Nació en la estepa. Entre los 13 y 18 años, en los años 70, se educó en un monasterio de los pocos que habían sobrevivido al régimen comunista. Allí aprendió el arte de la lucha kempo, a disparar con flechas y a ser una persona equilibrada. Se casó. Hace 10 años perdió a su hija pequeña, Kushi, y en cierto modo a su mujer y su hija mayor, Saraa, que detesta lo que es.
Es un buen hombre que a veces se comporta como un sociópata. Por no poder vengar la muerte de su hija, acabó vengándose en si mismo. Hace lo que le da la gana, no rinde cuentas… Arde de cólera con cada crimen al que se enfrenta, con cada inocente asesinado, con cada vida destrozada.
Le ayudan en sus investigaciones:
- Oyun, policía, denominada pequeña genio, joven, con mucha determinación.
- Solongo, forense, de una belleza resplandeciente, vive en una yurta y guarda las tradiciones nómadas.
- Gantulga, un simpático chaval vagabundo.
En "Yeruldelgger, muertos en la estepa" el protagonista se desplaza a tres horas de Ulán Bator, donde unos nómadas han encontrado el cadáver de una niña enterrada con su triciclo. En la ciudad investiga el asesinato de tres ciudadanos chinos que ha sido emasculados, y dos prostitutas.
Comentario personal
El punto fuerte de "Yeruldelgger, muertos en la estepa" es el inédito escenario donde se desarrolla que resulta atractivo, por lo desconocido, a nuestros ojos occidentales. Mongolia, como país de amplias estepas y escarpadas montañas, y su capital mudando la piel de la piedra y el polvo al cristal y al hormigón. Su reciente historia, arrasada por un régimen que prohibió sus tradiciones, el chamanismo, el alfabeto mongol, los apellidos de los clanes… Sus nómadas desarraigados, la arrogancia de los "ocupantes" empresarios chinos y coreanos, potentados rusos, los ultranacionalistas mongoles. Pero tiene un punto de falsedad, como las novelas de los ingleses sobre Francia o Alemania o las de los franceses sobre Laponia, no puedes evitar pensar que el autor está mitificando esa cultura.
El protagonista es una mezcla de "desgraciadito" y superhéroe que acaba resultando muy cansino.
El trascurso de la novela se hace pesado, con investigaciones resueltas de un modo casual. Hay algunos pasajes pretendidamente mágicos o algunos sueños que resultan algo ridículos. O la impresionante memoria de un nómada que recuerda la matrícula de un coche que pasó por un poblado hace cinco años.
Yeruldelgger desayuna crema con arándanos y té salado con mantequilla. Come caldo de cordero, kuushur (empanadillas fritas de carne de cordero cebado con cebolla, ajo y comino), boodog (marmota cocida con piedras calientes en su interior) y cuajo de yogur tibio. Bebe airag (leche de yegua fermentada), leche de yak, cerveza Chinggis o agua Perrier.
Libros de Yeruldelgger
- Yeruldelgger, muertos en la estepa (Yeruldelgger, 2013)
- Tiempos salvajes (Les Temps sauvages, 2015)
- Yeruldelgger, la muerte nómada (La Mort nomade, 2016)
El autor
Ian Manook es el seudónimo de Patrick Manoukian. Nació en Meudon, Francia, en 1949. Cuando tenía 18 años recorrió Estados Unidos durante dos años haciendo autostop. Se licenció en Derecho y Ciencias Políticas por la Sorbona y en Periodismo por el Institut Français de Presse.
Ha trabajado como periodista en Le Figaro y ha realizado reportajes sobre viajes en Vacances Magazine, Partir, Télémagazine y Top Télé. Fue redactor jefe de Télé Guide. En 1987 creó Manook, una agencia de editores especializada en autores de viajes, y Tournon, una editorial infantil y juvenil.
Ha escrito guiones para cómics, dos libros de viajes y también una novela juvenil con el seudónimo de Paul Eyghar.
Otros libros
Libros de viajes
- D'Islande en Belize, récit de voyage, 1978
- Le Temps du voyage : petite causerie sur la nonchalance et les vertus de l'étape, 2011
Libros infantiles
- Les Bertignac : L'homme à l'œil de diamant, 2011 - como Paul Eyghar
Buenas
ResponderEliminarPues nada Alice, que lo has clavado, muy poco que añadir a tu certero comentario respecto a Yeruldelgger.
Lo mejor para mi gusto: el personaje de Gantulga que es el verdadero investigador de la novela utilizando las impagables enseñanzas que le proporcionan las diferentes versiones de CSI.
Lo peor: que no me creo nada de las idílicas costumbres ancestrales mongolas ni de los sistemáticamente borrachos y pertinazmente explotadores coreanos, chinos y rusos. Como bien indicas, se nota que es un occidental el que lo cuenta.
Besos y saludos
Gracias Javi.
ResponderEliminarEfectivamente Gatulga e incluso Oyun me parecen mejores personajes, más simpáticos y cercanos que Yeruldelgger o Solongo, que también parece que mea colonia. Las alusiones a CSI también me hicieron gracia.
Saludos y besos
Muy buena reseña Ali. Totalmente de acuerdo contigo. La novela se me fue deshaciendo en las manos después de un esperanzador comienzo. Si no fuera por la ambientación en Mongolia, sus yurtas y valles .... y el protagonista que parece el matón del barrio. Un saludo y felices fiestas.
ResponderEliminarLo único que puedo decir de la novela es que me entretuvo. Nunca creo que las costumbres ancestrales fuesen mejores ni peores que las actuales, cada una tiene su momento, y a veces pueden convivir y a veces no.
ResponderEliminarEl final me resultó un tanto de cuento de hadas.
Yo de Mongolia no sabía nada, y después de leer la novela, creo que sigo sabiendo lo mismo.
Repito, como novela de verano, a pesar de que trabajé en julio, no estuvo mal.
Tienes razón Julio, la novela empieza bien, el comienzo es entretenido, pero llega un momento que se va a tomar viento, no se si es cuando Yeruldelgger se va andando de casa del suegro y acaba en el monasterio... y como dijeron ayer mis amigos del club de lectura ¡se transforma en Kung fu!
ResponderEliminarYo creo que algo sí he aprendido Megan, al menos en cuanto a la cultura gastronómica y la historia reciente, a mi al final se me caía de las manos y se me hizo pesadísima.
Buenas
ResponderEliminarSólo puntualizar que para mi Yeruldelgger no se convierte en KungFu, convencido pacifista que nunca llevó un arma de fuego en las manos sino en Charles Bronson en El Justiciero de la Noche (con conocimiento avanzados sobre bichos peligrosos, eso sí)
Besos y saludos
La tenía echado el ojo pero me parece que se va al cajón de descartes. ¡¡Sigo viva ;-) !!
ResponderEliminarPero Charles Bronson no hacía kung fu Javi, ¿o sí? :)
ResponderEliminarEl Cajón de descartes! qué bueno! Nos alegramos de tener noticias tuyas Creussa!
Hola,
ResponderEliminara mi sí me gustó. Cierto que algunas cosas no cuadran, ni físicamente ni nada, y que él es un sociopata, por sus motivos, pero todos lo son por algo.
Pero me resultó entretenida y si puedo, leeré la siguiente. Para mí, las novelas son como los cuentos, siempre espero encontrar algo que se salga de lo normal y, aunque chirrie, lo acepto sin queja, pero es verdad que cada lector somos un mundo, y muy cierto que los occidentales contamos las cosas a la manera occidental. No falsa, o eso creo, sólo desde un punto de vista particular.
Gracias por tu opinión Harry, a mi en parte me gustan las novelas policíacas por su rutina, su esquema fijo, pero por supuesto me encanta aquello que se sale de lo normal: un personaje más heroico que lo habitual, un paisaje más exótico... el problema es que a mi entender este autor se ha pasado de frenada :)
ResponderEliminarHOla!
ResponderEliminarHe leído las dos. Me resultaron entretenidas y aprendía bastante sobre Mongolia. Los finales son un poco fantásticos y algunas partes, cansinas. A pesar de todo, entretenidas.
Por cierto, Alice, ¿nada nuevo sobre Fabel o sobre Lenox? Vaya tela...
Saludos!!
Nada que yo sepa JoseAntoGR...
ResponderEliminarSe nota muchísimo el apego de quien escribe la columna a la literatura fácil. Los dos libros que he leído son sorprendentes. Y eso que me destrozaron a un personaje que admiraba, Gengis Kan. Y adiós a los, les guste o no, a los borrachos coreanos, maoistas chinos y asesinos rusos. No todos lo son, pero los puestos en las novelas son muy acertados. Hay historia, filosofía, y mil cosas por detrás de la trama. La novela negra es asunto de cuidado y quienes gustan de ella aprenderán de verdad de los enredos y tejemanejes de los políticos sucios, la mayoría. Camilleri, Padura, Menkell, Lemaitre, Simenon, Chandler, tienen en Ian Manook un buen compañero en las estepas mongolas.
ResponderEliminarPienso que no hay que desacreditar a nadie acusándole de apego a la literatura fácil... aunque quizás pueda entenderse en un fan de Gengis Kan :)
ResponderEliminarPoner en el mismo listado a Simenon y Chandler, incluso Padura o Camilleri, con el petardo de Manook, debería tener cárcel o algo parecido. La única "virtud" de Manook es situar la trama en un lugar exótico como Mongolia. Por lo demás, es bastante, pero bastante malo, y para colmo no se corta con la extensión de sus novelas, bien gordas.
ResponderEliminarMe imagino al francés pensando: Me gustaría escribir novela negra, pero no tengo talento...ya está, la sitúo en Mongolia, y así me hago un sitito en el género, porque soy el único que hace eso.
Jajaja, sí, el petardo de Manook, pero tampoco hay que ser tan vehemente... los he leído bastante peores. Personalmente tampoco me maravilló la trama, ni el protagonista pero efectivamente la localización lo compensa. Además realidad y ficción se funden, ¿no murieron hace poco unos turistas por comerse una marmota por allí?
ResponderEliminar