La Policía de los Renos es un cuerpo transnacional que fue creado tras la II Guerra Mundial, cuando los noruegos robaban renos para comer, no tenían nada tras retirada del ejército alemán mediante su estrategia de tierra quemada. Patrullan la meseta desértica (vidda) del norte de los países nórdicos. Su tarea principal es realizar labores de mediación, prevención de conflictos entre ganaderos de renos, ocuparse de accidentes de renos...
Klemet Nango es el miembro más experimentado de la Policía de los Renos y el único sami (lapón). Sus padres eran laestadianos, miembros de una iglesia luterana fundada hace 150 años por un pastor medio lapón que trató de alejar a los samis de sus ritos ancestrales y del alcohol. Creció en un ambiente rígido, sin baile, sin deporte, sin televisión. Su única influencia positiva fue su tío Nils Ante, un cantador de yoiks (cantos que relatan cuentos, maravillas y misterios). Creció en Kiruna, a los 15 años la familia se trasladó a Kautokenio. Durante su juventud trabajó en un taller de coches. Ingresó en la policía sueca y trabajó durante unos años en el departamento de homicidios de Estocolmo, más tarde volvió a Kautokenio.
Pelo castaño cortado a cepillo. Unos 50 años. Es un hombre racional, apartado de la tradición sami, que no conoce y de la laestadiana, que rechaza. Algo acomplejado por la falta de estudios, a veces opta por el silencio.
Nina Nansen. Nacida en Stavanger, en el sur de Noruega. Se formó en una familia evangélica. Tras pasar unos meses de au-pair en Francia ingresó en la policía. Se formó en la academia de policía en Oslo. Llegó a la Policía de los Renos hace tres meses, completó su formación en Kiruna (Suecia) y recientemente ha sido trasladada a Kautokenio.
Rubia, de pelo largo, ojos grandes y expresivos que delatan sus sentimientos. Graciosa y atractiva. Curiosa y extrovertida, intenta conocer la cultura e integrarse, siempre tiene respuesta para todo. Le gusta hacer fotos.
Ambos forman la patrulla P9 y en "El último lapón" deben colaborar con la policía en la búsqueda de un tambor ritual sami desaparecido y en la investigación del asesinato de un ganadero.
Comentario personal
"El último lapón" es un libro ameno y bien escrito. Nos adentra en las frías praderas de la tundra nórdica, a 27º bajo cero. Con sus 40 días sin sol, vemos como poco a poco el día vence a la noche y disfrutamos del resplandor de las auroras boreales.
Aunque el escenario es lejano, me ha recordado las novelas de Craig Johnson, Tony Hillerman o William Kent Krueger por la integración y los de la población aborigen con la sociedad "normal". Se nos muestran algunas tensiones políticas representadas de un lado por los samis y la defensa de su identidad y del otro por el Partido del progreso, contrario a ningún tipo de concesión, movido por intereses ocultos.
Los protagonistas son interesantes, sus caracteres son amables y están bien dibujados. La historia está bien hilvanada.
Para comer: Caldo de reno, tuétano de reno, reno fileteado en salsa marrón con configura de arándanos y puré, salmón con eneldo y patatas hervidas. Pan polar poco azucarado. Mesost (queso blando caramelizado). Chuletas con salsa bernesa y patatas con ajo. Bocadillos de crema de gamas o huevas de pescado.
Libros de Klemet Nango y Nina Nansen
- El último lapón (Le dernier Lapon, 2013)
- El estrecho del Lobo (Le détroit du Loup, 2014)
- La montagne rouge, 2016
El autor
Olivier Truc nació en Dax, Francia en 1964. Creció en París y Montpellier. Trabajó como periodista. En 1994 se traslada a Estocolmo como corresponsal en los países nórdicos de Le Monde.
También es autor de varios documentales para televisión.
Publica su primer libro, L'Imposteur, en 2006.
Otros libros
- L'Imposteur, 2006
- Dykaren som exploderade, 2008 - con Christian Catomeris
No conservo otras notas de esta lectura que no hagan referencia a lo que me interesó sobre el Instituto Geológico Nórdico en Malå (Suècia). Ello debe ser por deformación profesional. Recuerdo que la historia me interesó también por la parte antropológica, como la que describen las construcciones y la dura vida en Laponia. Para mí fue una lectura entretenida e interesante. Compensaré este mísero comentario con las citas que tomé de la parte de los archivos y lo que averigüé al respecto.
ResponderEliminarEs lo siguiente:
Institut Geològic Nòrdic, a Malå (Suècia)
http://www.sgu.se/om-sgu/
“La sede del Instituto Geológico Nórdico se hallaba a la salida de la pequeña ciudad [Malå]. Algunos archivos seguían aún bajo la administración nacional pero, por razones prácticas, los países nórdicos habían reunido en él cuanto concernía a Laponia, cuya geología era bastante particular. Es pequeña ciudad, únicamente comunicada mediante la carretera que la unía a la costa sueca del golfo de Botnia, a varios cientos de kilómetros hacia el sudeste, recibía regularmente la visita de compañías mineras del mundo entero que iban a preparar sus campañas de exploración en la región. Los suecos habían instalado allí su instituto desde hacías más de un siglo y disponían, por esa razón, de archivos únicos, en particular de las perforaciones llevadas a cabo a partir de 1907” (EL ÚLTIMO LAPÓN, Olivier Truc, Destino, 2013, pàg. 294-295)
“… los dos policías y Eva deambularon hasta un hangar situado al otro lado de la calle. Varios edificios inmensos albergaban decenas de miles de cajas planas de madera, cada una de las cuales contenía diez testigos de un metro de longitud y unos centímetros de diámetro. Eva se sentó sobre una de las cajas.
—Como pueden ver, todos los testigos están numerados. Éste es una serie de U—dijo señalando los códigos—. U de uranio.” (Ídem, pàg. 297-298)
“Eva se dirigió hacia un despacho situado en un rincón del hangar. Encendió un ordenador e introdujo la información en la base de datos. Observó los mapas que aparecían en pantalla y fue a buscar en un mueble especial los mapas en cuestión a una escala legible. Los desplegó sobre una mesa muy grande.
—Estos son los sitios a los que el francés pretende ir a pasear. ¿Va a hacerlo solo?
Eva se inclinó sobre los mapas, pasó el dedo sobre los símbolos y resiguió las curvas mientras emitía gruñidos y hablaba para sí mismas.
—Veis, cuando un geólogo dibuja un mapa, anota una multitud de detalles observados en el terreno. Los mapas que tenemos ante nosotros están simplificados y se han realizado a partir de mapas originales. Cuando alguien quiere hacer una exploración, empieza por visitar nuestra web en internet para ver mapas geológicos como éstos. Luego hay, además, una lista de informes sobre las zonas contemplada. Éstos son los archivos que conservamos aquí, así como los testigos que nos rodean. Y nosotros proporcionamos esos informes a quienes los solicitan. Algunos se remontan a antes de la segunda guerra mundial.” (Ídem, pàg. 298-299)
Animo a su lectura. Un saludo a todos.
Añado que el comentario anterior se refería a EL ULTIMO LAPON. No he leído el segundo de la serie todavía.
ResponderEliminarHola, el segundo es diferente ,pero a mi me parece igualmente bueno. En lugar de centrarse casi exclusivamente en el pueblo sami habla del choque entre conservar las costumbres ancestrales o buscar el beneficio económico y "modernizar" esos parajes tan inhóspitos. Recomendable igualmente, aunque "el último lapón" resulta muy interesante por lo "exótico " y la trama, para mí, está más lograda.
EliminarSí Detectives salvajes, el segundo, El estrecho del Lobo, acaba de salir, yo tampoco lo he leído pero aproveché la ocasión para publicar la entrada.
ResponderEliminarA mi también me interesó el aspecto de las tradiciones samis. Lo poco que conozco sobre el tema lo aprendí en un viaje por el norte de Noruega y la visita a un museo y unas pinturas rupestres (las de la foto) en Alta.
Lei EL ULTIMO LAPON-
ResponderEliminarIm-pre-sio-nan-te !!!!
Impecxable narración. ¡Cuanto se aprende de la vida de los ganaderos lapones, de las tradiciones sami, idiosincracia y cultura generales, etc.etc.etc.
¡que bien llevado el suspenso, a pesarque la tragedia de las primeras paginas ya nos condicionan, pero el escritor nos mece suavemente, pasa a otra escena que tambien subyuga y así nos va llevando al final, sin prisas pero sin desmayo!
lo recomiendo fervorosamente.
Gracias, Alice por darnos a conocer este frances grandioso, que no tiene (hasta ahora) la difusión que merece (hablo de otras páginas literarias)
Me alegra que te haya gustado Marion y añadir otra recomendación (fervorosa :) ) a la entrada que hasta ahora no ha tenido muchos comentarios. Tenía la sensación de que el autor era más conocido... y como dices, se merece serlo.
ResponderEliminarMe zambullo de lleno en el segundo titulo de Oliver Truc, a pesar de que vuelve a transcurrir en Laponia.
ResponderEliminarCon 40 grados bajo cero a la intemperie, hay que pasar a la tienda sami de Kelmet y tomar unos buenos coñacs.
Dice el refran que "segundas partes no son buenas"
Siempre puede darse la excepcion.
Veremos.
Esperamos tus noticias Marion, pero sin mucho detalle, que todavía no la he leído!
ResponderEliminarFinalicé la lectura de EL ESTRECHO DEL LOBO y me gustó aún más que EL ULTIMO LAPON.
ResponderEliminarEstoy fascinada con Olivier Truc y estos dos títulos son verdaderos exponentes de novela negra, en su total acepción, pues el estudio sociológico es impecable.
Ya no hay 40 grados bajo cero pues el invierno pasó. Esta acción transcurre en el mes de mayo, primavera con 4 grados bajo cero, pero un sol que en lugar de aparecer dos o tres horas diarias, va aumentando con suma rapidez su duración, hasta llegar a los últimos días de mayo con solo 15 minutos de oscuridad en 24 horas, y sin puestas de sol.
Y si bien vuelve a transcurrir en Laponia, no trata sobre los problemas de quienes se dedican a la cría de renos, única ganadería zonal, ni de los pescadores que deben convertirse en ganaderos por finalización de pesca bacalao, sino que aborda un problema completamente distinto.
En 1960 los científicos declararon el mar Ártico como poseedor del 30% de todas las reservas petroleras del planeta, y el epicentro se hallaría en el mar de Barents, lo que ocasionó que políticos noruegos y multinacionales de conocidos imperios comerciales se lanzaran a su inmediata explotación. Para trabajar en las profundidades marítimas se necesitaron buzos.
Y allí arranca la historia de estos seres que, también creyeron verse a un nuevo El Dorado, y con unas pagas superlativas, aguantaron condiciones de trabajo subhumanas, durante casi 25 años pues a partir de 1990, y en vista de múltiples accidentes fatales se pasó al trabajo por medio de submarinos.
Se investigan varias muertes recientes, producto de las mafias petroleras vigentes, que utilizan a ciertos buzos con francas derogaciones de las reglas actuales de seguridad, pero hay que remontarse a aquellas épocas, para su debida comprensión.
Truc lo hace magistralmente. Utiliza un juego de pistas fenomenal, que va llevando muy bien el suspenso, sin truculencias ni jugarretas, sino con una suavidad encomiable.
Continúan sobrevolando las tradiciones samis, como no podía ser de otra manera por la región que se trata, pero eso adiciona enseñanzas interesantes enriqueciendo la acción. Detallando pormenorizadamente la historia de las rocas sagradas, para dar un ejemplo, lugares mágicos que contienen el saber de los samis y la esperanza de sus hombres.
Así como nosotros tenemos iglesias, monumentos o museos, los samis tienen esos sitios donde dejan sus ofrendas, pues se consideran "un pueblo de la naturaleza”
Muy bien narrado. Nos lleva sin desmayo hasta la ultima línea del texto.
Hay dos puntitos flojos al final, un error y un desliz, que se los dejo al futuro lector para descubrir y no incurro en spoilers. No son graves. Son dos cositas que encontré porque soy muy criticona, dos manchitas en la perfección de Truc, nada más, pero que no afectan el contenido de la obra, que considero altamente recomendable.
Gracias por volver a traernos las noticias Marion. Es interesante pasar de la noche eterna al día eterno y toda la trama que comentas para mi totalmente desconocida.
ResponderEliminarDejé "El estrecho del lobo" por la mitad, me resultó insoportable. Reiterativo con respecto al primero, con un entorno natural opresivo y desesperante, con personajes sin matices, aburridos y desesperanzados. Me terminó de convencer de nunca conocer Laponia y, de paso, los paises bálticos (los cuales, con la sola excepción de Finlandia, me caen francamente mal).
ResponderEliminar"El último Lapón" por lo menos era original en describir el entorno y las costumbres.
Para mí la novela negra debe limitarse a su ámbito natural, el urbano.
No lo he leído Leandro y no sé si llegaré a hacerlo. Quizás que el autor no sea originario de esas tierras condiciona su mirada y hace que caiga fácilmente en el tópico. En cuanto a los países bálticos yo he tenido ocasión de visitarlos y me han parecido muy interesantes y ricos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Sisco... espero que la dicotomía entre costumbres ancestrales y modernidad no se resuelta de un modo artificial... algunos escritores me parecen muy cómodos abogando por lo auténtico desde su cómoda posición moderna...
ResponderEliminarMe encantó el primero y estoy comenzando el segundo,ya les contaré@
ResponderEliminarGracias por tu opinión Paula, veo que el autor no ha publicado nada nuevo desde 2016...
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