Esta mesa redonda dirigida por Ángel de la Calle y protagonizada por Fred Vargas, Dominique Manotti y Didier Daeninckx, tuvo lugar el sábado 26 de octubre a las 20:00 horas en la Fábrica de Harinas de Getafe con motivo de la VI edición de Getafe Negro.
Ángel de la Calle presentó una mesa difícil de controlar por lo inconsistente de su introducción, llena de anécdotas personales sin interés, lo enrevesado de sus preguntas, la mala traducción simultánea y la incontinencia verbal de la Vargas que interrumpía constantemente a sus compañeros y que el presentador no supo reconducir. Os resumo lo que me pareció más interesante en orden no cronológico.
Ángel de la Calle: ¿Fred, cuándo va a salir tu próxima novela?
Fred Vargas: Estoy corrigiendo mi último libro sobre un italiano refugiado político en Brasil, Cesare Battisti y luego tendré que hacer la promoción en Francia, no creo que escriba una nueva novela hasta 2014 por tanto no llegará a España hasta 2015. Mientras tanto podéis leer mi libro sobre la peste que tiene 700 páginas. He respondido como una tonta, seguro que Dominique lo hubiera hecho mucho mejor, ambas somos historiadoras, yo medievalista, ella de historia contemporánea, voy a comenzar de nuevo.
Tengo dos ideas en la cabeza que luchan una contra otra y no me dejan dormir. Una trata sobre el siglo de las luces y otra es algo horrible y violento. Será un libro de Adamsberg, no puedo viajar sin él, se me pega, es invasivo, él me dice que lo vamos a sacar adelante.
Ángel de la Calle: ¿Dominique, cómo pasas de historiadora a novelista, a crear al comisario Daquin?
Dominique Manotti: Comendé a escribir con 50 años, condicionada por mi historia personal. Fui militante a favor de la independencia de Argelia, contra la OAS. En los 60 creíamos en la apertura del comunismo. Nos opusimos a la guerra de Vietnam. En los 70 vimos morir a Franco y a Salazar y terminar el régimen de los coroneles griegos. El mundo estaba abierto, soñábamos y no sabíamos que soñábamos. Entonces llegó Mitterrand y tuve la seguridad de que era el final de la izquierda y quise contar los hechos, lo que habíamos vivido, cómo nos habían fastidiado, en forma de novela.
Soy historiadora para tratar de comprender el presente, para dar objetividad a mi compromiso militante. En 1984 estaba terminando mi tesis y escuchaba a la patronal francesa explicar los motivos de la crisis de aquel momento: los gastos y los sueldos son muy altos. "Je m'en fous" de sus explicaciones. Salté a la ficción porque me permitía llegar a la gente normal, mostrarles el viaje que habíamos hecho, la gente no lee a los historiadores, sólo otros historiadores.
Ángel de la Calle: ¿Didier, cómo llegaste al género?
Didier Daeninckx: Podría contar historias similares a las de Dominique. No estuve en la universidad, estudié FP, trabajé durante 15 años en una imprenta. Una profesión marcada por la Edad Media con 5 siglos de tradición, de obreros especializados y cultos que podían entender su trabajo. Me apasionaban el surrealismo y la novela negra. Leí una novela de Manchette "Le petit bleu de la côte ouest", el "périphérique" está cerrado y un hombre lo recorre a pie, no puede entrar por ninguna puerta y hace una revolución. Es una novela en forma de cassette que me inspiró.
Escribí Asesinatos archivados porque mataron a mi amiga Suzanne Martorell en una manifestación. Este hecho cambió mi vida. Hablo sobre un ministro cómplice de las deportaciones del régimen de Vichy y le señalo como criminal contra la humanidad. Escribí sobre una manifestación donde fueron masacrados 300 argelinos en 1961, un hecho ignorado por los historiadores oficiales que sólo reconocían uno o dos muertos. Entre ellos estaba Fatima Bédar, su familia creía que se había suicidado. Se obligó a sus padres a firmar otra historia. Yo la resucité.
Fred Vargas: En el libro que estoy escribiendo sobre Battisti vuelvo a revisar después de nueve años este periodo inmundo de la historia italiana. Las mentiras que han creado la OTAN y la CIA para hacernos creer que estamos en un peligro constante.
Francia como inventora de la novela negra:
Fred Vargas: Los franceses hemos inventado la cocina, el vino, el anarquismo, pero no la novela negra.
Dominique Manotti: Tampoco creo que hayamos inventado la novela negra, el género negro es trágico, las personas se ven abusadas por la sociedad, no ocurre lo mismo en el policíaco.
Didier Daeninckx: Creo que la primera novela policíaca es "Asesinato en la calle Morgue" de Edgar Allan Poe, autor también de "El cuervo", símbolo de Getafe Negro. La acción se sitúa en París, la ciudad de la luz, el lugar ideal para la novela policíaca. Baudelaire traduce a Poe al francés en 1855. El primer policial francés puede considerarse "El asesinato del Pont Rouge" publicado también en 1855, que incluye en su interior un poema de Baudelaire, dos años antes de que se publicara en "Las flores del mal".
En 1945 Jacques Prévert pone nombre a la Série Noire de Gallimard. Se publican 2 ó 3 novelas al mes, se traduce a autores norteamericanos como Chandler o Hammett. Más tarde escribirán en ella Manchette, Villard... autores que se desplazan del campo político a la novela negra, pero no crean escuela, cada uno sigue su camino y sus normas. Actualmente hay grandes autores como Sandrine Colette.
Fred Vargas: La novela negra y la novela enigma son distintas ¿por qué las mantenemos juntas? Mis amigos escriben género negro y político, pero yo no. Soy política, leo género negro pero no lo escribo. La novela negra sirve para concienciarnos, la enigma, no. Dominique ha contado como aplastaron la esperanza. En 1968 yo era una niña, tenía 10 años y hacía piquetes en mi colegio, quería contentar a mi padre que era surrealista, tras el fracaso del 68 se hundieron sus sueños y se convirtió en un alcohólico. Yo quería encontrar algo frente a ese fracaso, esa desesperación y respondí creando enigmas, pequeñas lucecitas y esperanzas frente a la negrura de mi infancia. La gran diferencia entre la novela negra y la novela enigma es que en la primera fracasa el personaje y en la segunda resuelve el enigma, vence al mal.
La novela enigma es difícil, es acusada de ser cándida, naif, un poco tonta, los escritores de novela negra parecen más inteligentes y desesperados.
Agatha Christie se ha convertido en tabú, los franceses se tapan la nariz. Sus novelas parecen sencillas, fáciles de escribir, pero nadie ha conseguido imitar su estilo, tiene algo único e indefinible. Mi padre me prohibía leerla y por eso la leí.
Didier Daeninckx: No comparto tu razonamiento, es generalista, mete a todos en el mismo saco. Cada escritor sigue su camino, resuelve a su manera una situación bloqueada. Yo prefiero que sea el lector quien resuelva el enigma con su inteligencia, no el protagonista. Los libros pertenecen al lector, tener lectores inteligentes hace que los autores sean buenos. Puedes leer un libro en distintos momentos de tu vida y es distinto ya que tú eres otro.
Ángel de la Calle: ¿Cual es vuestro proceso de escritura?
Didier Daeninckx: Me interesa mostrar lo que ha pasado antes del final, qué ha dejado esa persona en el mundo, sus huellas materiales e inmateriales. Intento entender lo que ha pasado y mi medio es la novela.
Fred Vargas: yo no tengo todo en la cabeza antes de empezar, mis personajes cobran vida en el papel y cada uno sigue su camino sin contar conmigo.
Dominique Manotti: Trato temas como el dinero del fútbol, el final de las fábricas… Conexión Lorena surgió cuando investigaba la historia de una fábrica que se quemó en 2003, acusaron a un trabajador marroquí, su mujer llevaba velo, el cabeza de turco perfecto. Pero yo sabía por mi experiencia como sindicalista que un trabajador no destruye lo que le da de comer.
Empiezo a hablar con la gente y voy construyendo la novela… Antes de escribir siempre tengo un plan completo en la cabeza, hasta ese momento no me hablan los personajes, aunque pueda escribir alguna escena aislada. No soy una escritora con mensaje, eso significaría pensar mal del lector.
Ángel de la Calle: ¿Conocéis la literatura negra española?
Didier Daeninckx: He conocido en la Semana Negra de Gijón a Andreu Martín, Juan Madrid, a González Ledesma, hacen un trabajo fantástico mostrando la sociedad española y sus fantasmas. También Eduardo Mendoza con su detective loco cuya lógica extraña le empuja a llegar al final. Recientemente he leído a Ignacio del Valle que sitúa sus novelas en la época de la División Azul. El autor que más me ha removido ha sido Javier Cercás con "Soldados de Salamina" donde habla de una forma que no se podía hacer antes, las cosas ya no son blancas y negras si no grises.
Me encantan las novelas policíacas, clásicas o actuales, de Christie a Larsson, pasando por Grafton, Camilleri y Mankell. Sus personajes se han convertido en mis amigos. Busco sus historias descatalogadas en bibliotecas y librerías de viejo y rastreo sus novedades en escaparates físicos o virtuales. Espero que os guste el blog y os ayude a encontrar autores o algunas de sus obras que no conozcáis.
jueves, 31 de octubre de 2013
lunes, 28 de octubre de 2013
Getafe negro VI: Novela negra y compromiso social - Petros Márkaris
Esta charla entre Antonio Lozano y Petros Márkaris tuvo lugar el jueves 24 de octubre a las 20:00 horas en la Fábrica de Harinas de Getafe con motivo de la VI edición de Getafe Negro.
Antonio Lozano se disculpa por llegar tarde, han coincidido con una manifestación de estudiantes que ha hecho que el escritor se sienta como en casa.
Hace una breve presentación de Márkaris: Es griego aunque nació en Estambul, critica a los economistas pese a haber estudiado económicas, ataca la política alemana pero domina perfectamente el idioma, estudio en Sttutgart y Viena. Ha sido dramaturgo, guionista de cine y televisión y desde 1995 escribe novelas negras que le han proporcionado fama mundial. Como militante de izquierdas necesitaba humanizar a su personaje policía y le dotó de los rasgos de su padre. Suaviza su pesimismo existencial con el calor familiar.
Pan, educación y libertad es su última novela y la tercera de la trilogía de la crisis que se nutre de los abusos de políticos, banqueros y toda clase de nepotistas. Ahonda en la corrupción de los que sufrieron la represión de la dictadura y entraron después en política. Comienza con Grecia volviendo al dracma, España a la peseta y Portugal al escudo.
A.L.: ¿Cree que el euro es el culpable de la situación actual? ¿Ve posible este escenario?
P.M.: ¿Qué ha cambiado desde que empecé a escribir la novela a comienzos del 2012? Nada. Muchos políticos y parte de la población piensan que la vuelta al dracma y la peseta sería la solución yo sólo plantee la hipótesis: ¿qué pasaría? Pero es algo muy difícil.
A.L.: Su serie ¿fue concebida desde el principio para mostrar una realidad, una postura ante el mundo?
P.M.: Mi mundo siempre ha girado en torno a lo político y lo social, también en mi etapa como dramaturgo, es una maldición. Yo no he inventado utilizar la novela para mostrar la realidad, ya lo hicieron Leonardo Sciascia o Vázquez Montalbán. Yo comencé a escribir tarde, con 58 años y pude beneficiarme de su experiencia.
Cuando comencé a mirar la sociedad a través de la novela negra la crisis ya había comenzado… Hace un año di una conferencia en Suiza, venía de Alemania donde había pasado 8 días hablando sobre la crisis. La primera pregunta fue sobre la crisis y pedí al público que por favor me preguntaran sobre algo diferente, como los suizos son muy educados se quedaron callados. Al terminar, durante la firma de libros, se me acercó un señor y me pregunto ¿pero no es usted una de las personas que se ha beneficiado de ella? Sí, le dije, llegó en el momento justo para Jaritos, me permitió explicar al mundo el sufrimiento del pueblo griego.
A.L.: Chandler decía que Marlowe no tenía conciencia social, simplemente se opone a los poderosos ¿le ocurre lo mismo a Jaritos?
P.M.: Por supuesto, Jaritos es un hombre decente, con valores morales. Desde que Grecia alcanzó la independencia en 1829 fue un país pobre pero con grandes valores culturales y morales. Jaritos es originario de una zona muy humilde de Grecia, cerca de Albania, su mujer también, tiene los valores de los pobres. El problema de los griegos es que durante los últimos 30 años han perdido esos valores y han vuelto a la pobreza pero sin ellos.
A.L.: Es muy crítico con su país ¿le han tildado de antipatriota desde los nuevos movimientos fascistas?
P.M.: Yo no he tenido problemas. En mi próxima novela la hija de Jaritos se enfrentará a Amanecer Dorado. El problema no son sólo estos movimientos, si no la gente que los apoya. Últimamente parece que la clase política y la policía se han enfrentado a ellos pero ¿qué pasa con los que les han votado? El partido de derecha actualmente en el poder se está radicalizando para atraer esos votos, me da pavor lo que pueda pasar en las próximas elecciones europeas.
A.L.: ¿Se considera un autor de novela negra mediterránea?
P.M.: Sí, por supuesto, considero que los novelistas mediterráneos compartimos cosas muy importantes. En primer lugar, aunque Carvalho es muy diferente de Jaritos, ambos tienen en común la desilusión, que es una característica muy mediterránea que también percibimos en el Montalbano de Camilleri.
En segundo lugar la comida, también como elemento social. Cada vez que leo una novela nórdica o algo de Ian Rankin, que me gusta mucho, pienso ¿es que esta gente no puede comer otra cosa que pizzas y cerveza? En el norte de Europa la mujer se emancipó antes, eso fue bueno para la mujer pero malo para la cocina. Nosotros pertenecemos a una generación de escritores cuyas madres trabajaban en el hogar, eso fue malo para las mujeres, pero bueno para la cocina.
Finalmente la narrativa nórdica es muy brutal y la mediterránea no. Creo que los países mediterráneos conocemos la brutalidad por las dictaduras que hemos vivido mientras que los nórdicos necesitan mostrar a su público que la brutalidad existe y lo hacen de otra manera.
A.L.: En las novelas de Jaritos también hay cierto sentido del humor, ironía, estoicismo. El género negro ¿necesita de la distancia desdramatizadora que da el sentido del humor?
P.M.: Bertolt Brecht decía que hay elementos cómicos en toda tragedia y trágicos en cada comedia. Me gusta el contraste, la ironía, el cinismo… Jaritos conoció un tiempo donde la ironía era algo habitual, te subías en un autobús, escuchabas las conversaciones y no podías parar de reír. Eso ya no existe, los griegos han perdido el sentido del humor, pero Jaritos, como caballero “old fashioned” que es lo mantiene en su forma de ser. En el fondo Jaritos soy yo, una de mis hijas dice que está harta de oírme hacer chistes sobre los griegos que luego vuelve a leer en mis novelas.
A.L.: Jaritos cena en casa con toda su familia, es importante para él la comunidad, la familia, la solidaridad ¿esto nos mantiene a flote?
P.M.: Sí, estoy totalmente de acuerdo, la familia es la base de la existencia en los países del sur. En países como España y Grecia el esfuerzo por mantener al país unido comienza manteniendo unida a la familia, es una forma de solidaridad que se irradia. En el norte no es así y países como Holanda o Austria tienen estructuras que reemplazan su función. Para mi la familia es muy importante y así lo muestro en las novelas de Jaritos.
A.L.: En tus novelas nos muestras a Jaritos moviéndose de un lugar a otro de un modo casi cartográfico ¿Es Atenas una fuente de inspiración? ¿Qué te fascina y repele de ella?
P.M.: La ciudad es muy importante, no sólo en mis novelas si no también en las de otros autores mediterráneos: la Barcelona de Vázquez Montalbán, la Marsella de Izzo. Jaritos mira a Atenas desde la distancia. La ciudad cambia, no es la misma, en las primeras novelas es diferente a las de la trilogía de la crisis. El desempleo, los problemas económicos la han afectado, especialmente por la noche, se ha convertido en una ciudad vacía a partir de las 9. Quería mostrárselo a la gente pero me dolió escribirlo.
A.L.: Jaritos no se lleva bien con la tecnología, tiene problemas con el ordenador, es aficionado a los diccionarios y se frustra al ver que algunos significados van quedando obsoletos.
P.M.: A Jaritos le gustan los diccionarios porque a mi me gustan. He sido traductor más tiempo que novelista. Cuando comencé a construir su personalidad como policía necesitaba algo rompedor y lo encontré en el hecho de que leyera diccionarios pero no otros libros. En ellos busca la respuesta a los problemas a los que se enfrenta en la investigación, pero no la hay.
En sociedades como la griega nada es convencional, ni siquiera racional. Ves una pareja en la que uno cobra 2.000 euros al mes y otro 800 y se compran un jeep por encima de sus posibilidades. ¿Cómo es posible? Es una manera griega de ser, un alemán nunca haría eso.
A.L.: En su último libro la familia Jaritos prescinde de la televisión porque dramatiza la situación y extiende el pánico. ¿Están sembrando el pánico los medios en Grecia?
P.M.: En Grecia se producían muchas series de televisión, ahora que no hay dinero los telediarios hacen su papel, emiten y comentan las mismas noticias cada día. Yo hace años que no veo la televisión. A primera hora de la mañana leo los periódicos alemanes e ingleses, luego trabajo a partir de las 10 y luego ya leo los griegos, no tengo prisa.
Pero la televisión es sólo parte del problema, las redes sociales (Facebook, Twitter… ) son la otra parte. Llega un momento en que no sabes qué es verdad y que no. Hace unos días un político y su familia fueron encarcelados por fraude. En Facebook se corrió la voz de que había sido liberado a los pocos días y todo el mundo daba por cierta la noticia con la consiguiente indignación, pero no era verdad. Se crea una realidad ficticia y peligrosa.
A.L.: En tu ensayo La espada de Damocles propones volver al humanismo.
P.M.: Los valores humanos y la diversidad cultural son lo más importante. El político francés Jean Monnet, creador del Mercado Común decía que tuviera la oportunidad de comenzar de nuevo fundaría la Unión Europea sobre valores políticos y culturales y no sólo económicos. Europa debe dejar de hablar de datos financieros y volver a hablar de personas. En Grecia hablan de superávit cuando no han devuelto el dinero de los impuestos, en España de crecimientos del 0,1%... y nadie habla del 30% de desempleo general o el 60% en los jóvenes.
A.L.: Trabajas en un libro de cierra la trilogía: Títulos de crédito. Un epílogo. ¿Tienes necesidad de pasar página? ¿Ya lo has dicho todo?
P.M.: Cuando dije que iba a escribir una trilogía sobre la crisis una joven periodista me preguntó ¿tres libros?. Le contesté que sí, que una trilogía siempre habían sido tres libros y ella me respondió ¿pero de verdad piensa que la crisis será tan larga? He acabado la trilogía y la crisis no ha terminado. El último libro fue agotador, en este epílogo lo junto todo y luego ya no escribiré más sobre ello.
Se abre el turno de preguntas del público y alguien pregunta ¿qué pasará dentro de 15 ó 20 años cuando Jaritos esté jubilado? ¿Qué tipo de sociedad va a existir?
P.M.: No sé, ni siquiera puedo prever lo que ocurrirá mañana o dentro de un mes. La realidad en que vivimos se puede romper en cualquier momento.
Público: ¿Cómo se dice en griego tomates rellenos?
P.M.: ντομάτες γεμιστές (domátes gemistés)
Antonio Lozano se disculpa por llegar tarde, han coincidido con una manifestación de estudiantes que ha hecho que el escritor se sienta como en casa.
Hace una breve presentación de Márkaris: Es griego aunque nació en Estambul, critica a los economistas pese a haber estudiado económicas, ataca la política alemana pero domina perfectamente el idioma, estudio en Sttutgart y Viena. Ha sido dramaturgo, guionista de cine y televisión y desde 1995 escribe novelas negras que le han proporcionado fama mundial. Como militante de izquierdas necesitaba humanizar a su personaje policía y le dotó de los rasgos de su padre. Suaviza su pesimismo existencial con el calor familiar.
Pan, educación y libertad es su última novela y la tercera de la trilogía de la crisis que se nutre de los abusos de políticos, banqueros y toda clase de nepotistas. Ahonda en la corrupción de los que sufrieron la represión de la dictadura y entraron después en política. Comienza con Grecia volviendo al dracma, España a la peseta y Portugal al escudo.
A.L.: ¿Cree que el euro es el culpable de la situación actual? ¿Ve posible este escenario?
P.M.: ¿Qué ha cambiado desde que empecé a escribir la novela a comienzos del 2012? Nada. Muchos políticos y parte de la población piensan que la vuelta al dracma y la peseta sería la solución yo sólo plantee la hipótesis: ¿qué pasaría? Pero es algo muy difícil.
A.L.: Su serie ¿fue concebida desde el principio para mostrar una realidad, una postura ante el mundo?
P.M.: Mi mundo siempre ha girado en torno a lo político y lo social, también en mi etapa como dramaturgo, es una maldición. Yo no he inventado utilizar la novela para mostrar la realidad, ya lo hicieron Leonardo Sciascia o Vázquez Montalbán. Yo comencé a escribir tarde, con 58 años y pude beneficiarme de su experiencia.
Cuando comencé a mirar la sociedad a través de la novela negra la crisis ya había comenzado… Hace un año di una conferencia en Suiza, venía de Alemania donde había pasado 8 días hablando sobre la crisis. La primera pregunta fue sobre la crisis y pedí al público que por favor me preguntaran sobre algo diferente, como los suizos son muy educados se quedaron callados. Al terminar, durante la firma de libros, se me acercó un señor y me pregunto ¿pero no es usted una de las personas que se ha beneficiado de ella? Sí, le dije, llegó en el momento justo para Jaritos, me permitió explicar al mundo el sufrimiento del pueblo griego.
A.L.: Chandler decía que Marlowe no tenía conciencia social, simplemente se opone a los poderosos ¿le ocurre lo mismo a Jaritos?
P.M.: Por supuesto, Jaritos es un hombre decente, con valores morales. Desde que Grecia alcanzó la independencia en 1829 fue un país pobre pero con grandes valores culturales y morales. Jaritos es originario de una zona muy humilde de Grecia, cerca de Albania, su mujer también, tiene los valores de los pobres. El problema de los griegos es que durante los últimos 30 años han perdido esos valores y han vuelto a la pobreza pero sin ellos.
A.L.: Es muy crítico con su país ¿le han tildado de antipatriota desde los nuevos movimientos fascistas?
P.M.: Yo no he tenido problemas. En mi próxima novela la hija de Jaritos se enfrentará a Amanecer Dorado. El problema no son sólo estos movimientos, si no la gente que los apoya. Últimamente parece que la clase política y la policía se han enfrentado a ellos pero ¿qué pasa con los que les han votado? El partido de derecha actualmente en el poder se está radicalizando para atraer esos votos, me da pavor lo que pueda pasar en las próximas elecciones europeas.
A.L.: ¿Se considera un autor de novela negra mediterránea?
P.M.: Sí, por supuesto, considero que los novelistas mediterráneos compartimos cosas muy importantes. En primer lugar, aunque Carvalho es muy diferente de Jaritos, ambos tienen en común la desilusión, que es una característica muy mediterránea que también percibimos en el Montalbano de Camilleri.
En segundo lugar la comida, también como elemento social. Cada vez que leo una novela nórdica o algo de Ian Rankin, que me gusta mucho, pienso ¿es que esta gente no puede comer otra cosa que pizzas y cerveza? En el norte de Europa la mujer se emancipó antes, eso fue bueno para la mujer pero malo para la cocina. Nosotros pertenecemos a una generación de escritores cuyas madres trabajaban en el hogar, eso fue malo para las mujeres, pero bueno para la cocina.
Finalmente la narrativa nórdica es muy brutal y la mediterránea no. Creo que los países mediterráneos conocemos la brutalidad por las dictaduras que hemos vivido mientras que los nórdicos necesitan mostrar a su público que la brutalidad existe y lo hacen de otra manera.
A.L.: En las novelas de Jaritos también hay cierto sentido del humor, ironía, estoicismo. El género negro ¿necesita de la distancia desdramatizadora que da el sentido del humor?
P.M.: Bertolt Brecht decía que hay elementos cómicos en toda tragedia y trágicos en cada comedia. Me gusta el contraste, la ironía, el cinismo… Jaritos conoció un tiempo donde la ironía era algo habitual, te subías en un autobús, escuchabas las conversaciones y no podías parar de reír. Eso ya no existe, los griegos han perdido el sentido del humor, pero Jaritos, como caballero “old fashioned” que es lo mantiene en su forma de ser. En el fondo Jaritos soy yo, una de mis hijas dice que está harta de oírme hacer chistes sobre los griegos que luego vuelve a leer en mis novelas.
A.L.: Jaritos cena en casa con toda su familia, es importante para él la comunidad, la familia, la solidaridad ¿esto nos mantiene a flote?
P.M.: Sí, estoy totalmente de acuerdo, la familia es la base de la existencia en los países del sur. En países como España y Grecia el esfuerzo por mantener al país unido comienza manteniendo unida a la familia, es una forma de solidaridad que se irradia. En el norte no es así y países como Holanda o Austria tienen estructuras que reemplazan su función. Para mi la familia es muy importante y así lo muestro en las novelas de Jaritos.
A.L.: En tus novelas nos muestras a Jaritos moviéndose de un lugar a otro de un modo casi cartográfico ¿Es Atenas una fuente de inspiración? ¿Qué te fascina y repele de ella?
P.M.: La ciudad es muy importante, no sólo en mis novelas si no también en las de otros autores mediterráneos: la Barcelona de Vázquez Montalbán, la Marsella de Izzo. Jaritos mira a Atenas desde la distancia. La ciudad cambia, no es la misma, en las primeras novelas es diferente a las de la trilogía de la crisis. El desempleo, los problemas económicos la han afectado, especialmente por la noche, se ha convertido en una ciudad vacía a partir de las 9. Quería mostrárselo a la gente pero me dolió escribirlo.
A.L.: Jaritos no se lleva bien con la tecnología, tiene problemas con el ordenador, es aficionado a los diccionarios y se frustra al ver que algunos significados van quedando obsoletos.
P.M.: A Jaritos le gustan los diccionarios porque a mi me gustan. He sido traductor más tiempo que novelista. Cuando comencé a construir su personalidad como policía necesitaba algo rompedor y lo encontré en el hecho de que leyera diccionarios pero no otros libros. En ellos busca la respuesta a los problemas a los que se enfrenta en la investigación, pero no la hay.
En sociedades como la griega nada es convencional, ni siquiera racional. Ves una pareja en la que uno cobra 2.000 euros al mes y otro 800 y se compran un jeep por encima de sus posibilidades. ¿Cómo es posible? Es una manera griega de ser, un alemán nunca haría eso.
A.L.: En su último libro la familia Jaritos prescinde de la televisión porque dramatiza la situación y extiende el pánico. ¿Están sembrando el pánico los medios en Grecia?
P.M.: En Grecia se producían muchas series de televisión, ahora que no hay dinero los telediarios hacen su papel, emiten y comentan las mismas noticias cada día. Yo hace años que no veo la televisión. A primera hora de la mañana leo los periódicos alemanes e ingleses, luego trabajo a partir de las 10 y luego ya leo los griegos, no tengo prisa.
Pero la televisión es sólo parte del problema, las redes sociales (Facebook, Twitter… ) son la otra parte. Llega un momento en que no sabes qué es verdad y que no. Hace unos días un político y su familia fueron encarcelados por fraude. En Facebook se corrió la voz de que había sido liberado a los pocos días y todo el mundo daba por cierta la noticia con la consiguiente indignación, pero no era verdad. Se crea una realidad ficticia y peligrosa.
A.L.: En tu ensayo La espada de Damocles propones volver al humanismo.
P.M.: Los valores humanos y la diversidad cultural son lo más importante. El político francés Jean Monnet, creador del Mercado Común decía que tuviera la oportunidad de comenzar de nuevo fundaría la Unión Europea sobre valores políticos y culturales y no sólo económicos. Europa debe dejar de hablar de datos financieros y volver a hablar de personas. En Grecia hablan de superávit cuando no han devuelto el dinero de los impuestos, en España de crecimientos del 0,1%... y nadie habla del 30% de desempleo general o el 60% en los jóvenes.
A.L.: Trabajas en un libro de cierra la trilogía: Títulos de crédito. Un epílogo. ¿Tienes necesidad de pasar página? ¿Ya lo has dicho todo?
P.M.: Cuando dije que iba a escribir una trilogía sobre la crisis una joven periodista me preguntó ¿tres libros?. Le contesté que sí, que una trilogía siempre habían sido tres libros y ella me respondió ¿pero de verdad piensa que la crisis será tan larga? He acabado la trilogía y la crisis no ha terminado. El último libro fue agotador, en este epílogo lo junto todo y luego ya no escribiré más sobre ello.
Se abre el turno de preguntas del público y alguien pregunta ¿qué pasará dentro de 15 ó 20 años cuando Jaritos esté jubilado? ¿Qué tipo de sociedad va a existir?
P.M.: No sé, ni siquiera puedo prever lo que ocurrirá mañana o dentro de un mes. La realidad en que vivimos se puede romper en cualquier momento.
Público: ¿Cómo se dice en griego tomates rellenos?
P.M.: ντομάτες γεμιστές (domátes gemistés)
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Autor: Petros Márkaris,
Conferencias: Getafe Negro
lunes, 21 de octubre de 2013
Ingrid Diesel y Lola Jost - Dominique Sylvain
Lola Jost es una ex-comisaria de policía francesa e Ingrid Diesel una masajista profesional norteamericana, ambas investigan en París.
Lola se llama en realidad Maria-Thérèse Jost, trabajó como comisaria del distrito décimo. Se prejubiló al quedar muy afectada cuando uno de sus compañeros murió. Ahora disfruta de la libertad de movimientos que le proporciona no ser policía. Colabora con su antiguo ayudante Jérôme Barthéleny, a espaldas de su jefe Jean-Pascal Grousset, un enano de jardín.
Gruesa, usa la talla 50 o 52. Cabello gris peinado como una abuela. Lleva gafas. Voz aguardentosa. Fuma. Carácter jodido.
Divorciada, tiene un hijo y dos nietas que viven en Singapur y más tarde en Tokio.
Tiene un Twingo aunque no le gusta conducir ni viajar. Es muy casera, su pasatiempo favorito es hacer puzles en casa mientras saborea un Oporto.
Ingrid Diesel nació en Brooklyn, Nueva York, en 1972. Antepasados rusos e irlandeses.
Decidió que la mejor manera de contribuir a hacer un mundo mejor era aprender a hacer masajes. Viajó por todo el mundo aprendiendo las mejores técnicas: thai, shiatsu, balinés, californiano... desde hace dos años vive en París.
De aspecto andrógino, cabello corto rubio, alta, musculosa, sin un ápice de grasa. Tiene un tatuaje en la espalda. Le gusta pasear por París o correr en la máquina del gimnasio y dos veces a la semana emplea sus noches en algo diferente. Bebe cerveza mexicana.
En "El pasadizo del deseo" una vecina de Ingrid es asesinada en su piso, los pies mutilados y a su lado un montón de dinero. Ingrid pide ayuda a Lola y así comienza su colaboración.
En "La hija del samurái" la hija de un cliente de Ingrid se arroja desde la planta 34 de un hotel. ¿Asesinato o suicidio? El padre les pide que investiguen. Por otra parte alguien deja una mano en la nevera de Ingrid.
Comentario personal
Las dos primeras novelas de Sylvain me han resultado muy aburridas. Sus protagonistas son de cartón piedra, no he empatizado con ellas. Sus andanzas por un París sin luz no tienen interés. La autora pretende crear secundarios originales y no consigue más que burdos clichés. Las historias son pesadas y la explicación de las tramas bastante absurda y precipitada, no ofrece pistas al lector... La narración es lentísima. No creo que vuelva a leer nada de esta autora.
Las protagonistas suelen comer en el restaurante de su amigo Maxime: Aux belles de jour comme de nuit: ensalada de lentejas, guiso de cordero primaveral, tartar pasado por la sartén con patatas fritas, pintada asada a la sal con puré de garbanzos, natillas con leche de almendra amarga y pastel de cerezas.
La autora
Dominique Sylvain, nació Thionville, Francia, en 1957. Estudió Historia del arte en la Universidad de Estrasburgo. En 1980 comienza a trabajar como periodista freelance y en 1986 como relaciones externas y responsable de mecenazgo en la empresa de siderurgia Usinor. En 1993 se traslada a vivir a Japón, publica su primera novela Baka! En 1995, inspirada en este país. Se traslada a Singapur en 1997 y vuelve a París en 1999. En 2004 publica el primer libro de la serie Lola e Ingrid y vuelve a Tokio, donde vive actualmente.
Web de la autora: www.dominiquesylvain.com (en francés)
Otros libros
Lola se llama en realidad Maria-Thérèse Jost, trabajó como comisaria del distrito décimo. Se prejubiló al quedar muy afectada cuando uno de sus compañeros murió. Ahora disfruta de la libertad de movimientos que le proporciona no ser policía. Colabora con su antiguo ayudante Jérôme Barthéleny, a espaldas de su jefe Jean-Pascal Grousset, un enano de jardín.
Gruesa, usa la talla 50 o 52. Cabello gris peinado como una abuela. Lleva gafas. Voz aguardentosa. Fuma. Carácter jodido.
Divorciada, tiene un hijo y dos nietas que viven en Singapur y más tarde en Tokio.
Tiene un Twingo aunque no le gusta conducir ni viajar. Es muy casera, su pasatiempo favorito es hacer puzles en casa mientras saborea un Oporto.
Ingrid Diesel nació en Brooklyn, Nueva York, en 1972. Antepasados rusos e irlandeses.
Decidió que la mejor manera de contribuir a hacer un mundo mejor era aprender a hacer masajes. Viajó por todo el mundo aprendiendo las mejores técnicas: thai, shiatsu, balinés, californiano... desde hace dos años vive en París.
De aspecto andrógino, cabello corto rubio, alta, musculosa, sin un ápice de grasa. Tiene un tatuaje en la espalda. Le gusta pasear por París o correr en la máquina del gimnasio y dos veces a la semana emplea sus noches en algo diferente. Bebe cerveza mexicana.
En "El pasadizo del deseo" una vecina de Ingrid es asesinada en su piso, los pies mutilados y a su lado un montón de dinero. Ingrid pide ayuda a Lola y así comienza su colaboración.
En "La hija del samurái" la hija de un cliente de Ingrid se arroja desde la planta 34 de un hotel. ¿Asesinato o suicidio? El padre les pide que investiguen. Por otra parte alguien deja una mano en la nevera de Ingrid.
Comentario personal
Las dos primeras novelas de Sylvain me han resultado muy aburridas. Sus protagonistas son de cartón piedra, no he empatizado con ellas. Sus andanzas por un París sin luz no tienen interés. La autora pretende crear secundarios originales y no consigue más que burdos clichés. Las historias son pesadas y la explicación de las tramas bastante absurda y precipitada, no ofrece pistas al lector... La narración es lentísima. No creo que vuelva a leer nada de esta autora.
Las protagonistas suelen comer en el restaurante de su amigo Maxime: Aux belles de jour comme de nuit: ensalada de lentejas, guiso de cordero primaveral, tartar pasado por la sartén con patatas fritas, pintada asada a la sal con puré de garbanzos, natillas con leche de almendra amarga y pastel de cerezas.
- El pasadizo del deseo (Passage du Désir, 2004)
- La hija del samurái (La Fille du samouraï, 2005)
- Muerte en el Sena (Manta Corridor, 2006)
- La ausencia del ogro (L'Absence de l'ogre, 2007)
- Guerre sale, 2011
- Ombres et Soleil, 2014
La autora
Dominique Sylvain, nació Thionville, Francia, en 1957. Estudió Historia del arte en la Universidad de Estrasburgo. En 1980 comienza a trabajar como periodista freelance y en 1986 como relaciones externas y responsable de mecenazgo en la empresa de siderurgia Usinor. En 1993 se traslada a vivir a Japón, publica su primera novela Baka! En 1995, inspirada en este país. Se traslada a Singapur en 1997 y vuelve a París en 1999. En 2004 publica el primer libro de la serie Lola e Ingrid y vuelve a Tokio, donde vive actualmente.
Web de la autora: www.dominiquesylvain.com (en francés)
Otros libros
Serie Louise Morvan
- Baka!, 1995 - reescrito en 2007 donde pasa a estar protagonizado por Morvan
- Sœurs de sang, 1997
- Travestis, 1998 / Le Roi Lézard, 2012 - Nueva versión de Travestis
- Techno Bobo, 1999
- Strad, 2001
- La Nuit de Geronimo, 2009
Serie Bruce
- Vox, 2000
- Cobra, 2002
Novelas
- L'Archange du chaos, 2015
- Ella duerme aquí (Kabukicho, 2016)
- Les Infidèles, 2018
Relatos y novelas cortas
- Mon Brooklyn de quatre sous, 2008 - contiene el relato en La Maîtresse en maillot de bain : Quatre récits d'enfance
- Mots pour maux, 2008
- Les Hommes en noir, 2011 - relatos sobre futbol, contiene Loi 17: Le coup de pied de coin
- Parfums d’été, 2012 - novela corta
- Alfred, 2013 - relato
- Disparitions, 2013 - novela corta en Femmes en colère, 2013
- La Mule du coach, 2014 - novela corta
- La Dernière Ennemie
- La Dernière Page
- Le Prix de la légende
No ficción
- Régals du Japon et d'ailleurs, 2008
lunes, 14 de octubre de 2013
Jim Qwilleran, Koko y Yum Yum - Lilian Jackson Braun
Jim Qwilleran trabajó durante 25 años como corresponsal de guerra, escritor, redactor de deportes y reportero de sucesos en Nueva York y Chicago. Recientemente, tras quedarse en paro, ha llegado a una ciudad del medio oeste y ha comenzado a trabajar en el periódico "Daily Fluxion" como cronista de arte, pese a que no tiene ni idea de la materia.
Tiene 45 años. Mide 1,86. Pelo canoso, amplio bigote.
Divorciado, enamoradizo. Es un excelente bailarín.
Fuma en una pipa que tiene la cazoleta en forma de perro. No bebe alcohol, sólo zumo de tomate, doble, con hielo.
Conoce su empleo, sabe que una entrevista consiste en dos partes de simpatía, dos de curiosidad profesional y una de presión sanguínea baja. No hace preguntas indiscretas, gana terreno poco a poco con delicadeza y solidaridad. Cuando sabe que algo no va bien siente un cosquilleo en el bigote.
Al principio vive en un hotel barato y luego alquila un piso a un compañero, allí conoce a Koko.
Kao K'o-Kung, alias Koko, es un gato siamés de pelaje claro. Cara marrón, ojos azules, patas largas, rectas y esbeltas. Bigotes que reflejan todos los colores del arcoíris.
Con sus andares de rey, sus gestos y maullidos se comunica con el protagonista y le ofrece pistas para resolver sus investigaciones. No hace nada impropio de un gato pero de alguna manera consigue transmitir lo que piensa.
Al final de la segunda novela se incorpora al equipo: Yum Yum, una gata siamesa de ojos color lavanda.
En "El gato que leía del revés" un crítico de arte es odiado por todos, el dueño de una galería es asesinado, una daga desaparece. Mientras asiste a exposiciones o happenings para conocer el ambiente artístico de la ciudad Qwilleran investiga los sucesos y Koko colabora con él.
En "El gato que se comía los muebles" han transcurrido 7 meses. A Qwilleran le han nombrado responsable del suplemento de decoración del periódico: "La morada elegante". Tras un reportaje sobre una mansión y su colección de jade, esta es robada y la dueña fallece de un ataque al corazón. Un criado es considerado culpable pero Qwilleran sospecha que hay algo raro en la fácil solución del crimen.
"El gato que atrapó al ladrón" está escrito muchos años después pero el personaje no parece haber envejecido. Ahora Qwilleran vive en Pickax, en el ficticio Condado de Moose, a 650 kilómetros de ninguna parte. Durante el verano habita un granero de manzanas y en invierto en una casa en Indian Village, a las afueras de Pickax. Es rico y dirige una fundación que ayuda a los vecinos del pueblo. Escribe una sección "La pluma de Qwill" dos veces a la semana en "El Acontecer del Condado de Moose". Sale con la bibliotecaria Polly Duncan.
Cuando comienzan a sucederse pequeños robos en el pueblo Jim comienza a investigar.
Comentario personal
Las novelas de Lilian Jackson Braun son amables y entretenidas. Con la excusa del aprendizaje del personaje la autora nos introduce en los mundillos del arte y la decoración de un modo francamente divertido y amable. Los personajes protagonistas son entrañables.
Koko come solomillo tierno y pâté de la maison, latas de ostras ahumadas, salmón con yema de huevo o higaditos de pollo fritos en mantequilla.
Qwilleran desayuna cazuela de huevos con hierbas y crema de leche, brocheta de hígado de pollo y tocino aromatizado con albahaca. Piña hembra natural con menta. Suele almorzar en el club de prensa bocadillo de carne con mostaza o perritos calientes, pero nunca pierde ocasión de degustar los mejores manjares cuando es invitado a algún evento: ragout de boeuf Bordelaise, sopa de judías, filete con patata al horno con nata agria, croquetas de patata aromatizadas con ajo, lonchas de carne con jengibre sobre rodajas de bambú, tostadas de pan de maíz con mantequilla y jamón, setas adobadas, corazones de alcachofa rellenos, albóndigas de ajedrea en salsa de eneldo, tartaleta de hojaldre rellana de queso y espinacas, ensalada Cesar y langosta. De postre: helado de yogur con higos espolvoreados con semillas de girasol.
Libros Jim Qwilleran, Koko y Yum Yum
Relatos
Antologías
La autora
Lilian Jackson Braun nació en Willimansett, Chicopee, Massachusetts en 1913.
Entre 1966 y 1968 publicó sus tres primeras novelas, que fueron muy bien recibidas por el público y la crítica. Dejó de escribir durante 18 años reapareciendo en 1986. Escribía sus libros a mano y luego los pasaba a máquina.
Tras la muerte de su primer marido se casó de nuevo con un hombre más joven. Vivió los últimos 23 años de su vida en Tryon, Carolina del Norte con él y sus dos gatos.
Murió en Landrum, Carolina del Sur en 2011, sin terminar su última novela "The Cat Who Smelled Smoke".
Tiene 45 años. Mide 1,86. Pelo canoso, amplio bigote.
Divorciado, enamoradizo. Es un excelente bailarín.
Fuma en una pipa que tiene la cazoleta en forma de perro. No bebe alcohol, sólo zumo de tomate, doble, con hielo.
Conoce su empleo, sabe que una entrevista consiste en dos partes de simpatía, dos de curiosidad profesional y una de presión sanguínea baja. No hace preguntas indiscretas, gana terreno poco a poco con delicadeza y solidaridad. Cuando sabe que algo no va bien siente un cosquilleo en el bigote.
Al principio vive en un hotel barato y luego alquila un piso a un compañero, allí conoce a Koko.
Kao K'o-Kung, alias Koko, es un gato siamés de pelaje claro. Cara marrón, ojos azules, patas largas, rectas y esbeltas. Bigotes que reflejan todos los colores del arcoíris.
Con sus andares de rey, sus gestos y maullidos se comunica con el protagonista y le ofrece pistas para resolver sus investigaciones. No hace nada impropio de un gato pero de alguna manera consigue transmitir lo que piensa.
Al final de la segunda novela se incorpora al equipo: Yum Yum, una gata siamesa de ojos color lavanda.
En "El gato que leía del revés" un crítico de arte es odiado por todos, el dueño de una galería es asesinado, una daga desaparece. Mientras asiste a exposiciones o happenings para conocer el ambiente artístico de la ciudad Qwilleran investiga los sucesos y Koko colabora con él.
En "El gato que se comía los muebles" han transcurrido 7 meses. A Qwilleran le han nombrado responsable del suplemento de decoración del periódico: "La morada elegante". Tras un reportaje sobre una mansión y su colección de jade, esta es robada y la dueña fallece de un ataque al corazón. Un criado es considerado culpable pero Qwilleran sospecha que hay algo raro en la fácil solución del crimen.
"El gato que atrapó al ladrón" está escrito muchos años después pero el personaje no parece haber envejecido. Ahora Qwilleran vive en Pickax, en el ficticio Condado de Moose, a 650 kilómetros de ninguna parte. Durante el verano habita un granero de manzanas y en invierto en una casa en Indian Village, a las afueras de Pickax. Es rico y dirige una fundación que ayuda a los vecinos del pueblo. Escribe una sección "La pluma de Qwill" dos veces a la semana en "El Acontecer del Condado de Moose". Sale con la bibliotecaria Polly Duncan.
Cuando comienzan a sucederse pequeños robos en el pueblo Jim comienza a investigar.
Comentario personal
Las novelas de Lilian Jackson Braun son amables y entretenidas. Con la excusa del aprendizaje del personaje la autora nos introduce en los mundillos del arte y la decoración de un modo francamente divertido y amable. Los personajes protagonistas son entrañables.
Koko come solomillo tierno y pâté de la maison, latas de ostras ahumadas, salmón con yema de huevo o higaditos de pollo fritos en mantequilla.
Qwilleran desayuna cazuela de huevos con hierbas y crema de leche, brocheta de hígado de pollo y tocino aromatizado con albahaca. Piña hembra natural con menta. Suele almorzar en el club de prensa bocadillo de carne con mostaza o perritos calientes, pero nunca pierde ocasión de degustar los mejores manjares cuando es invitado a algún evento: ragout de boeuf Bordelaise, sopa de judías, filete con patata al horno con nata agria, croquetas de patata aromatizadas con ajo, lonchas de carne con jengibre sobre rodajas de bambú, tostadas de pan de maíz con mantequilla y jamón, setas adobadas, corazones de alcachofa rellenos, albóndigas de ajedrea en salsa de eneldo, tartaleta de hojaldre rellana de queso y espinacas, ensalada Cesar y langosta. De postre: helado de yogur con higos espolvoreados con semillas de girasol.
Libros Jim Qwilleran, Koko y Yum Yum
- El gato que leía del revés (The Cat Who Could Read Backwards, 1966)
- El gato que se comía los muebles (The Cat Who Ate Danish Modern, 1967)
- El gato que sabía grabar (The Cat Who Turned on and Off, 1968)
- El gato que odiaba el rojo (The Cat Who Saw Red, 1986)
- El gato que escuchaba a Brahms (The Cat Who Played Brahms, 1987)
- The Cat Who Played Post Office, 1987
- The Cat Who Knew Shakespeare, 1988
- The Cat Who Sniffed Glue, 1988
- The Cat Who Went Underground, 1989
- The Cat Who Talked to Ghosts, 1990
- The Cat Who Lived High, 1990
- The Cat Who Knew A Cardinal, 1991
- The Cat Who Moved A Mountain, 1992
- The Cat Who Wasn't There, 1992
- El gato en el closet de los recuerdos (The Cat Who Went Into the Closet, 1993)
- The Cat Who Came to Breakfast, 1994
- The Cat Who Blew the Whistle, 1995
- The Cat Who Said Cheese, 1996
- El gato que atrapó al ladrón (The Cat Who Tailed A Thief, 1997)
- The Cat Who Sang for the Birds, 1998
- The Cat Who Saw Stars, 1998
- The Cat Who Robbed A Bank, 2000
- The Cat Who Smelled A Rat, 2001
- The Cat Who Went Up The Creek, 2002
- The Cat Who Brought Down The House, 2003
- The Cat Who Talked Turkey, 2004
- The Cat Who Went Bananas, 2004
- The Cat Who Dropped a Bombshell, 2006
- The Cat Who Had 60 Whiskers, 2007
Relatos
- The Cat Who Had 14 Tales, 1988
- Qwilleran's Short and Tall Tales / Short & Tall Tales: Moose County Legends Collected by James Mackintosh Qwilleran, 2002
- The Private Life of the Cat Who...: Tales of Koko and Yum Yum from the Journals of James MacKintosh Qwilleran, 2003
- Two Cats, Three Tales, 2006
Antologías
- Mystery Cats, 1989
- More Mystery Cats, 1993
- Mystery Cats III: More Feline Felonies, 1995 - con Cynthia Manson
La autora
Lilian Jackson Braun nació en Willimansett, Chicopee, Massachusetts en 1913.
Trabajó como copy para unos grandes almacenes de Detroit y en el Detroit News. Durante 30 años fue editora de la sección "Good Living" en el Detroit Free Press, retirándose en 1978.
Entre 1966 y 1968 publicó sus tres primeras novelas, que fueron muy bien recibidas por el público y la crítica. Dejó de escribir durante 18 años reapareciendo en 1986. Escribía sus libros a mano y luego los pasaba a máquina.
Tras la muerte de su primer marido se casó de nuevo con un hombre más joven. Vivió los últimos 23 años de su vida en Tryon, Carolina del Norte con él y sus dos gatos.
Murió en Landrum, Carolina del Sur en 2011, sin terminar su última novela "The Cat Who Smelled Smoke".
lunes, 7 de octubre de 2013
Sean Duffy - Adrian McKinty
Sean Duffy es sargento detective de la policía en el RUC (Royal Ulster Constabulary) de Carrickfergus, en las afueras de Belfast, Irlanda del Norte.
Nació en Cushendun en 1950. Estudió 10 años de piano. Hizo la carrera de psicología en la Universidad de Belfast con una beca. Iba camino de convertirse en psicólogo cuando sucedió "el incidente" que cambió su destino. Lleva 7 años trabajando como policía y hace unos meses le han trasladado a Carrickfergus.
Mide 1,78, pesa unos 70 kg, es larguirucho, no muy musculoso. Piel morena, pelo oscuro rizado, ojos azul oscuro, nariz aguileña. En su tiempo libre viste camiseta del Ché Guevara, New York Dolls o Ramones, vaqueros viejos, cazadora de cuero y Adidas, Converse o Dr. Martens.
Es católico, algo poco habitual en el RUC. Vive en el 113 de Coronation Road, una barriada protestante de Carrickfergus. Conduce un BMW. Acaba de salir de una relación.
Le gusta seguir los procedimientos, le proporcionan cierta rutina y tranquilidad. Trabaja mano a mano con sus compañeros aunque por su experiencia y estudios se siente más profesional.
"Cold, Cold Ground" transcurre en 1981. Juan Pablo II ha sufrido un atentado y Lady Di está a punto de casarse. En Irlanda del Norte hay presos muriendo a causa de una huelga de hambre, manifestaciones, helicópteros sobrevolando la ciudad… Un cadáver aparece en un coche con una mano cortada, todo apunta al asesinato de un chivato pese a que falta la bolsa de monedas que suele acompañar este tipo de ejecuciones, pero resultará ser algo diferente. Una mujer que llevaba meses desaparecida se cuelga de un árbol.
Comentario personal
Me ha gustado mucho "Cold, Cold Ground". Narrado en primera persona nos traslada a los violentos años 80 en el Ulster. Un mundo caído, un lugar perdido... Factorías en ruinas y un porcentaje de paro muy alto a causa de la reconversión de Thatcher. La gente se ha acostumbrado a la extrema violencia de bombas que explotan, los autobuses quemados, los locales destrozados... Los grupos paramilitares, católicos y protestantes, se amparan en la ideología para extorsionar y traficar con drogas. Sus militantes tienen un perfil similar de clase obrera y padres alcohólicos y ausentes.
El protagonista es un hombre agradable e inteligente que hace lo posible por adaptarse al mundo en que vive sin perder la esperanza.
Para desayunar: té y tostada con mantequilla y mermelada, porridge o Ulster Fry: salchicha, huevo, beicon fritos en manteca de cerdo, pan de soda y pan de patata. Para almorzar: estofado de costillas de cerdo o carne a la olla, patatas y puré de zanahorias y nabos, de postre: pudin de pan y mantequilla con natillas. Para cenar: huevo y patatas fritas con judías. Para beber: En la comisaría té con Johnny Walker, en el pub cerveza Guinness, en casa gimlet de zumo de lima con vodka Smirnoff.
Web del autor: officialadrianmckinty.com (en inglés)
Trilogía Lighthouse
Novelas
Nació en Cushendun en 1950. Estudió 10 años de piano. Hizo la carrera de psicología en la Universidad de Belfast con una beca. Iba camino de convertirse en psicólogo cuando sucedió "el incidente" que cambió su destino. Lleva 7 años trabajando como policía y hace unos meses le han trasladado a Carrickfergus.
Mide 1,78, pesa unos 70 kg, es larguirucho, no muy musculoso. Piel morena, pelo oscuro rizado, ojos azul oscuro, nariz aguileña. En su tiempo libre viste camiseta del Ché Guevara, New York Dolls o Ramones, vaqueros viejos, cazadora de cuero y Adidas, Converse o Dr. Martens.
Es católico, algo poco habitual en el RUC. Vive en el 113 de Coronation Road, una barriada protestante de Carrickfergus. Conduce un BMW. Acaba de salir de una relación.
Le gusta seguir los procedimientos, le proporcionan cierta rutina y tranquilidad. Trabaja mano a mano con sus compañeros aunque por su experiencia y estudios se siente más profesional.
"Cold, Cold Ground" transcurre en 1981. Juan Pablo II ha sufrido un atentado y Lady Di está a punto de casarse. En Irlanda del Norte hay presos muriendo a causa de una huelga de hambre, manifestaciones, helicópteros sobrevolando la ciudad… Un cadáver aparece en un coche con una mano cortada, todo apunta al asesinato de un chivato pese a que falta la bolsa de monedas que suele acompañar este tipo de ejecuciones, pero resultará ser algo diferente. Una mujer que llevaba meses desaparecida se cuelga de un árbol.
Comentario personal
Me ha gustado mucho "Cold, Cold Ground". Narrado en primera persona nos traslada a los violentos años 80 en el Ulster. Un mundo caído, un lugar perdido... Factorías en ruinas y un porcentaje de paro muy alto a causa de la reconversión de Thatcher. La gente se ha acostumbrado a la extrema violencia de bombas que explotan, los autobuses quemados, los locales destrozados... Los grupos paramilitares, católicos y protestantes, se amparan en la ideología para extorsionar y traficar con drogas. Sus militantes tienen un perfil similar de clase obrera y padres alcohólicos y ausentes.
El protagonista es un hombre agradable e inteligente que hace lo posible por adaptarse al mundo en que vive sin perder la esperanza.
Para desayunar: té y tostada con mantequilla y mermelada, porridge o Ulster Fry: salchicha, huevo, beicon fritos en manteca de cerdo, pan de soda y pan de patata. Para almorzar: estofado de costillas de cerdo o carne a la olla, patatas y puré de zanahorias y nabos, de postre: pudin de pan y mantequilla con natillas. Para cenar: huevo y patatas fritas con judías. Para beber: En la comisaría té con Johnny Walker, en el pub cerveza Guinness, en casa gimlet de zumo de lima con vodka Smirnoff.
- Cold, Cold Ground (The Cold, Cold Ground, 2012)
- Oigo sirenas en la calle (I Hear the Sirens in the Street, 2013)
- Por la mañana me habré ido (In the Morning I'll be Gone, 2014)
- Gun Street Girl, 2015
- Rain Dogs, 2016
- Police at The Station and They Don't Look Friendly, 2017
El autor
Adrian McKinty nació en Carrickfergus, Irlanda del Norte en 1968. Estudió derecho en la Universidad de Warwick y política y filosofía en la Universidad de Oxford. Emigró a Nueva York en 1993, vivió en Harlem durante 7 años trabajando en bares, librerías, como guardia de seguridad… En el año 2000 se trasladó a Denver, Colorado y comenzó a trabajar como profesor y a escribir. En 2008 emigró a St. Kilda, Melbourne, Australia con su esposa y sus hijos.
Web del autor: officialadrianmckinty.com (en inglés)
Otros libros
Serie Michael Forsythe
- Dead I Well May Be, 2003
- The Dead Yard, 2006
- The Bloomsday Dead, 2007
Trilogía Lighthouse
- The Lighthouse Land, 2006
- The Lighthouse War, 2007
- The Lighthouse Keepers, 2008
- Orange Rhymes With Everything, 1997
- Hidden River, 2004
- Fifty Grand, 2009
- Falling Glass, 2011
- Deviant, 2011
- The Sun is God, 2014
- La cadena (The Chain, 2019)
- The Island, 2022
jueves, 3 de octubre de 2013
Encuentro con Val McDermid en Hay Festival
Este encuentro tuvo lugar el 28 de septiembre de 2013 a las 12 en la sala de Caja Segovia, en Segovia dentro de los actos celebrados en el Hay Festival.
Entrevistó a la autora Giles Tremlett, periodista, y la que presentó como una de las más reconocidas escritoras policíacas de Escocia, autora de numerosos libros, entre ellos varias series como las protagonizadas por el periodista Lindsay Gordon, la detective Kate Brannigan o el psicólogo Tony Hill y la policía Carol Jordan. Califica su estilo como thriller psicológico con cierto sentido del humor y la encuadra en el Tartan Noir, la novela policíaca escrita en Escocia.
Giles: ¿por qué nos gusta leer sobre asesinatos?
Val: Es un lugar seguro donde tener miedo, como una montaña rusa, es un miedo controlado. Vivimos entre desconocidos, los medios de comunicación nos asustan… en las novelas encontramos consuelo, el crimen se resuelve, el culpable es castigado. También tienen algo de sublimación, nos permiten proyectar nuestros deseos oscuros y leer sobre crímenes en vez de matar.
Giles: En el mundo real la tasa de criminalidad está descendiendo, ¿afecta esto a tus obras?
Val: No, la gente sabe que las novelas son ficción, un lugar de encuentro. Hay muchas formas de escribir, aunque la narrativa contemporánea lo haya obviado para mi es fundamental mantener una estructura con principio, nudo y desenlace. No dejar finales abiertos que no interesan al lector. Quizás me condiciona que cuando era pequeña la única novela que había en casa era “Muerte en la vicaría” de Agatha Christie y la leí una y otra vez. Luego empecé a ir a la biblioteca y como no dejaban a los niños coger libros de crímenes utilizaba el carnet de mi madre aduciendo que estaba enferma.
Giles: Siendo de una familia trabajadora conseguiste estudiar en Oxford...
Val: Sí, con mi acento de Fife, al principio no me entendían, tuve que enseñarme a mí misma a hablar inglés. La gente no era nada snob, te valoraban por tu intelecto.
Giles: Empezaste a trabajar joven como periodista independiente.
Val: Sí, ello me permitió entrar en todo tipo de vidas y lugares. Buscaba historias para vender a los periódicos. Intenté entrevistar a un boxeador en su casa y este me pegó un puñetazo y me persiguió por todo el jardín golpeándome en los riñones. En la novela policíaca americana la gente recibe palizas y al día siguiente va a trabajar tranquilamente. Yo me quedé impresionada, aterrorizada, tardé tiempo en superarlo. En mis libros intento mostrar del mismo modo esta experiencia, la violencia tiene consecuencias, los golpes afectan a los protagonistas.
Giles: Algunos de tus personajes son periodistas como tú pero ¿has tenido trato con policías? ¿Has detectado en ellos conductas homófobas o racistas? ¿Han evolucionado?
Val: Conozco a muchos uniformados, la mayoría de ellos son universitarios, se enfrentan a diario con borrachos, maltratadores… tendrán sus opiniones pero saben que no tienen que decirlas en público. Para muchas mujeres resulta difícil dar el salto a los puestos intermedios, es decir, hay muchas mujeres en los puestos bajos y algunas en los puestos altos pero les es difícil subir por la escala, sobre todo si tienen hijos.
Giles: ¿De dónde te vienen las ideas, las historias?
Val: Normalmente parto de hechos que me cuentan o me suceden y me pregunto ¿qué podría haber sucedido si…? What If…Por ejemplo, yo tengo dos prótesis de hierro en las rodillas, en una ocasión estaba en el aeropuerto con mi hijo y saltaron las alarmas del detector de metales, me llevaron a una habitación aislada y mi hijo se quedó fuera y pensé que podía haberle pasado algo… de esta experiencia surge una de mis últimas novelas: The Vanishing Point.
Giles: En "El alambre en las venas" (The Wire in the Blood) tratas del lado oscuro de algunos famosos admirados por todo el mundo.
Val: Los casos de O.J. Simpson o Michael Jackson me dieron la idea de que hay famosos que gozan de cierta invulnerabilidad y decidí mostrarlo en una novela. En el Reino Unido la Ley antilibelo es muy restrictiva, si no hay pruebas hay muchas cosas que los periodistas no pueden publicar. Una vez muerto, todas estas restricciones desaparecen. Así ha sucedido en el caso de Jimmy Savile, mientras vivía se admiraba su excentricidad, cuando murió surgieron los testimonios sobre sus abusos sexuales.
Giles: Escribes libros individuales, series, incluso no ficción ¿te aburres?
Val: Sí, a veces me aburren mis personajes y les dejo descansar. Tener una sola serie me mataría, necesito distintos personajes para contar distintas cosas.
Giles: ¿Sigues un patrón?
Val: Sí, es necesario para mantener el plan de marketing y promoción, tengo que ajustarme a unas fechas. Esto es un negocio, sé que suena un poco anatema, pero es mi trabajo, así me gano la vida, tengo hacer las entregas a tiempo para que todo funcione. Después de la resaca de Año Nuevo me pongo a trabajar en serio.
Giles: Escribiste "A Suitable Job For A Woman", una obra de investigación sobre el mundo de las detectives privadas.
Val: Hay muchas oportunidades para una mujer detective, cuando se acercan a preguntar la gente interpreta que son cotillas, no que son detectives y suele hablar mucho más. Muchas de ellas me contaban que siempre trabajan en varios casos a la vez por ello a Kate Brannigan siempre la hago trabajar en más de un caso.
Giles: ¿Cómo te sientes al ver a tus personajes llevados a la pantalla?
Val: Hay que verlo como cuando un hijo se independiza. A mí me preocupa que se entienda lo que quise decir, que se mantenga lo esencial. Suelo revisar los guiones pero mis consejos a veces se admiten y otras no. En la tercera temporada de "Wire in the Blood" la actriz que interpretaba a Carol Jordan decidió abandonar la serie. No sabíamos si mantener el personaje cambiando la actriz o crear un nuevo personaje, optamos por esa opción desarrollando un personaje secundario que se llamaba Paula. No sabía por qué el guionista estaba mosqueado conmigo hasta que me enteré de que había puesto al personaje el nombre de su mujer y ahora andaba molesto por que fuera lesbiana ¡ni que fuera tan fácil convertir a una mujer en lesbiana!
Entrevistó a la autora Giles Tremlett, periodista, y la que presentó como una de las más reconocidas escritoras policíacas de Escocia, autora de numerosos libros, entre ellos varias series como las protagonizadas por el periodista Lindsay Gordon, la detective Kate Brannigan o el psicólogo Tony Hill y la policía Carol Jordan. Califica su estilo como thriller psicológico con cierto sentido del humor y la encuadra en el Tartan Noir, la novela policíaca escrita en Escocia.
Giles: ¿por qué nos gusta leer sobre asesinatos?
Val: Es un lugar seguro donde tener miedo, como una montaña rusa, es un miedo controlado. Vivimos entre desconocidos, los medios de comunicación nos asustan… en las novelas encontramos consuelo, el crimen se resuelve, el culpable es castigado. También tienen algo de sublimación, nos permiten proyectar nuestros deseos oscuros y leer sobre crímenes en vez de matar.
Giles: En el mundo real la tasa de criminalidad está descendiendo, ¿afecta esto a tus obras?
Val: No, la gente sabe que las novelas son ficción, un lugar de encuentro. Hay muchas formas de escribir, aunque la narrativa contemporánea lo haya obviado para mi es fundamental mantener una estructura con principio, nudo y desenlace. No dejar finales abiertos que no interesan al lector. Quizás me condiciona que cuando era pequeña la única novela que había en casa era “Muerte en la vicaría” de Agatha Christie y la leí una y otra vez. Luego empecé a ir a la biblioteca y como no dejaban a los niños coger libros de crímenes utilizaba el carnet de mi madre aduciendo que estaba enferma.
Giles: Siendo de una familia trabajadora conseguiste estudiar en Oxford...
Val: Sí, con mi acento de Fife, al principio no me entendían, tuve que enseñarme a mí misma a hablar inglés. La gente no era nada snob, te valoraban por tu intelecto.
Giles: Empezaste a trabajar joven como periodista independiente.
Val: Sí, ello me permitió entrar en todo tipo de vidas y lugares. Buscaba historias para vender a los periódicos. Intenté entrevistar a un boxeador en su casa y este me pegó un puñetazo y me persiguió por todo el jardín golpeándome en los riñones. En la novela policíaca americana la gente recibe palizas y al día siguiente va a trabajar tranquilamente. Yo me quedé impresionada, aterrorizada, tardé tiempo en superarlo. En mis libros intento mostrar del mismo modo esta experiencia, la violencia tiene consecuencias, los golpes afectan a los protagonistas.
Giles: Algunos de tus personajes son periodistas como tú pero ¿has tenido trato con policías? ¿Has detectado en ellos conductas homófobas o racistas? ¿Han evolucionado?
Val: Conozco a muchos uniformados, la mayoría de ellos son universitarios, se enfrentan a diario con borrachos, maltratadores… tendrán sus opiniones pero saben que no tienen que decirlas en público. Para muchas mujeres resulta difícil dar el salto a los puestos intermedios, es decir, hay muchas mujeres en los puestos bajos y algunas en los puestos altos pero les es difícil subir por la escala, sobre todo si tienen hijos.
Giles: ¿De dónde te vienen las ideas, las historias?
Val: Normalmente parto de hechos que me cuentan o me suceden y me pregunto ¿qué podría haber sucedido si…? What If…Por ejemplo, yo tengo dos prótesis de hierro en las rodillas, en una ocasión estaba en el aeropuerto con mi hijo y saltaron las alarmas del detector de metales, me llevaron a una habitación aislada y mi hijo se quedó fuera y pensé que podía haberle pasado algo… de esta experiencia surge una de mis últimas novelas: The Vanishing Point.
Giles: En "El alambre en las venas" (The Wire in the Blood) tratas del lado oscuro de algunos famosos admirados por todo el mundo.
Val: Los casos de O.J. Simpson o Michael Jackson me dieron la idea de que hay famosos que gozan de cierta invulnerabilidad y decidí mostrarlo en una novela. En el Reino Unido la Ley antilibelo es muy restrictiva, si no hay pruebas hay muchas cosas que los periodistas no pueden publicar. Una vez muerto, todas estas restricciones desaparecen. Así ha sucedido en el caso de Jimmy Savile, mientras vivía se admiraba su excentricidad, cuando murió surgieron los testimonios sobre sus abusos sexuales.
Giles: Escribes libros individuales, series, incluso no ficción ¿te aburres?
Val: Sí, a veces me aburren mis personajes y les dejo descansar. Tener una sola serie me mataría, necesito distintos personajes para contar distintas cosas.
Giles: ¿Sigues un patrón?
Val: Sí, es necesario para mantener el plan de marketing y promoción, tengo que ajustarme a unas fechas. Esto es un negocio, sé que suena un poco anatema, pero es mi trabajo, así me gano la vida, tengo hacer las entregas a tiempo para que todo funcione. Después de la resaca de Año Nuevo me pongo a trabajar en serio.
Giles: Escribiste "A Suitable Job For A Woman", una obra de investigación sobre el mundo de las detectives privadas.
Val: Hay muchas oportunidades para una mujer detective, cuando se acercan a preguntar la gente interpreta que son cotillas, no que son detectives y suele hablar mucho más. Muchas de ellas me contaban que siempre trabajan en varios casos a la vez por ello a Kate Brannigan siempre la hago trabajar en más de un caso.
Giles: ¿Cómo te sientes al ver a tus personajes llevados a la pantalla?
Val: Hay que verlo como cuando un hijo se independiza. A mí me preocupa que se entienda lo que quise decir, que se mantenga lo esencial. Suelo revisar los guiones pero mis consejos a veces se admiten y otras no. En la tercera temporada de "Wire in the Blood" la actriz que interpretaba a Carol Jordan decidió abandonar la serie. No sabíamos si mantener el personaje cambiando la actriz o crear un nuevo personaje, optamos por esa opción desarrollando un personaje secundario que se llamaba Paula. No sabía por qué el guionista estaba mosqueado conmigo hasta que me enteré de que había puesto al personaje el nombre de su mujer y ahora andaba molesto por que fuera lesbiana ¡ni que fuera tan fácil convertir a una mujer en lesbiana!
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Autor: Val McDemid,
Conferencias: Varios
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