Se crió en una barraca de uralita y cartón en una barriada no postinera. Su padre fue un fabricante de lavativas, poco afectuoso e irritable que terminó abandonando la familia. Su madre, una mujer que ejercía un amor absoluto y posesivo, acabó sus días en la cárcel a causa de un escándalo. Se vió obligado a sobrevivir a costa de su hermana Cándida, que ejerce la prostitución pese a su talante huraño y su genio vivo y a que la naturaleza no la ha concedido encantos, ni talento, ni sentido común.
Su escuela fue la calle y su maestro las malas compañías. Sus pasos le condujeron al mundo del delito, donde no destacó por ser torpe, pusilánime y sin imaginación. Fue confidente de la policía. Terminó cumpliendo condena en un sanatorio mental, dirigido por el Dr. Sugrañes, del que le fue imposible salir pese a los numerosos recursos interpuestos.
No es joven ni guapo. Esmirriado, hocicudo, ceñudo, con cara de nabo. Sus facciones sólo llaman la atención de los primatólogos. Pese a haber tenido una educación deficiente, no tiene un pelo de tonto.
No conocemos su nombre, utiliza el apellido del doctor acompañado del nombre adecuado a las circunstancias: Ceferino Sugrañes en la primera ocasión, Arboreo Sugrañes para hablar con un jardinero, Fervoroso Sugrañes para dirigirse a un hombre piadoso, Rodrigo Sugrañes para presentarse como miembro de una agencia de publicidad... O Pilarín Cañete en la segunda novela.
El comisario Flores, hombre de agraciado físico, aliñado vestir, gesto viril y labia fácil es el responsable de meterle en casi todos los líos.
"El misterio de la cripta embrujada" se desarrolla en 1977. Una joven ha desaparecido del colegio de las madres lazaristas de San Gervasio. Hace 6 años ocurrió algo similar y el comisario Flores solicita la colaboración de nuestro protagonista, que lleva 5 años confinado en un sanatorio psiquiátrico, para ayudarle a desvelar el misterio.
"El laberinto de las aceitunas" tiene lugar seis años después. El comisario Flores le saca del manicomio para que entregue el rescate de un secuestro en Madrid. De vuelta en Barcelona se enfrentará a una compleja trama empresarial.
"La aventura del tocador de señoras". A mediados de los 90 nuestro protagonista sale por fin de la institución psiquiátrica. Un achacoso Dr. Sugrañes quiere especular con los terrenos del mismo y da de alta a todos sus pacientes. Viriato, el marido de la ahora desposada Cándida, ofrece a nuestro amigo un empleo como peluquero. En poco tiempo se convierte en un hombre de provecho y todo irá bien hasta que una mujer le proponga un negocio no muy claro.
En "El enredo de la bolsa y la vida" Rómulo el guapo, antiguo colega de la institución mental, pide su ayuda para cometer un crimen. El ahora peluquero se niega y al poco tiempo Rómulo desaparece. Tras la visita de Victoria Arrozales, alias Malaspulgas, policía, aparatosa y pendenciera, nuestro amigo se verá implicado en una trama de terrorismo internacional en la que cuenta con la ayuda inestimable de una pandilla de indeseables: El Pollo Morgan, antiguo timador que aburrido de la falta de imaginación de la gente se ha reconvertido en estatua viviente; Kiwijuli Kakawa, alias el Juli, negro albino, también estatua; la Moski, comunista ortodoxa que toca el acordeón, la familia china propietaria del bazar situado enfrente de la peluquería o la adolescente Quesito, adicta a los Magnum y al melodrama.
En "El caso de la modelo extraviada" el protagonista trabaja como repartidor para un restaurante chino, el mordisco de un perro le hace rememorar una historia ocurrida en los albores de la democracia, cuando unos presuntos policías le sacaron del sanatorio con la excusa de ayudarles a encontrar un chucho desaparecido y con la intención oculta de implicarle en el asesinato de una modelo. Con la inestimable ayuda de la señorita Westinghouse emprenderán una investigación exculpatoria que terminará concluyendo en la actualidad.
Comentario personal
Es un placer leer los libros de Mendoza. Los dos primeros son magníficos, es muy difícil explicar lo que son si no los habéis leído. Su sentido del humor es antológico, el lenguaje que utiliza el protagonista para expresarse es grandioso, plagado de epítetos y giros osados, desfasados y brillantes. Sus tramas son rebuscadas e imposibles.
El tercero es más flojo, aunque el personaje mantiene su mismidad, el habla flojea, las pinceladas se vuelven más burdas y la trama repetitiva.
El cuarto, recupera el lenguaje original, los absurdos y sin llegar a la altura de los dos primeros es una gran novela.
"El caso de la modelo extraviada" tiene algunos aciertos como enfrentar la imagen de la Barcelona preolímpica con la actual y traer de nuevo a la vida a nuestro querido personaje, sin embargo no me ha parecido una novela redonda...
Para comer: restos de frankfurt encontrados en la basura, huevos fritos con jamón, trozos de turrón rancios. Bocadillo de calamares encebollados o de longaniza y pizza cuando prospera. Comida china a tutiplén por gentileza de sus vecinos. Para beber: un delicioso nectar: Pepsi-Cola a gollete.
Película
- La cripta, 2003. España. Director: Cayetano del Real. Intérprete: José Sacristán.
El autor
Eduardo Mendoza Garriga nació en Barcelona en 1943. Desde pequeño fue un gran lector y comenzó a escribir pequeñas historias. Estudió en los Hermanos Maristas, se licenció en Derecho. Al concluir sus estudios viaja por Europa y en 1966 pasa un año en Londres estudiando Sociología, allí comienza a leer historia de Barcelona y a escribir de La verdad sobre el caso Savolta.
Eduardo Mendoza por Elena Blanco |
En 1975 publica su
primera novela "La verdad sobre el caso Savolta". Su título original: "Los
soldados de Cataluña" tuvo problemas con la censura.
En 1982 regresa a
Barcelona.
Entre 1995 y 1999 fue profesor en la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Pompeu Fabra.
En 2016 recibe el Premio
Cervantes.
Otros libros
- El rey recibe, 2018
- El negociado del yin y el yang, 2019
- Transbordo en Moscú, 2021
Novela y relatos
- La ciudad de los prodigios, 1986
- La isla inaudita, 1989
- Sin noticias de Gurb, 1990
- El año del diluvio, 1992
- Una comedia ligera, 1996
- El último trayecto del Horacio Dos, 2001
- Mauricio o las elecciones primarias, 2006
- El asombroso viaje de Pomponio Flato, 2008
- Tres vidas de santos, 2009 - tres relatos: La ballena, El final de Dubslav y El malentendido
- Riña de gatos. Madrid 1936, 2010
- Las barbas del profeta, 2020
Infantil
Teatro
- Restauración (Restauraciò, 1990)
- Gloria, 1998
- Grandes preguntas, 2004
Ensayo
- Nueva York, 1986
- Barcelona modernista, 1990
- Baroja, la contradicción, 2001
- ¿Quién se acuerda de Armando Palacio Valdés?, 2007
- ¿Qué está pasando en Cataluña?, 2017
Qué grande es Eduardo Mendoza, pero qué grande. Me ha encantado esta entrada dedicada a uno de los detectives más "especiales" de la literatura. Coincido contigo en que los dos primeros libros son los mejores, aunque también me ha seducido mucho "el enredo (...)".
ResponderEliminar¡Qué menú más acertado!
No he dejado de sonreir mientras he leído la entrada y creo que has conseguido hacer justicia a su talento con frases como "no le ha concedido encantos, ni talento, ni sentido común".
ResponderEliminarComo sabes AMO profundamente a Eduardo Mendoza, y muy especialmente los dos primeros libros de esta serie, y "Sin noticias de Gurb", las tres mejores novelas de humor puro y duro, que he leído jamás.
Mendoza es, para mi gusto, el mejor escritor español vivo.
Tiene un dominio del lenguaje indudable, pero en vez de utilizarlo para lucirse, intentar que le hagan académico y aburrir al lector con su erudición, lo hace para divertirle.
Pero es que además, le ves en una entrevista y ya podían aprender muchos (sin la mitad de talento), a hablar con tanta educación y humildad.
Gracias Alice, gracias por dedicarle esta entrada que era difícil, pero que me ha convencido por completo. Y gracias por no decir "entretenimiento menor"
Y gracias a Eduardo Mendoza.
Es verdad Alice, has conseguido transmitir estupendamente el espíritu de estas novelas de Mendoza, por lo menos de las dos primeras que son las que yo he leído. Son como ver fuegos artificiales o beber el mejor cava: deslumbrantes, chispeantes… Me has dado una alegría al comentar que esta nueva entrega está a la altura de los primeros, porque “El tocador…” no lo leí precisamente porque me comentaron que era flojito y no quería me estropeara el buen sabor de sus predecesores.
ResponderEliminarSí, Alice, excelente entrada, realmente le has dado en el clavo con tu prosa elegante. Y Mendoza y su cripta embrujada, una de las baratijas más redituables que se pueden conseguir por aquí, lamentablemente no he podido hacerme con las otras, nunca las he visto. Lo dicho, a comprar "El misterio..." por poco dinero y a leerlo!. Saludos a todos.
ResponderEliminarExcelente entrada Alice, no lo tenía en mente pero leyendo tus comentarios igual me animo. Besos.
ResponderEliminaryo leí el laberinto de las aceitunas hace muchos años ya y la verdad es que me gustó bastante, a lo mejor me hago con la última novela del personaje.
ResponderEliminarHace poco leí , no me acuerdo en qué entrada , que le ibas a dedicar una al detective "loco" de Mendoza y me pregunté cómo la titularías, ya que todavía no sabemos cómo se llama el pobre infeliz , pero veo que lo has subsanado a la perfección, "El paciente del Dr Sugrañes". No se me había ocurrido.
ResponderEliminarMe encanta Mendoza , me gusta su sentido del humor , su magistral dominio del lenguaje y la descripción de Barcelona y los cambios en la sociedad a través de los ojos de este genial personaje.
Hace nada terminé "El enredo" y me entusiasmó. Yo también opino que "La aventura del tocador" no estuvo a la altura de los anteriores , me pareció más flojito y , con este último he disfrutado de nuevo como una enana.
Espero que el autor no nos haga esperar una década para leer otra entrega , aunque por lo que he visto no entra en sus planes, de momento , continuar con la serie. Una lástima.
Por cierto , me ha encantado la entrada.
Merci!
Ay !, me olvidaba ! Como Loque , yo también soy de la opinión de que Mendoza es , actualmente el mejor escritor español. Sin ser mediático; sin ocupar silla en la Academia ni ser un escritor de "minorías" , gusta a público y crítica por igual y escribe como pocos.
ResponderEliminarTambién creo que no está tan reconocido como debería , quizás sea porque escribe en tono de humor y depende que sectores no lo consideren serio. No sé.
Ahora sí , después del rollo pro-Mendoza ;) , me despido.
Saludos!
Mónica-serendipia, después de algunas lecturas mediocres es un placer poder dedicar una entrada a este personaje, yo también pienso que Mendoza es un genio. He disfrutado un montón volviendo a leer los 3 primeros libros y leyendo el último.
ResponderEliminarLoque, como habitualmente, la mayoría de las descripciones de los protagonistas están sacadas de las palabras del propio autor. He leído algunas entrevistas que había en la red y también me ha encantado su forma de ser, sin falsos convencionalismos y pegando algún corte de vez en cuando, cuando le preguntan tonterías. ¿Entretenimiento menor? Estos libros merecen figurar con letras de oro en los anales de la historia de la literatura :).
Sí Natalia D., El tocador es más flojito, yo lo he notado más ahora al leerlos todos seguidos. Aun así, está bien leerlo para ver la evolución del personaje porque hay cosas que suceden en él que se mencionan en el último. También hay que tener en cuenta que lo que es flojillo en Mendoza es una maravilla comparado con otras cosas que leemos....
Gracias Uruguay360, la prosa no es mía, es de Mendoza, aunque he improvisado alguna cosilla poseída por el espíritu del personaje. Espero que encuentres y disfrutes las otras.
Gracias Julio, por supuesto, anímate.
Así lo espero Demanio, ya nos contarás.
Josette, lo de "El paciente del Dr. Sugrañes" se le ocurrió a Loque. Hemos leído uno de los libros al alimón y hablado mucho del personaje y así es cómo le llamaba ella. Yo me limitaba a referirme a todos mis doctores con el nombre de Sugrañes. Por otra parte no me gusta lo del detective loco, por que realmente "loco", no está, aunque tenga sus cosillas. Y sí, espero que Mendoza no sea tan cruel con nosotros y no nos haga esperar otra década :).
La verdad es que no estoy muy al tanto del panorama literario español general, mis lecturas están muy centradas en lo policíaco, aunque curiosamente de Mendoza lo he leído casi todo.
Tengo las dos primeras desde hace la pila de años, pero no las he leído aún (quizás necesitaba un empujoncito como este); leí la del tocador de señoras sin que me pareciese nada del otro mundo, pero ya has explicado por qué. Ahora tengo en espera la de la bolsa, que me animaré a leer en cuanto acabe V de venganza de Sue Grafton. Gracias por esta estupenda entrada.
ResponderEliminarHe dado unas vueltas por la ciudad, recalando en algunas de las librerías de usados de la zona, las tengo censadas a casi todas, diría... y qué creen ? encontré La aventura del tocador de señoras, bué, ya sé que parece ser el más flojo, pero...
ResponderEliminarTodo parece indicar que la lectura de este blog aguza los sentidos. En estos días y por CULPA de este opúsculo ya cuento con las incorporaciones de aventuras de Matt Scuder, el paciente del Dr Sugrañes, Marco Didio Falco, Rebus, el comisario Adamsberg y de Warshawski, en fin, vamos a ver si le aflojamos un poco... acá es todo por la vía de la compra, las bibliotecas públicas tienen libros de estudio y algo de literatura, pero de esto ni hablar... Mientras termino de leer una aventura de la hermosa Mma Ramotswe, El arca de la vida.
Con semejante descripción, me ha picado una curiosidad enorme por el personaje, afortunadamnete por acá es fácil hacerse de piezas de Seix Barral, así que si doy con algo regresaré a esta entrada eventualmente :D
ResponderEliminarMuchos saludos!
A mí también me gusta Mendoza aunque creo que he disfrutado más con otras novelas que no son de esta saga. Como vosotros destaco las dos primeras y siempre recomendaré "La verdad sobre el caso Savolta".
ResponderEliminarAquí tenía que venir a decir algo. Adoro a Eduardo Mendoza, tanto en su vertiente negra como en la no negra. Es de esos escritores a los que he seguido desde hace muchos años y tengo prácticamente todos sus libros. Cuánto me ha gustado tu reseña Alice, hay veces que te superas a tí misma, estoy muy de acuerdo, El misterio de la cripta embrujada también para mí es el mejor y es cierto que si no se ha leído es difícil de describir, un loco detective...pero es tronchante, el vocabulario genial. Y también parece ser que es la favorita de E. Mendoza, que hizo el guión de la peli.
ResponderEliminarTengo una edición espantosa de El misterio de la cripta que editó Planeta y en la portada aparece José Sacristán que hizo de loco, eso sí, por lo menos la tengo dedicada.
Me encanta, me encanta, me encanta. Yo también le he dedicado un artículo en mi blog.
ResponderEliminarhttp://marinieves.blogspot.com.es/2012/04/locura-y-literatura-libros-recomendados.html
Aquí la nota discordante, quizás porque La Aventura del tocador de señoras no me resultó tan tronchante como la amiga que me dejó el libor me había dicho.
ResponderEliminarCon Mendoza mantengo una extraña relación de amor-odio; no diría que es uno de mis autores favoritos pero he leído muchos de sus libros (contradictoria que es una)
Con el que me reí y mucho es con Sin noticias de Gurb; de los "serios" para mí el mejor La verdad sobre el caso Savolta y luego La ciudad de los prodigios. Aún así, me animaré a leer la última aventura del paciente del doctor Sugrañes y a releer las dos primeras.
Por cierto, no sé a vosotros pero a mí La detective miope, de Rosa Ribas, me recordó mucho a Mendoza y las historias de este detective tan particular.
Soy de la misma opinión que lammermoor, me encantaron, y me siguen encantando los posprimeros libros de la serie, pero el tocador de señoras me pareció muy malo, y he empezado éste último, y lo he dejado porque me aburría mucho. Desgraciadamente me pasó igual con sus obras llamadas serias, la verdad sobre el caso savolta y la ciudad de los prodigios me fascinaron, pero desde ahí, lo que he leído me ha parecido un tostón, y cuando quiere ser gracioso, me resulta un tanto patético.
ResponderEliminarDe todas formas siempre será el autor de la cripta y el laberinto de las aceitunas, quizá dos de las mejores novelas que he leído en mi vida por lo graciosas y un estilo sin igual.
Peke, pues ¡no te los pierdas! Si no has leído los dos primeros empieza mejor por ellos. ¿Ya tienes V de venganza? ¡Qué rapidez!
ResponderEliminarBueno, algo es algo Uruguay360. Me pasa como a ti, a medida que voy conociendo autores voy asaltando librerías, la mayoría de viejo. Y esa que mencionas de Mma Ramotswe no la he leído, por aquí no la encuentro.
Pues aquí estaremos esperándote R-Chan.
Creussa, tengo en casa La verdad sobre el caso Savolta y creo que no la he leído, lo haré este verano.
Isabel, yo también tengo todos sus libros hasta el año 2001, luego no se por qué le dejé de leer hasta ahora... No sabía que Mendoza había sido el guionista de la peli, sólo he visto un trocito en youtube. Creo que tengo la misma edición que tú, con Sacristan en la portada, pero sin dedicar...
Muy interesante tu entrada Marinieves, cuando describes la manera en que el personaje "normaliza" el mundo que le rodea.
También me gustó mucho La ciudad de los prodigios Lammermoor. El personaje de Rosa Ribas no me recordó al de Mendoza, el origen de su locura es muy diferente, también su lenguaje, su sentido del humor, su circunstancia vital...
¿Te aburría José María? Yo me enganché desde las primeras páginas... Supongo que el sentido del humor es algo muy particular...
Me colé de oyente en una de sus clases en la universidad y ¡no cabía un alfiler! Además de ser uno de los mejores escritores españoles vivos (no olvidemos a Marsé) tiene mucho encanto personal.
ResponderEliminarEsta información tan completa, divertida y estimulante, Alice, sobre Mendoza, es de las que me incitan a conocer a su autor, sea cual sea el resultado final.
ResponderEliminarSiendo un escritor tan conocido, salvo en La verdad sobre el caso Savolta, que recuerdo ahora sobre todo por aquello de que tuvo problemas con la censura,nunca he sentido curiosidad suficiente como para hacerle un hueco en mi estantería mental.
Aprovecharé esta ocasión que nos has puesto en bandeja, para, en principio, acercarme a visitar al paciente del Dr. Sugrañes.
Gracias por el buen rato y ya vendré a comentar mis impresiones, como siempre amenazo.
Monica-Serendipia, pues estaré atenta y si veo algún evento en el que participe me acercaré a conocerle.
ResponderEliminarBoga, me extraña que no hayas coincidido más con el autor, estoy segura de que te gusta este personaje y te hará pasar muy buenos ratos. Nos damos por amenazados y aquí te esperamos.
Mendoza escribe como habla, clarito y divertido.
ResponderEliminarLe he leído y le he oído en una conferencia y me parece uno de los imprescindibles de la literatura hispana.
Usa el lenguaje escrito y hablado con una concisión y una certeza dignas de admirar.
Bien por recordar aquí su obra, también detectivesca. Saludos
Es un placer traer aquí una obra detectivesca de tanta calidad Isabel García, hace tiempo que no disfrutaba tanto con con un personaje. Gracias por tu opinión.
ResponderEliminarGracias, Alice por traernos a este "detective sin nombre" en la línea de los grandes del género.
ResponderEliminarMendoza es un gran escritor- no comparto con él su teoría del "fin de la novela"- y brilla en excelentes obras con personajes muy bien construidos y su prosa es concisa y afilada cual navaja barbera.
Mi particular opinión: muy buenas "Savolta", "La Cripta" y "Las Aceitunas"; floja "El Tocador", desternillante "Gurb";sarcástica "Pomponio"; gloriosa "Los Prodigios"...
Repito, felicidades por esta entrada y tantas otras.
Gracias José Diego. No conozco la teoría del fin de la novela. Me informaré.
ResponderEliminarHay un bolero, creo que de Antonio Machín, en una de cuyas estrofas decía “… como se puede querer a dos mujeres a la vez… y no estar loco”
ResponderEliminarLo he recordado al comenzar a comentaros mis impresiones sobre el acercamiento a este paciente del Dr. Sugrañes. Y es que al tiempo que en algunos momentos las lágrimas provocadas por la risa me complicaban enormemente la lectura, hay algo que me ha impedido considerar la lectura ni como un divertimento, ni como una lúcida crítica narrada por este protagonista tan fuera de lo común.
Es surrealismo puro, extraordinariamente certero en algunos momentos, aplicado a un lenguaje elaborado, re-adjetivado a propósito, exquisito, que provoca cataclismos en boca de a quienes Mendoza cede la palabra, a la vez que los sitúa dentro de acontecimientos reales, para unos lectores que supone al tanto de todo lo que, no solo con ese surrealismo, sino aderezado de ironía y algo de sorna, pone ciertamente en solfa. Claro que transcurrida su inmediatez, creo que pierden la fuerza del codazo cómplice.
Por otra parte, y aunque en la última entrega ha matizado mucho la cutrez descriptiva de situaciones y personajes, me produce rechazo el calvario permanente por el que pasa su protagonista, sometido a multitud de vejaciones. Aunque al pobre parezca importarle una higa.
Quizás por ello siento esta ambivalencia de por un lado haberme reído hasta las lágrimas y, por otro, no haber acabado de sentirme a gusto acompañando a este sobreviviente sufridor y lúcido.
Lo dicho “…como se puede querer y… no querer... y no estar loca”
Más adelante me acercaré al otro Mendoza.
Estupendo comentario Boga, has conseguido describir el lenguaje de Mendoza y su surrealismo de una forma que yo no supe.
ResponderEliminarCreo que el personaje, al estar "extrañado" de si mismo, al "normalizar" su situación, como explica Marinieves en su entrada, no sufre y por tanto yo tampoco sufro por él...
Me ha encantado la reseña, leí los dos primeros cuando todavía estaba en plena adolescencia casi por hacerle el gusto a mi padre.
ResponderEliminarEs muy probable que no llegara a comprender ni a captar por completo la esencia del libro pero lo que sí que ha perdurado con los años es mi amor a Eduardo Mendoza. Supe de la existencia de "El enigma de la bolsa..." el día de Sant Jordi, y el libro fue mi rosa ese día.
Versi Color, a mi padre también le gustaba mucho, le recuerdo riéndose cuando el protagonista confunde la linterna con una chistorra o una butifarra... creo que fue de las pocas veces que coincidimos.
ResponderEliminarYo me enteré unos días antes y no pude esperar a los descuentos de Sant Jordi/Día del libro.
Durante la noche de todos los santos paseaba, con el rumor del oleaje de fondo, por la playa de La Concha oropesina y avisté el chalet, incrustado entre el mar y las rocas, de un afamado cineasta. Me acerqué, dado el jolgorio reinante, para columbrar, a través de los visillos, lo que en su interior acontecía.
ResponderEliminarDentro el esqueleto de Goya bailaba cerca del afamado cineasta que se encontraba en "pelota picada", cual sátiro deteriorado, filmando a nuestro escritor que a su vez dispensaba, con elocuencia, con un conocido músico, el nombre del mismo invito al lector ha adivinar. Este festejo representaba a las mil maravillas el esperpento que tan bien algunos supieron, y otros todavía saben, dibujar en nuestra piel de toro.
No soy un acérrimo seguidor del pintor, por lo que no tendría cuadros suyos en casa (dejando al margen, naturalmente, su valor crematístico). Ni tengo en mí filmoteca películas del dueño de la villa. Ni escucho música del compositor y tampoco tendré la bibliografía completa del escritor en cuestión (solo los dos primeros). Pero no por ello dejo de admirar las virtudes que todos ellos atesoran; un empleo maravilloso del lenguaje para poder expresar la ironía, la sorna, el esperpento de la vida misma.
Y me sumo al precioso comentario de Boga cantando, también, el bolero…. y no están looooooocos.
Me he perdido un poco (o totalmente) Ferdi en los vericuetos de ti comentario cuyos rostros no alcanzo a dibujar. En cualquier caso, como siempre, lo agradezco.
ResponderEliminarHe empezado con "la aventura del tocador de señoras", de Mendoza, y no me gusta mucho. Parece que se esté leyendo uno el Lazarillo de Tormes versión siglo XX. Más una novela de aventuras y de picaresca que de género negro!
ResponderEliminarJuan Pedro, como comento en la entrada ese libro es el más flojillo de la serie... Aun así no esperes encontrar un policíaco al uso, está, como dices, más cerca de otros géneros. A mi me gusta mucho el personaje y he querido incluirlo en el blog
ResponderEliminarBueno, matizo mis palabras. Está bien como novela, pero no como novela negra. Es una especie de mezcla entre el género negro y el de aventuras. Un tanto raro, aunque literariamente hablando, muy bueno.
ResponderEliminarJuan Pedro, a veces el género negro es tan árido y tristón que yo agradezco muchísimo el humor. Por eso me gusta tanto este personaje, los de Domingo Villar o Bernie Rodhenbarr, el ladrón de Lawrence Block al que dedicaré una entrada en septiembre.
ResponderEliminarYa he conseguido entrar en la serie policial de Eduardo Mendoza. Acabo de leer el primero, El misterio de la cripta embrujada, que nos ambienta en la Barcelona de los años los setenta. El protagonista, una especie de quinqui es un superviviente que intenta liberarse de quienes lo tienen atado de pies y manos, los "dueños" de la Barcelona mísera, las instituciones penitenciarias, las eclesiásticas, los reformatorios y la policía ... Cuando eres huérfano y pobre, sólo puedes intentar ser más listo que los que te quieren secuestrar la vida y la libertad. Y él, el sin nombre, está por la labor. Me ha gustado comprobar cómo es posible dotar de unas características tan hilarantes a un personaje sin mencionarlo por su nombre. Lo más conocido es su afición a la Pepsi-Cola, pero lo que me ha hecho más impresión es la suciedad que lleva encima. Comienza la novela pidiendo poder ducharse y termina sin conseguirlo: ¡nadie se ha conmovido por su necesidad de agua y jabón! Por otro lado, el personaje que se menciona como comisario Flores, me ha llamado la atención porque pienso que no es la primera vez que me encuentro este nombre y personaje en la novela negra. Es necesario que haga una búsqueda en este sentido. Me ha gustado también poder establecer puentes con las novelas de Carvalho porque en ambas el barrio del Raval es un escenario importante. Tanto que incluso encontramos una misma calle como localización, la de la Cadena, coincidente con el de Vázquez Montalbán en "Tatuaje". Creo que es un tipo de historia que mezcla con arte y saber lo antiguo con lo moderno de la tradición literaria castellana. Estimulante y divertida.
ResponderEliminarEs verdad, Detectives salvajes, pobre, no recordaba que estuvo todo el libro sin ducharse :). Y las pepsis bebidas a gollete, de lo mejor. Estupenda la referencia a Carvalho, no la pillé.
ResponderEliminarAlice, voy a ver si encuentro en la biblioteca el segundo. El tercero ya me lo ha pasado Nieves. Tengo ganas de saber si se ha duchado ya el paciente del Dr. Sugranes...
ResponderEliminarJajaja.. Sí, no leas el tercero sin leer el segundo
ResponderEliminarMi aportación a: EL LABERINTO DE LAS Aceitunas (Eduardo Mendoza, 1982)
ResponderEliminarEn esta segunda aventura nuestro protagonista sin nombre-aunque Alice lo llama acertadamente "el paciente del Dr. Sugrañes "- vuelve a ser sacado, por el comisario Flores y un presunto Ministro de Agricultura, del manicomio donde lo tienen recluido para utilizarlo como pringado ideal. Pocas vidas menos glamurosas se han visto en literatura urbana: mal vestidos, mal comidos, mal domiciliados... ¡Todo es un desastre! ¡Sobrevivir es un calvario! Una novedad importante hay aquí respecto de la anterior aventura: nuestro héroe se puede duchar después de lo que podríamos llamar el primer clavo de su vida. El resto, una pesadilla tras el encargo de llevar una maleta llena de dinero en Madrid. Entre medio, conoceremos dos mundos totalmente opuestos. El primero, el de los artistas de mala reputación salidos de una misteriosa agencia teatral "La Prótesis" de la calle Pelayo de Barcelona: Suzanna Trash, Toribio Pisuerga, Hans Fórceps... El segundo, el de los monjes centenarios de un monasterio fuera de Barcelona. Como en la anterior novela encontramos también misterios, túneles y hombres con escafandras... Y las aceitunas, es lo de menos. "Aceitunas Rellenas El fandanguillo" es la tapadera de un negocio de especuladores inmobiliarios. En general, me ha gustado más cómo lo explica que lo que cuenta. Es un no parar de anécdotas imposibles, irreverentes e hilarantes que a medida que avanza la novela se vuelven más y más excéntricas, las anécdotas y, por supuesto, los personajes. Son dignos de recordar y volver a leer las que hacen referencia a los monjes en situación personal dentro de cada una de sus celdas. (Págs. 206-209, edición Círculo de Lectores, 1988)
Otra gran novela, con Pilarín Cañete en todo su explendor... En la ascensión al monasterio está una de mis tonterías favoritas: "el terreno se había vuelto llano y blando y un examen más minucioso reveló que estabamos pisando unas tomateras". Desde luego el glamour brilla por su ausencia. Gracias por tu comentario Detectives salvajes.
ResponderEliminar¡Pilarín Cañete, es verdad! Otro nombre -más bien estropicio- para burlar darle nombre a este héroe de pega. Vamos a seguir dándole caña a los libros aunque sea Navidad...
ResponderEliminarMi aportación a: LA AVENTURA DEL TOCADOR DE SEÑORAS (Eduardo Mendoza, 2001)
ResponderEliminarHe encontrado bastante diferencia en esta tercera entrega respecto de las dos anteriores. Ésta, aun guardando todos los tópicos de la primera es mucho más densa, más tramada, más ambiciosa. Aquí el protagonista, acaba siendo teniendo un papel de héroe-estrella y no sólo de víctima. Como si cerrase un capítulo de su vida anterior para iniciar otra de nueva. Quizá sea el efecto histórico, puesto que Barcelona ha cambiado, ha mudado la piel a base de planes urbanísticos y campañas modernizadoras de la ciudad, por lo que también le ha llegado su tiempo moderno al protagonista. Como el telón el fondo es la ciudad y sus ciudadanos por excelencia, inversores y políticos, aquí tiene un papel destacado el señor alcalde de la ciudad, que es pura parodia (aquí recordando el programa de TV3 “Polònia” http://ca.wikipedia.org/wiki/Pol%C3%B2nia_(programa) y pensado que el libro de Mendoza acaso fuera materia de guion del programa) del que lo fue, Joan Clos, entre 1997 y 2006.
Aquí el toque, la novela lo tiene como comedia negra. Hay una parte que me recordado mucho las comedias de enredo (cuando todos los protagonistas van aterrizando a la humilde morada del principal). Otra, la del desenlace, una parodia de las novelas de Agatha Christie, en la que Hercules Poirot teje y desteje amores y razones, más un aderezo con un tiroteo. Sin embargo no copia, sino que lo reinterpreta en otro ambiente.
El protagonista se ha vuelto más parco en palabras, no tan barroco, se ha vuelto más astuto, quiere civilizarse. Quizá por ello casi renuncia a la Pepsi-Cola. En su lugar, su ofuscación, lo son los bocadillos de calamares encebollados. Es un hombre totalmente urbano. Se desplaza por la ciudad con autobuses y también con los ferrocarriles para desplazarse hasta Mataró. El área metropolitana de Barcelona también es escenario en la novela, concretamente Castelldefels. Aquí el registro de personajes se amplía a Magnolio, procedente de un poblado africano, y por extensión a un clan oriundo y amigo.
Le sirve a Mendoza la trama para hablar de corruptelas urbanísticas, de clanes antiguos y deudas pendientes de saldar. Un buen brebaje para hacer de esta aventura un retrato de las cloacas de la ciudad. Eso sí, sin rabia, con humor, con diálogos y situaciones imposibles y por ello, más sarcásticas si cabe.
Me sigue recordando toda esta serie a las historietas de los TBO (“Diálogos para besugos”, de A. Matías Guiu), a las películas de los Hermanos Marx y de La pantera rosa… Como los buenos clásicos, quizá no son imprescindibles, pero ayudan a hacer la realidad más prescindible. Se agradece.
Muchas gracias por tu comentario Detectives Salvajes, tan interesante como siempre. Veo que pasaron 19 años entre esta novela y la anterior, supongo que fue un cambio radical para Barcelona, yo sólo he conocido la post-olímpica ... Esta entrega me pareció más flojita, el lenguaje menos sorprendente... No sabía que la referencia al alcalde era tan real... Por aquí ya tenemos bastante con nuestras joyitas locales... Tampoco pillé la parodia de A. Christie, pero en la charla que tuvimos la ocasión de compartir Mendoza se declaró admirador de la autora. Y sí consideró los clásicos que mencionas imprescindibles y a este personaje, también.
ResponderEliminarEL ENREDO DE LA BOLSA Y LA VIDA (Eduardo Mendoza, 2012)
ResponderEliminarEn Barcelona en 2012 los pobres siguen siendo pobres, tan pobres como en 1979 (EL MISTERIO DE LA CRIPTA EMBRUJADA), como en 1982 (EL LABERINTO DE LAS ACEITUNAS), o como en 2001 (LA AVENTURA DEL TOCADOR DE SEÑORAS): Pobres de solemnidad. Nuestro detective aficionado es tan pobre que ni nombre tiene siquiera, ni en 1979 ni en 2102.
Su vida sigue como siempre, metido a la fuerza, en los enredos de los demás. Sin embargo, a diferencia de las historias anteriores, creo que el desenlace es éste, quizás, un poco más compacto, e incluso sofisticado que los anteriores. Lo precede, una hilarante situación en el aeropuerto de Barcelona, genial y excepcional que ponen el sello a esta serie de Eduardo Mendoza.
Bueno, y ahora una referencia a la literatura catalana: MAHNELIK, el repartidor de pizzas. Un homenaje seguro al Personaje MANELIC, pastor de ovejas, en la célebre TERRA BAIXA de Àngel Guimerà:
http://es.wikipedia.org/wiki/Tierra_baja
Bueno, ahora sí que he llegado ya al final de la serie. ¡Hasta pronto!
Vaya ritmo Detectives salvajes, en un año te las has leído todas. Quizás el perfil de los "pobres" haya cambiado un poco: las estatuas, etc. Y la referencia a la literatura catalana se me había escapado totalmente ¡gracias por tus comentarios!
ResponderEliminarSí, Alice, es verdad, el perfil de los pobres ha cambiado un poco. Como bien dices tú, ahora son estatuas. Aprovecho para añadir y ampliar esta precisión tuya, con otra que quise comentar y se me pasó: la novedad también está en los nuevos ricos: los chinos. Si no ricos, los que manejan efectivo suficiente en sus bazares orientales para que éste sea considerado riqueza por los pobres. Y con posibles para ampliar su red de negocios. Sí, antropológicamente hay un cambio. Un saludo.
ResponderEliminarMuy buen matiz Detectives Salvajes, lo de que sean considerados ricos por los pobres...
ResponderEliminarLo mío por la escritura de Eduardo Mendoza es amor puro. Y la saga del paciente del doctor Sugrañes, como acertadamente lo habéis llamado, me ha hecho reír a carcajadas una y otra vez, ante la atónita mirada de mis compañeros de vagón (de tren, de metro). Qué maravilloso uso del lenguaje, con infinitos recovecos, miserias, imposibles y esperpentos. Para mí, en conjunto, es una joya absoluta.
ResponderEliminarYo también soltaba carcajadas en el metro Ana... me gusta Mendoza en todas sus facetas pero la humorística la borda, espero que se anime a dar continuidad al personaje en algún momento.
ResponderEliminarBuenas tardes desde la ciudad Condal.
ResponderEliminarVaya por delante mi felicitación al trabajo realizado en este blog. Me parecen muy adecuados los comentarios y aportes de la autora así como los comentarios del resto de lectores.
Confieso que Eduardo Mendoza es una de mis debilidades literarias junto a M.V. Montalbán EPD(Barcelona). Leí hace muchos años (tantos como su publicación) El misterio de la cripta embrujada y el Laberinto de las aceitunas. Creo que es de lo mejor del autor junto a La ciudad de los prodigios y La verdad sobre el caso Savolta. Recientemente he leido Mauricio o las elecciones primarias, Una comedia ligera y La aventura del tocador de señoras. Esta última de la serie del detective anónimo que no me entusiasmó como las primeras del autor. Creyendo que disponia de todo el tiempo del mundo tenia en lista El enredo de la bolsa o la vida. Por suerte Mendoza nos ha sorprendido con una quinta novela de la serie que espero leer pronto junto a la anterior.
Gracias,
Biscuter
Muchas gracias Biscuter. Mendoza también me encanta, es estupendo poder seguir disfrutando de su personaje que esta vez no se ha hecho esperar tantos años. La aventura del tocador de señoras probablemente sea la más floja de la serie, pero El enredo de la bolsa y la vida está bastante bien y ¡todavía te quedará una en la reserva!
ResponderEliminarBueno, pues aquí estoy con la lectura ya hecha de EL SECRETO DE LA MODELO EXTRAVIADA. Me ha encantado como siempre. Aquí en esta entrega el autor hace lo que nosotras mostrar el cambio de la ciudades a través de sus tiendas. Realmente me ha parecido como si me viera a mí misma haciendo historia de los establecimientos antiguos que van desapareciendo. Me ha parecido tan entrañable... Como todo se va convirtiendo en bazares y baratillos. Una ciudad que no se reconoce a sí misma, que va desapareciendo. Como dice en algún momento ya no es ciudad que nos necesite, ni nosotros a ella... La trama correcta como siempre. Va madurando el paciente del Dr. Sugrañes. Esperamos que siga la serie.
ResponderEliminarQue tentacion leer este autor luego de tan frondosos comentarios.
ResponderEliminarPero como hago para seguirlos?
Todos los dias una nueva propuesta!
Esto es un tsunami de novela negra!
Gustosa me dejo inundar!
Gracias.
Me resulta muy atractivo lo que cuentas sobre la última novela de Mendoza Detectives salvajes. Sí, a ambas nos preocupa la transformación de las ciudades convertidas en espejos unas de otras, perdiendo su alma, reemplazada con franquicias, bazares o cualquier otra cosa. Me preocupa que madure el paciente del Dr. Sugrañes, espero que no mucho :)
ResponderEliminarMarion, si te creas una cuenta de Gmail (no se si otras valdrán) y firmas identificada al comentar, recibirás los comentarios de esa entrada. También puedes suscribirte a las nuevas entradas dejando tu mail al final de la columna derecha.
Yo también he encontrado una visión más pesimista de lo que es Barcelona. Lo deja claro a través de un personaje genial llamado Señorita Montgomery, que tiene grandes expectativas para la ciudad y años después, tras el cambio y el éxito, se siente desilusionada porque prima lo impersonal y lo corrupto.
ResponderEliminarAunque más sosegado, el paciente del Dr Sugrañes sigue teniendo puntos muy buenos. Y de Mendoza, ¿qué decir?, pues que sigue escribiendo taaaan bien, que cuando termino un libro suyo me quedo como perdida, sin saber qué otra lectura empezar...
Espero que nos sorprenda y pronto tengamos otra entrega.
También he empezado a leerlo Josette, todavía no me he cruzado con la señorita Montgomery, sólo llevo unas páginas, pero ya estoy disfrutando de la narración de Mendoza, de su gran personaje y de su humor tan absurdo, me río a carcajadas con sus ocurrencias.
ResponderEliminar¡Ay, Señor!, ¡Qué memoria la mía! Todavía no te has cruzado con la Srta Montgomery porque no existe. Me refería a la Srta Westinghouse, igual a esta sí la conoces. No sé de dónde he sacado ese nombre...
ResponderEliminarPrometo leer y releer a partir de ahora todo comentario que vaya a publicar, ¡ja,ja! Las prisas no son buenas, ya lo dijo aquél.
Bona nit.
Jajaja, con la señorita Westinghouse me acabo de cruzar sí y he pensado, vaya pronto saldrá Montgomery, menos mal que he visto tu segundo comentario a tiempo si no me tiro toda la novela pendiente.
ResponderEliminarYa he terminado El caso de la modelo extraviada, con algunos aciertos, como las visiones contrapuestas de la Barcelona preolímpica y la actual, que señala Detectives Salvajes y algunos puntos buenos, en especial la señorita Westinghouse que presenta Josette. Sin embargo la trama, algo farragosa, no me ha acabado de convencer y al protagonista le he visto algo bajo de forma...
ResponderEliminarYo he leído todos los de la saga. La verdad es que el que más me ha chirriado es el último, en cambio El enredo de la bolsa y la vida y La aventura del tocador de señoras son mis favoritos
ResponderEliminarCreo que ya lo decía alguien: el peor libro de Mendoza es mejor que el mejor de muchos autores. Aun así los dos primeros son excepcionales
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