Esta charla tuvo lugar el 27 de abril, la Noche de los libros, a las 19:30 en la Librería Estudio en escarlata de Madrid. Juan Salvador presentó a los participantes:
|
Rafael Reig, Marta Sanz, Manuel Nonídez y David Torres |
Manuel Nonídez, que ha ganado el XIII Premio de novela negra Francisco García Pavón con
Frío de muerte, una novela que transcurre en el Madrid de 1866-68.
Marta Sanz, finalista del Premio Herralde, autora de
Black, black, black, su novela se desarrolla en la actualidad en el barrio de Malasaña.
Rafael Reig, que con
Todo está perdonado ha ganado el premio Tusquets (declarado desierto los dos años anteriores). Ambienta su historia en un Madrid inventado, como en el fondo el de todos los escritores, apunta el autor.
David Torres, que acaba de publicar
Punto de fisión y ganó con su novela anterior,
Niños de tiza, el Premio Hammett a la mejor novela policíaca en la Semana Negra de Gijón de 2009.
Todos ellos, salvo Rafael Reig, que nació en Cangas de Onís, son de Madrid y viven aquí actualmente.
A Manuel Nonídez, que nació en 1954 en lo que entonces era todavía el pueblo de Carabanchel Bajo (actualmente es un barrio) le encanta Madrid, es la ciudad que mejor conoce, los escritores escriben e inventan sobre lo que conocen.
David Torres es del San Blas que retrata perfectamente en su primera novela "Niños de tiza". En su nueva novela plantea la reivindicación, casi absurda en si misma, del nacionalismo madrileño. Un grupo terrorista apodado "Pichy" formado por chulos y chulapas que adoran el chotis y la horchata quiere poner una bomba a la Cibeles por no ser suficientemente madrileña. Hace tiempo oyó una frase "España no es Madrid", que reivindica.
Rafael Reig, que vive en Cercedilla y blande orgulloso su abono transportes, piensa que Madrid tiene unas historias que hacen de ella lo que es: La inquisición... El también puso una bomba en La Cibeles en uno de sus libros.
Marta Sanz es madrileña de tercera generación, nació en Chamberí y vive en Malasaña. Escribe sobre esta ciudad y Benidorm porque es lo que más conoce. La calle Amaniel, los polígonos industriales, las urbanizaciones pijas como La Berzosa o el barrio de Malasaña donde se sitúa la comunidad de vecinos de su última novela, un caldo de cultivo de contradicciones y deseos. Le molesta que actualmente las ciudades sean descoloridas e idénticas, que las franquicias unifiquen el paisaje. Se lamenta de que hayan desaparecido las piperas y los bares que huelen a frito. Cree que Madrid es gris.
David, un poco más adelante, comentará que en cierto modo le gusta que las ciudades se parezcan. Cuando una ciudad es muy esotérica, muy distinta, es porque normalmente tiene graves carencias. Destaca la comunidad de vecinos de Marta, cree que estas comunidades son la mejor prueba contra la existencia del alma. En su propia novela hay un personaje, que es un escritor loco que piensa que puede escribir la historia de la humanidad con los habitantes de su escalera. Uno personifica a Roma, otro a Cartago.
Rafael cree que cualquier lector español puede distinguir Los Ángeles de Nueva York. Pero no sabe si un lector extranjero distinguiría Madrid de Barcelona.
Manuel afirma que en Madrid antes había crímenes y ahora hay asesinatos: El crimen de la calle Fuencarral... Piensa que ahora hay demasiada información y poco contrastada.
David cree que los escritores no están al cabo de lo que realmente sucede en la calle, el coincide con varios en el Hotel Kafka y piensa que están como asustados. En uno de los últimos libros que ha leído se habla de Frank Sinatra, del vecino de al lado, del adulterio... Piensa que les falta sumergirse en la realidad. El escribe en "El Mundo" y les planteó la posibilidad de hacer una serie de retratos sobre madrileños marginados, en el diario afirmaron que no interesaba.
Marta afirma que ahora mismo hay mucha desconfianza en el realismo. Ella cree en lo autobiográfico. Quiere mostrar el terror que percibe. Acaba de llegar de viaje de Brasilia donde le ha sorprendido su arquitectura: en forma de avión, con barrios especializados, por ejemplo el de las farmacias. El urbanismo es ideológico y configura la realidad de los habitantes. También le ha llamado la atención las diferencias sociales de este Brasil del capitalismo en desarrollo, los pobres más absolutos con los lujos más llamativos, puerta con puerta.
Manuel, que elabora sus novelas a la vez que las escribe, comenta que la sección de sucesos ha desaparecido de los periódicos, incluida dentro de la sociedad. Le llaman la atención que algunos partidos se atrevan a afirmar que "sólo" llevan en sus listas un 2% de implicados.
Rafael comenta como nos hemos acostumbrado a cierto tipo de lenguaje: cohecho pasivo impropio, prevaricación...
Manuel nos habla de los Aleluyas y las coplas de ciego del siglo XIX, eran el periódico de los pobres donde se cuentan los sucesos y se hacen burlas de los pobres, los viejos, los jorobados. David y Rafael se animan a leerlas con la entonación adecuada y pasamos un momento realmente divertido. "En la calle del Turco..."
Loque revindica a Galdós y comenta que el autor se basó en el crimen de la calle Fuencarral y en todas las hipótesis que circulaban en su época (al parecer no se hablaba de otra cosa) para crear dos novelas:
- La Incógnita: donde se habla de un crimen en la "calle Baño" durante toda la trama, y en el último tercio del libro, aparece muerto de forma violenta uno de los integrantes de esas tertulias. El protagonista, y sus amigos, se preguntan constantemente qué pasó, en este caso con una persona muy cercana a ellos que ha muerto.
- Realidad: Donde conocemos la "realidad" de esa muerte. La forma ya no es de "novela epistolar" como la anterior, sino una especie de obra de teatro donde los personajes tienen, a veces, monólogos completamente sinceros en los que descubrimos cómo son en realidad.
Rafael explica que este fue el primer crimen mediático y amarillo. El ha editado
El crimen de la calle Fuencarral en la editorial Lengua de Trapo.
Manuel cree que Galdós se callaba mucho. Según Baroja el autor le explicó la historia completa del crimen de Prim pero cuando luego lo escribió no se atrevió a contarlo todo.
Reig cree que se puede rastrear la historia de Madrid leyendo a Larra, Galdós, el Baroja de La búsqueda y Aurora Roja, Valle-Inclán, Martín Santos, García Hortelano, Emilio Carrere y su “La torre de los siete jorobados”. Nonídez nos explica que realmente Carrere sólo entregó las 7 primeras páginas y la tuvo que terminar un "negro". Edgar Neville realizó la adaptación al cine.
Una mujer del público comenta que Barcelona como ciudad ha calado más en la literatura y menciona a Marsé y a Mendoza, también en la novela negra. Alguien comenta que Marsé no refleja toda la ciudad sino el Guinardó, la clase alta. Otros comentan que Hortelano muestra el Madrid de los yupis y los funcionarios.
Juan cree que en Madrid nos identificamos más con el barrio que con la ciudad. David cree que tenemos una relación de amor-odio con nuestra ciudad. Como las mujeres en las películas de Clint Eastwood que no llaman mucho la atención y al final te das cuenta de que te has enamorado de ellas.
José María Sánchez Pardo, que está entre el público, defiende que lo que caracteriza a Madrid es la falta de identidad. Cree que Madrid es un poco pobretón, le falta un puntito "cool". Una amiga suya dice que Madrid es un bar.
David comenta que Madrid es la única ciudad sin monumento al soldado desconocido, alguien comentó que porque aquí nos conocemos todos. Tampoco tenemos "tontodromo" (Bueno, eso sería hasta ahora, el Madrid Río creo que es un ejemplo magnífico). Sus amigos de Barcelona le cometan que aquí hay más marcha.
Tras la charla tomamos un vino. David y Rafael salieron corriendo para atender otros compromisos. Nonídez nos contó como se había gestado su novela "Frío de muerte". Investigando sobre un hecho histórico encontró una serie de informaciones inéditas y llamativas que le han llevado a escribir una trilogía. También nos habló de su serie juvenil de novelas de Alberto Mas, un investigador que hace frente a lo paranormal con su racionalidad, hasta el momento está formada por tres libros.
Estuve charlando con José María sobre un montón de escritores: Evanovich, a los dos nos encanta; Leo Málet... y Oscar Urra, a quien acaba de
entrevistar en La Gangsterera. Me recomendó que leyera a Minette Walters, publicada a principio de los 90 y cuyos libros son difíciles de conseguir, aunque yo ya he echado un vistazo a un par de ellos en la Feria del libro antiguo y de ocasión.