces los autores policíacos tenemos miedo de ser muy literarios, sabemos que lo que importa es la historia y no queremos poner palos en las ruedas. Uno de los recursos que utilizamos son los sueños y me gustaría leeros un fragmento del capítulo 14. La novela está formada por pequeños capítulos que se leen como caramelos y siempre queremos comer uno más.
Primero sólo hay una tapia desnuda. El tiempo y una hiedra que ya no existe la han desconchado en varios puntos. Los agujeros en el centro son de bala. También uno muy alto, de alguien que tal vez no quería matar más.
Ángel aparece por la derecha, como si entrara en un escenario, inseguro, con timidez. Mira al suelo irregular con miedo a caer. Está solo y lleva las manos a la espalda. Una voz le da instrucciones: "Más a la izquierda", "Más cerca del muro", "No tanto". Él obedece con la docilidad debida a los fotógrafos. "Así está bien", dice la voz. Ángel se detiene, separa un poco las piernas y levanta la cabeza. Mira al frente, no al pelotón sino a alguien que está detrás de los hombres que empuñan las armas. La mira a ella. Entonces entreabre los labios para decirle algo, pero los disparos salen antes que su voz. Después cierra los ojos y se queda de pie mientras la sangre empieza a brotarle de las heridas en el pecho. La camisa blanca se empapa por completo, pero Ángel no cae. Nunca cae.
Sentía curiosidad por el título. Al final he llegado a la conclusión de que refleja el amor a la lengua de ambas autoras.
En la obra hay un montón de guiños, sobre la ópera, sobre Paco González Ledesma…
Cuando te piden que presentes una novela la glosas y la alabas. A mi me gusta sumergirme en el libro, paladearlo. Cuando me dijeron que Rosa Ribas iba a ser una nueva autora de la casa, de mi casa, la sensación fue reconfortante. La conocí en Barcelona Negra, en una presentación en una biblioteca con otros autores. Desde entonces nos hemos escrito emails de vez en cuando. Conocía sus novelas de Cornelia y sabía que tenía mucho que decir y en Don de lenguas lo hace.
Escribir a cuatros manos debe ser difícil y ellas han hecho un ejercicio hermoso para aproximarse a esta época de achicoria y tullidos, a través de recuerdos compartidos. Muchos elementos rememoran un pasado no tan pretérito. La protagonista recorre un camino a lo largo del periodismo y la vida. Italo Calvino, autor publicado también en Siruela, escribe en "El vizconde demediado": La diversión es cosa seria, habla de la relación entre el autor y el lector, el tiempo que el autor "roba" al lector no va a volver y hay que hacer que merezca la pena y se divierta.
Rosa Ribas comienza agradeciendo a Domingo el halago y él bromea diciendo que ha halagado al libro, no a ella.
Me agrada que te haya emocionado el libro y que hables de nuestros personajes con cariño y los muestres tan vivos.
Siempre tengo dudas sobre lo que hago, aunque en este caso tengo el refrendo de la coautora. Siruela cuenta con Domingo y otros autores que me gustan tanto que me he sentido muy honrada de que la editorial decidiera publicar nuestro libro.
La novela sucede en una época que no he vivido en persona, es la generación de nuestros padres y quería revivirla. Hacer que los lectores no lean un libro de historia si no que lo sientan, que lo vivan. Hay un gran tarea de documentación pero sobre todo trabajamos con testimonios de personas de aquel momento. Esta época nos atraía mucho por dos fenómenos: disminuye un poco la penuria económica, desaparecen las cartillas de racionamiento, los años negros pasan a ser grises. Por otra parte, el régimen se ve refrendado internacionalmente y eso acaba con las esperanzas de la gente que preveía su fin, ahora saben que va para largo. Se quiere mostrar una España perfecta, sin crímenes. Se dicen muchas cosas, pero se callan más. Ana, nieta e hija de periodistas tiene la oportunidad de saltar de la sección de sociedad a la de sucesos para mostrar el “modélico” trabajo policial. Descubrirá por si misma los límites de su profesión. Hubo un referente que nos sirvió de inspiración, Margarita Landi, que también pasó de la prensa de sociedad a la de sucesos escribiendo en El Caso. En esta época los hombres se interesaban por los deportes, las mujeres por las necrológicas y todos por los sucesos.
Domingo: Ana es amanuense, escribe y lee para los que no saben hacerlo. Yo sólo he visto este oficio en Marruecos.
Rosa: Yo trabajé durante un mes como amanuense, traducía cartas de personas que se habían conocido durante las vacaciones y no hablaban el mismo idioma, era testigo de las primeras cartas llenas de ilusión y del deterioro de la relación por la distancia que acababa terminando en ruptura. Es un recuerdo que tenía casi olvidado y ahora vuelve.
Como yo misma, Ana también escribe cartas de amor y lo hace a mano porque le parece que así debe hacerse. Y las retoca para hacerlas más bonitas.
Es importante que no se note el escenario, el lector debe de vivir con ellos, no debe haber explicaciones, la época se explica sola, haciendo que la gente sienta el hambre, sabiendo que era tan maravilloso tener unas medias que hasta las chicas se dibujan en las piernas la marca de la costura.
Domingo: Escribir una novela negra es conducir una montaña rusa en el que el lector va sentado en el asiento de atrás. Mientras el vagón sube traqueteando podemos mirar a los lados, desde lo alto la perspectiva nos deja mostrar al lector el paisaje, describir lo que hay alrededor y fijarnos en los detalles. Pero cuando el vagón empieza a caer ya sólo puedes pedir al lector que se agarre y se deje llevar, que permita que la novela le conduzca hasta el final. En "Don de lenguas", aun cuando la trama se precipita hacia el final de la novela, Sabine y Rosa no renuncian a la delicadeza y continúan regalándonos pinceladas literarias.
Cuando le preguntan por qué quiere ser periodista de sucesos, Ana dice que quiere ser periodista sin más. Pero su viaje le hace ser a Ana lo que no quiere ser.
Rosa: Ana no puede no ensuciarse. Tiene que aceptar los hechos o refugiarse en su mundo interior como Beatriz. Ana hace lo que hace falta hacer para formar parte del juego. Los personajes tienen dos caras, como Isidro Castro que es un hombre que no se cuestiona la violencia en el desempeño de su trabajo, pero a la vez es un padrazo.
Domingo: En vuestro libro se ve a dos escritoras como la copa de un pino. ¿Cómo es escribir a dos manos? A mi escribir me parece algo muy íntimo y me sorprende que este acto os haya unido.
Rosa: Lo que no mata engorda. Han sido tres años y medio de trabajo y seguimos siendo amigas. Ella vive a 100 km, quizás eso ayude. Es complicado, trabajoso, a veces supone renunciar al trabajo de uno mismo en favor de la otra persona. La novela se enriquece con aportaciones diferentes. Nos repartíamos los capítulos. Cada una tenía una constelación de personajes a los que daba voz. Aunque Sabine sabe español y yo alemán, ella escribía en su idioma y yo en el mío y luego nos traducíamos. Al traducir cambias de rol y ves lo que no funciona, eliminas lo superfluo.
Domingo: Tienes el modo de hablar de los españoles de "Españoles por el mundo".
Rosa: Como profesora de español como lengua extranjera soy muy sensible a lo que los otros oyen, termino siempre las frases porque si no mis alumnos se quedan esperando. Hablo un poco didácticamente. Sabine no ha vivido en España pero sí en Argentina. En la versión final de la novela cada una es responsable de su idioma. Le dimos el libro a una profesora y no pudo diferenciar qué parte habíamos escrito cada una.
Domingo: La versión en castellano es más tuya.
Rosa: Si no alcanzábamos un acuerdo cada una hacía lo que quería en su versión.
Comienza el turno de preguntas del público.
¿Cómo preparasteis la documentación?
Rosa: Fue muy placentera, consultamos hemerotecas, testimonios… aunque hay que evitar enamorarse de la documentación.
¿Cómo surgió la idea?
Rosa: Hace unos años escribimos un relato juntas y nos gustó la experiencia. También he traducido a cuatro manos y ese diálogo y esos pensamientos hacen que salga algo nuevo. También teníamos claro que si no funcionaba lo dejaríamos. No paramos, pero nos llevó más tiempo del que esperábamos.
¿Por qué esa época?
Rosa: Se ha tratado poco en la literatura, creemos que debe ser recuperada y se hará. Nos interesaban los límites morales de las personas, el conocimiento de la lengua. No podíamos desarrollarlo en la época contemporánea, se hubiera convertido en un CSI lingüístico. Tampoco irnos demasiado atrás en el tiempo sin volcar nuestras ideas actuales sobre un personaje femenino.
¿Has tenido que sacrificar mucho por escribir con otra autora?
Rosa: Hay de todo, a veces renuncias, a veces ganas, a veces entre las dos encontramos algo mejor.
¿Por qué crees que están de moda las novelas policíacas escritas por mujeres?
Rosa: No sé si es así o más bien que se está equilibrando la situación como en otros países. No creo que las mujeres se vuelquen más en los personajes porque también hay hombres que lo hacen. Hay escritoras crueles como el que más y también hombres muy cursis.
Domingo: Yo tampoco creo que haya una relación género-talento. En esta novela no hay sexo, como en las mías. Pero sí creo que cuando lo hay, las mujeres se acercan a él con una mirada más creíble, los hombres o hacen porno o caen en lo cursi.
¿Vais a repetir?
Rosa: Sí, pero después de una pausa. Al principio pensábamos en un solo libro pero hemos visto que hay más cosas que contar sobre los personajes y la época. Queremos presentar a Ana más adelante, un poco más hecha.
¿Crees que el libro se hubiera publicado con la censura de Franco?
Rosa: No, hay cosas que se ven en la novela que en esa época no se podían contar.
¿Se va a publicar en Alemania?
Rosa: Sí, ya tiene editorial, saldrá a finales de año.
¿Crees que este tema va a tener interés en Alemania?
Rosa: Sí, por la época, el público lee por curiosidad, por conocer otras épocas y circunstancias y creo que esta época interesará en Alemania.
A Domingo: ¿Vas a dejar de hacernos sufrir?
Domingo: Sí, y yo también voy a dejar de sufrir. Los escritores pasamos de estar recluidos como ermitaños a mostrarnos en público como exhibicionistas en la etapa de promoción. He hecho tantos planes, he incumplido todos y me da tanta vergüenza por mí mismo, por la editorial, incluso por mis hijos y mi familia. La novela está casi terminada.
¿Qué te ha proporcionado más satisfacción como escritora, dejando a un lado la experiencia y la técnica de escribir a cuatro manos, las novelas de Cornelia o esta?
Rosa: He disfrutado mucho, me gusta escribir, no sufro. Me gusta levantarme por las mañanas temprano y ponerme a escribir, si no puedo hacerlo me siento mal. No me gusta tanto planificar, a veces cuando estoy en esa fase se me va la mano y ya empiezo a escribir, a contar. Con cada novela soy más adicta a la escritura y espero escribir cada vez mejor, aunque a veces tenga que tirar el trabajo completo de una semana.
Otra versión en la Revista Tarántula
Me encantan las novelas policíacas, clásicas o actuales, de Christie a Larsson, pasando por Grafton, Camilleri y Mankell. Sus personajes se han convertido en mis amigos. Busco sus historias descatalogadas en bibliotecas y librerías de viejo y rastreo sus novedades en escaparates físicos o virtuales. Espero que os guste el blog y os ayude a encontrar autores o algunas de sus obras que no conozcáis.
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Como si hubiéramos estado allí. Qué lujo. Muchísimas gracias por tu completísimo reportaje. La presentación en Barcelona, aunque interesante y emotiva, no se prestaba a entrar tan a fondo en las interioridades de la novela. Ahora solo falta leerla, y estoy segura de que se ajustará a las exigencias a las que se refería Villar citando a Calvino.
ResponderEliminarGracias por permitirme vivir esta presentación. Estoy ansioso por leer esta nueva novela de Rosa RiBas a quien considero una crack.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias por plasmar lo que fue la presentación, muy interesante todo, la novela, Rosa Ribas, y por supuesto Domingo Villar. Supongo que ya no nos hará sufrir mucho más tiempo y pronto terminará la novela , je je.
ResponderEliminarsaludos!
¡Yo quiero ser amanuense! Qué bonito. Conocí a Rosa Ribas a través de "La detective miope" (un préstamo de la insuperable Loque) y me quedé enganchada a su prosa y, sobre todo, a su ingenio. Desde entonces se lo recomiendo a todo el mundo. Espero que tenga mucha suerte con este nuevo libro, tiene una pinta tan estupenda como ella en esta presentación. Besos.
ResponderEliminarSi hubiera estado en esta presentación creo, no, afirmo que no me hubiera enterado de tantas cosas como nos has transmitido con tu entrada A.S.
ResponderEliminarComo siempre que te leo mi lista apunta otro título para ser tenido en cuenta y, además, siendo Siruela sé que merecerá la pena hacerse con él en papel.
Un saludo primaveral
Gracias a nuestra estupenda reportera hemos podido sentirnos como si hubiéramos estado allí. Espero que la novela tenga éxito, no solo porque Rosa me cae muy bien sino porque lo que cuentan suena muy apetecible.
ResponderEliminarY en cuanto a Domingo, otro gallego le habría dicho ¡Domingo, carallo, que tienes a estos pobriños en ascuas!
¡Qué listos han sido los de Siruela al fichar a Rosa! Espero que sepan sacar partido de la buenísima baza que tienen con ella. Estupenda escritora y con un enorme encanto personal, confío en ver muy pronto sus libros en las listas de los más vendidos.
ResponderEliminarGracias Alice por la detalladísima crónica. Es un magnifico consuelo para quienes no pudimos estar allí.
Estuve allí, Alice, acompañando a Rosa Ribas en la promoción de Don de Lenguas y, como siempre que he tenido ocasión de escucharla, me admira su discreción, su talento y su empatía. Guardo el libro como una promesa de buena compañía y dejo constancia, en este lugar que nos brindas a tus seguidores, del buen rato pasado y de que el tiempo de escucharla se me hizo muy corto.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado María Rosa. Yo espero leerla estos días de fiesta, tengo mucha curiosidad, por la época y los personajes...
ResponderEliminarInterrobang, leí hace poco tu entrada sobre Cornelia y ya he visto que te gusta la autora.
Demanio, Rosa siempre es interesante, me gustaría que la conocieras en directo a parte de por sus libros.
Mónica-Serendipia, la verdad es que es algo hermoso y a la vez triste por lo que nos contaba Rosa. “La detective miope” es un libro maravilloso y me maravilla también que la autora tenga tantos recursos, sea capaz de contar historias tan diferentes como la de Cornelia y la de Irene.
Jajaja Unsurconmuchonorte, la verdad es que tomando notas he podido recuperar cosas que no recordaba de cabeza. Y aun así seguro que algo se me ha olvidado, no llevo grabadora, escribo a mano y es imposible seguir el ritmo. Para mí también Siruela es garantía de calidad. Un saludo primaveral desde Madrid que está bastante invernal.
Yo creo que el éxito de la novela de Rosa está garantizado Lammermoor, esta vez su editorial sí la está promocionando y creo que es lo que faltaba para que la obra de Rosa sea más conocida y reconocida por el público en general.
No puedo estar más de acuerdo Natalia D. Yo veo que están apostando fuerte por ella y los libreros y lectores parece que están respondiendo, como contaba ya está agotada la primera edición.
A mi también se me hizo corto Boga, me hubiera gustado que contara más cosas, pero volverá a finales de abril, creo que a la Librería Burma, espero haber leído el libro para entonces y poder seguir la conversación.
Gracias por traernos la presentación a los que no pudimos ir (con una pena muy grande).
ResponderEliminarYo también me alegro de que Siruela haya fichado a Rosa y espero de todo corazón que reediten bajo su ala "La detective miope" y la serie de Cornelia, y por fin sea conocida a otro nivel.
Lo de escribir entre dos, evidentemente debe ser difícil, pero con dos idiomas además... lo veo imposible.
Yo también espero que los vayan reeditando poco a poco Loque, supongo que estará por medio el tema de derechos... También que publiquen los libros en ebook...
ResponderEliminarGracias por traernos a casa la crónica Alice,eres mi streaming de negra,jejeje.
ResponderEliminarYo buscando "La detective miope" y compruebo por loque que la cosa está difícil.
Estoy muy interesada en esta nueva novela de Rosa Ribas, lo de a cuatro manos me suena...;-) (aún hacemos risas cuando alguien nos dice, este post es claramente de Roberto... ¿adivinas de quién es el último?)
Estoy habituada a los argumentos de filológos y traductores en cuanto al cuidado del lenguaje, y lo cierto es que ese trabajo de amanuense tal vez haya que recuperarlo. "Don de lenguas" ya en la cesta!!
Y, demonios, ¿a qué espera Domingo Villar?
Pues sí, La detective miope está bastante agotada Maribel, pero he visto que en web de La Casa del Libro está disponible... Si no la encuentras silba cuando vengas por Madrid y te la presto.
ResponderEliminarEstoy leyendo ahora la novela a cuatro manos, es muy interesante, ya comentaré cuando la termine.
Y sinceramente yo no soy capaz de distinguir vuestros estilos...
Ahora mismo he acabado DON DE LENGUAS. Tenía pendiente de leer también la reseña en tu blog, Alice, sobre la presentación en Madrid, que no había leído por haber mediado semana santa. Por eso, porque me lo ha hecho recordar la lectura del libro, acabo también de leerla. Y me ha parecido magnífico encontrarme con esto: "Le dimos el libro a una profesora y no pudo diferenciar qué parte habíamos escrito cada una." ¡Sería un buen desafío para Beatriz Noguer!
ResponderEliminarLa historia está muy bien elaborada y muy bien escrita. Todo lo que habla de Barcelona y de lo que se hablaba en las casas y en la calle, todo está allí. Creo que no falta nada. Es impresionante. La novela empieza de una manera fantástica, dura, me ha impresionado. A medida que avanza la novela, se vuelve más misteriosa y participativa. Hay una sabia combinación de estilos narrativos que podrán agradar a diferentes tipos de lectores. De momento, por la proximidad de mi lectura con la salida y presentación del libro, me quedo aquí con el comentario. No quisera yo desvelar nada que entorpeciera la sorpresa de la lectura.
Yo todavía estoy en la página 315, espero a terminar para comentar. Gracias por compartir tus impresiones Detectives salvajes.
ResponderEliminarHe terminado Don de lenguas, me ha gustado: la trama muy bien construida y original, el desenlace perfecto. La época creíble y bien recreada hasta donde llega mi parco conocimiento. Una Barcelona evocada que personalmente no conozco pero que me ha resultado muy viva con su termómetro gigante y las atracciones Apolo. Hay un bonito homenaje a Ledesma y a los que cómo él escribieron novelitas al no poder utilizar su propio nombre por estar represaliados.
ResponderEliminarMe han gustado Ana y Beatriz, pero he echado de menos la pasión de personajes como Cornelia o Irene.
Pasión si la tienen Alice, pero quizá Cornelia e Irene son de nuestra época, contemporáneas nuestas. en cambio, Ana y Beatriz nos quedan un poco lejos y se nos hace más difícil empatizar con ellas. Hay en lo que has dicho algo que me ha hecho pensar en que tienes razón en cuanto a la palabra "pasión"... ¿No será "dispersión"? Hay muchos personajes creados y quizá alguna debería perfilarse más que los otros para llegar al lector de Cornelia o Irene... ¿Te parece?
ResponderEliminarNo se Detectives Salvajes, quizás un libro escrito a cuatro manos no pueda ser tan personal... Me gustan los personajes del libro, el policía, Encarni, el primo, los padres, no creo que sea dispersión. También las protagonistas, una de vuelta, otra empezando... Es sólo que creo que no tienen tanta profundidad...
ResponderEliminarHola Alice y compañía
ResponderEliminarDespués de hibernar un ratito, vuelvo. Acabo de terminar Don de lenguas y me ha parecido fantástica. Buena ambientación, sin agobiar con datos. Te sumerge en la época, en su grisura y en su miedo. Buenos personajes, creíbles, en su grado justo de ambigüedad y la trama muy trabajada con un final también creíble. Hacia el último tercio de la novela, te quedas pensando que la historia se ha complicado mucho y a ver cómo las autoras deshacen el entuerto sin caer en la inverosimilitud, pero lo resuelven muy bien.
En cierto modo, como pasa con otras novelas negras, es una novela de aprendizaje. Ana crece. Pero también es una novela de "desaprendizaje". Qué palabro. Beatriz aprende a salir de sí misma.
Me emocionó la Barcelona del Zurich y el Pastís de hace años. Todavía existe una parada de metro que se llama Congreso, como sabréis los que conocéis Barcelona.
Sólo una tontería. En un momento hablan de un enigma. Se plantean qué puede ser y descartan que sea un código postal. Claro, en el año 52 no había códigos postales en España. Existían los distritos. Recordáis los que tenéis una edad aquello que se ponía en los sobres de "Madrid-14" o "Barcelona-7"?
eyre
Rebienvenida Eyre, sí hace mucho que no comentabas.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado el libro y me gusta cómo describes la evolución de los personajes.
El Zúrich lo he encontrado en muchas novelas y el Pastis en alguna más :)
Yo también me di cuenta de lo de los códigos postales y se lo comenté a la autora por si lo pueden modificar en ediciones posteriores...
Alicia de Madrid-33.
Al leer el comentario de Eyre estaba pensando en la lástima de no poder ir a la charla de Rosa Ribas de esta tarde, Alice. Finalmente tengo otro asunto entre manos y bien mal que me sabe.
ResponderEliminarYo también he estado hibernando como Eyre pero no tanto como para no estar al día de vuestras andanzas, he seguido todos vuestros comentarios y lecturas.
Decir que tampoco he parado de leer unas veces con mejor fortuna que otras. El comentario de Boga, me ha traído el recuerdo de que tengo un libro pendiente de S. Paretsky y que aún no he leído.
Una lástima que no pudieras ir Isabel, es tan interesante escuchar a Rosa como leerla.
ResponderEliminarPues nada, a ver si sales de la cueva y comentas algo más que se te echa de menos, ya sea donde Paretsky o en otro lugar.