Lola se llama en realidad Maria-Thérèse Jost, trabajó como comisaria del distrito décimo. Se prejubiló al quedar muy afectada cuando uno de sus compañeros murió. Ahora disfruta de la libertad de movimientos que le proporciona no ser policía. Colabora con su antiguo ayudante Jérôme Barthéleny, a espaldas de su jefe Jean-Pascal Grousset, un enano de jardín.
Gruesa, usa la talla 50 o 52. Cabello gris peinado como una abuela. Lleva gafas. Voz aguardentosa. Fuma. Carácter jodido.
Divorciada, tiene un hijo y dos nietas que viven en Singapur y más tarde en Tokio.
Tiene un Twingo aunque no le gusta conducir ni viajar. Es muy casera, su pasatiempo favorito es hacer puzles en casa mientras saborea un Oporto.
Ingrid Diesel nació en Brooklyn, Nueva York, en 1972. Antepasados rusos e irlandeses.
Decidió que la mejor manera de contribuir a hacer un mundo mejor era aprender a hacer masajes. Viajó por todo el mundo aprendiendo las mejores técnicas: thai, shiatsu, balinés, californiano... desde hace dos años vive en París.
De aspecto andrógino, cabello corto rubio, alta, musculosa, sin un ápice de grasa. Tiene un tatuaje en la espalda. Le gusta pasear por París o correr en la máquina del gimnasio y dos veces a la semana emplea sus noches en algo diferente. Bebe cerveza mexicana.
En "El pasadizo del deseo" una vecina de Ingrid es asesinada en su piso, los pies mutilados y a su lado un montón de dinero. Ingrid pide ayuda a Lola y así comienza su colaboración.
En "La hija del samurái" la hija de un cliente de Ingrid se arroja desde la planta 34 de un hotel. ¿Asesinato o suicidio? El padre les pide que investiguen. Por otra parte alguien deja una mano en la nevera de Ingrid.
Comentario personal
Las dos primeras novelas de Sylvain me han resultado muy aburridas. Sus protagonistas son de cartón piedra, no he empatizado con ellas. Sus andanzas por un París sin luz no tienen interés. La autora pretende crear secundarios originales y no consigue más que burdos clichés. Las historias son pesadas y la explicación de las tramas bastante absurda y precipitada, no ofrece pistas al lector... La narración es lentísima. No creo que vuelva a leer nada de esta autora.
Las protagonistas suelen comer en el restaurante de su amigo Maxime: Aux belles de jour comme de nuit: ensalada de lentejas, guiso de cordero primaveral, tartar pasado por la sartén con patatas fritas, pintada asada a la sal con puré de garbanzos, natillas con leche de almendra amarga y pastel de cerezas.
- El pasadizo del deseo (Passage du Désir, 2004)
- La hija del samurái (La Fille du samouraï, 2005)
- Muerte en el Sena (Manta Corridor, 2006)
- La ausencia del ogro (L'Absence de l'ogre, 2007)
- Guerre sale, 2011
- Ombres et Soleil, 2014
La autora
Dominique Sylvain, nació Thionville, Francia, en 1957. Estudió Historia del arte en la Universidad de Estrasburgo. En 1980 comienza a trabajar como periodista freelance y en 1986 como relaciones externas y responsable de mecenazgo en la empresa de siderurgia Usinor. En 1993 se traslada a vivir a Japón, publica su primera novela Baka! En 1995, inspirada en este país. Se traslada a Singapur en 1997 y vuelve a París en 1999. En 2004 publica el primer libro de la serie Lola e Ingrid y vuelve a Tokio, donde vive actualmente.
Web de la autora: www.dominiquesylvain.com (en francés)
Otros libros
Serie Louise Morvan
- Baka!, 1995 - reescrito en 2007 donde pasa a estar protagonizado por Morvan
- Sœurs de sang, 1997
- Travestis, 1998 / Le Roi Lézard, 2012 - Nueva versión de Travestis
- Techno Bobo, 1999
- Strad, 2001
- La Nuit de Geronimo, 2009
Serie Bruce
- Vox, 2000
- Cobra, 2002
Novelas
- L'Archange du chaos, 2015
- Ella duerme aquí (Kabukicho, 2016)
- Les Infidèles, 2018
Relatos y novelas cortas
- Mon Brooklyn de quatre sous, 2008 - contiene el relato en La Maîtresse en maillot de bain : Quatre récits d'enfance
- Mots pour maux, 2008
- Les Hommes en noir, 2011 - relatos sobre futbol, contiene Loi 17: Le coup de pied de coin
- Parfums d’été, 2012 - novela corta
- Alfred, 2013 - relato
- Disparitions, 2013 - novela corta en Femmes en colère, 2013
- La Mule du coach, 2014 - novela corta
- La Dernière Ennemie
- La Dernière Page
- Le Prix de la légende
No ficción
- Régals du Japon et d'ailleurs, 2008
Discrepo en cuanto a la primera 'El pasadizo del deseo' que me atrapó por su habilidosa manera de incorporar ambientes y personajes tan dispares, pero en cambio la segunda 'La hija del samurái' me ha parecido un bodrio insufrible y así lo publicaré en breve en el blog. Tan mal cuerpo me ha dejado que no se si seguir con la tercera, que la tengo allí, en la estantería, haciéndome ojitos...
ResponderEliminarSaludos!
Sí, Interrobang, vi tu entrada y que la ponías bastante bien pero a mi ya la primera me resultó un bodrio, los personajes eran dispares pero muy artificiales... Cuando comencé la segunda me pareció mejor pero volví a terminar ¡tan aburrida!. Así que la tercera ni aunque me haga ojitos...
ResponderEliminarSaludos
Estoy bastante de acuerdo con la blogera, quizá no tan radical, pero no me engancharon las dos que leí. Y me parece una pena que una novela con buenos mimbres se pierda, pero intenta ser tan estupenda y sus personajes tan chics y tan molones .... que se pierde ... a mi gusto.
ResponderEliminarAy José María, es que a mi los personajes ni me han parecido molones ni nada, eran dos marcianas. Una comisaria haciendo puzles y bebiendo Oporto y una masajista vocacional que hace strip-tease por las noches... ¡madre mía! ¡qué vuelvan los detectives alcohólicos de toda la vida!
ResponderEliminarPues con ciertas limitaciones pero no tengo tan mala opinión de la autora. Es cierto que hay algo de lo que comenta José María respecto a que trata de crear personajes que sean absolutamente originales y, a veces, patina pero en su conjunto no me desagradan las dos protagonistas.
ResponderEliminarTambién hay que tener en cuenta que la amiga Ingrid es guapa, alta, muculosa, experta en proporcionar masajes y con un cuerpo espectacular que no duda en mostrar (dos veces por semana) para el deleite del personal. ¿Pero se le ocurre a alguien un personaje mejor?
Besos y saludos.
Y no te olvides Javi del tatuaje japonés que cubre su espalda... Es verdad, me he equivocado, no es de cartón piedra, es de plástico :)
ResponderEliminarTraslado un comentario del Cajón de sastre a esta entrada:
ResponderEliminarIsabel dijo...
Estoy leyendo El pasadizo del deseo de Dominique Sylvain, era un libro que tenía por casa hace un montón de tiempo pero que por unas cosas u otras siempre relegaba. El asunto es que Paco Camarasa me dió el empujón que faltaba con su recomendación de la que estoy agradecida pues es una novela diferente. Las protas son una comisaria retirada y una masajista. Aparece un París de cine gore, inmigrantes, prostitutas, pero también gastronomía y lluvia, mucha lluvia. Forman una serie, por esto lo comento Alice y éste es el primer libro que me va gustando mucho.
5 de octubre de 2010, 9:33
Coincido totalmente con tus opiniones. He leído también Ella duerme aquí y tampoco me convenció. Esta en particular, me ha resultado infantil por los saltos en la evolución de las acciones(el divorcio del policía, el viaje a EEUU), los contrastes entre el crimen y los ambientes id+ilicos en los parques y Nueva Orleans, y también la afirmación imposible del policía "Olvidamos que generalmente hay que buscar a los culpables de un crimen dentro del ámbito familiar". Tampoco leeré nada más de esta autora.
ResponderEliminarPues gracias por la pequeña reseña de Ella duerme aquí y ¡me alegra que coincidamos!
ResponderEliminarLeí hace tiempo "El pasadizo del deseo" y lo recuerdo negativamente: muy estrafalario, mucho batiburrillo de personajes sin ton ni son y en ningún momento me introduje en la historia que me pareció liosa o mal traducida o yo qué sé. Hace poco he leído "Muerte en el Sena" porque la tenía por casa y pasable, sin más. Pero me planto, ya no me han quedado ganas de continuar con esta autora.
ResponderEliminar¡Una menos! jajaja
ResponderEliminarViendo los comentarios yo tampoco me animaré. Aquí en Francia no sé si los libros son muy populares pero hicieron dos telefilms en la tele pública con muy poco convencimiento: en el primero Ingrid es negra y en el segundo, blanca. Creo que con esto está todo dicho. Y una pequeña nota sobre algunos comentarios de esta entrada que me ha llamado la atención: lo de la lluvia. Se ve que la autora hace mucho que no vive en París porque no llueve mucho. Hace un tiempo horrible, muy gris, lleno de nubes y de contaminación pero poca lluvia. Algún día cae el calabobos tan molesto y cuando llueve de verdad suele ser en el peor momento como cuando la parada de metro más cercana está a 30 minutos andando o acabas de salir de casa con el flequillo recién alisado.
ResponderEliminarEso me recuerda a cuando en la segunda temporada de Cagney y Lacey cambiaron a Cagney porque eran muy "masculina"...
ResponderEliminarÁnimo con el clima Jocelyne... aquí estamos luchando contra un invierno frío y lluvioso, bastante más invierno de lo que estábamos acostumbrados últimamente...
Diesel y Host o Host y Diesel no me interesan lo más mínimo. La única novela que leí fue El pasadizo del deseo. Mala de solemnidad. La dejé en cuanto vi que un personaje resucitaba.
ResponderEliminar"—¡Pasma por detrás! —aulló Jean-Luc.
Farid disparó. El parabrisas trasero voló en mil pedazos. Jean-Luc giró, aceleró
bajo las ráfagas. Un gruñido de Farid. Jean-Luc vio cómo su cuerpo caía hacia la
portezuela. El todoterreno fue directo hacia el escaparate de una pastelería y lo
reventó.
Cristales por toda partes, sangre. «No es mía», pensó Jean-Luc. Estiró el brazo
hacia Farid, inerte; le tocó el hombro, tocó la lana del verdugo negro. Se lo arrancó
gritando su nombre. Y creyó desvanecerse en el rostro de Farid Yunis.
«Mi hermano está muerto. Mi ángel. Nos han vendido».
El miedo había abandonado a Jean-Luc. Un poli bramaba por un megáfono. Se
ensortijaban las luces giratorias de los coches policiales. Farid agarró el kalashnikov,
salió del todoterreno y retrocedió hacia la pastelería al tiempo que vaciaba el
cargador."
No sé si fue un problema de la traducción pero a partir de ahí mi interés por terminar el libro desapareció. Me importaba un bledo el desenlace. No todo el mundo puede ser escritor de novela negra. Tranquila Dominique, te queda el periodismo
Jajaja, no me di ni cuenta... en cualquier caso el libro es un horror... siempre guardo los libros que compro y leo y este lo he regalado a una librería de segunda mano.
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