Hijo de padres separados, vivía con su madre en el campo. Su padre abandonó a la familia al volver de la guerra, se creía medio indio. Se alistó en el ejército antes de terminar sus estudios. Pasó allí 9 años, jugando al rugby principalmente. Regresó esposado de Vietnam a finales de los 60. Pasó sus últimos años de servicio activo trabajando como espía interno del ejército, durante ese periodo realizó un master en Literatura Inglesa en la Universidad de Colorado.
Tras pasar un tiempo trabajando como periodista deportivo en Wichita, se trasladó a San Francisco para disfrutar de la droga y la diversión, pero ya era demasiado viejo y mezquino para ser un hijo de las flores. Allí comenzó a buscar gente. A la muerte de su padre se trasladó a Montana y comenzó a trabajar como ejecutor de embargos.
Le conocemos en 1978, desde hace seis años trabaja como investigador especializado en buscar maridos, esposas e hijos desaparecidos. Le definen como un cabrón curioso. No tiene un método claro, se dedica a husmear por ahí. Se enamora de la gente a la que busca, dejan de ser palabras y fotografías para convertirse en seres humanos.
Tiene 38 años. Cabello negro, nariz rota, patizambo y con panza de bebedor. Viste Levi's y sudaderas, los días de fiesta se pone los Levi's buenos. Tiene una formación aceptable aunque no es un tipo sofisticado. Bebe más de lo debido aunque ha aflojado el ritmo tras tocar fondo. Intenta ir dos copas por delante de la realidad y tres por detrás de la borrachera.
Soltero, estuvo a punto de casarse pero su pareja le rechazó por su mal carácter. Su lengua soez y sus arranques de genio le suelen ocasionar problemas. A veces actúa como un hombre sin corazón.
Su hogar es el sitio donde puede colgar su resaca. Tiene un miedo irracional al avión y recorre miles de kilómetros, atravesando estados, con su vehículo, un híbrido entre un sedán y una camioneta, rojo fuego con techo de vinilo negro.
En "El último buen beso" Sughrue llega a un bar de Sonoma, California, siguiendo los pasos de un escritor alcohólico por cuenta de su exmujer. Allí Rosie, la dueña del bar y de Fireball, un bulldog que bebe cerveza, le encarga localizar a su hija que se fugó de casa hace 10 años. Sin creer que pueda encontrarla el protagonista emprende su búsqueda.
Comentario personal
Me ha gustado mucho el primer libro de Crumley. Su protagonista está muy bien construido, es un hombre interesante y sorprendente, al que vamos conociendo poco a poco, a medida que avanza la narración. La trama, a mitad de la novela, da un giro inesperado. Interesante el ambiente de finales de los 70 con unos hippies ya de vuelta de sus aventuras de droga, amor libre y libertad. Quizás demasiado repetitivos sus encuentros y desencuentros con el escritor.
Para comer: entrecot y Bic Mac. Para beber: mucha cerveza y algo de whisky Wild Turkey.
- El último beso / El último buen beso (The Last Good Kiss, 1978)
- El pato mexicano (The Mexican Tree Duck, 1993)
- Bordersnakes, 1996 - también protagonizada por Milton Chester Milodragovitch
- The Right Madness, 2005
- The Mexican Pig Bandit, 1998 - relato, en Murder and Obsession, 1999
El autor
James Arthur Crumley nació en Tree Rivers, Texas en 1939. Creció en el sur de Texas, su padre era supervisor de un campo petrolífero y su madre camarera. Crumley la describía como una mujer violenta que le obligaba a ir a la iglesia aunque ella no lo hacía por no tener vestidos decentes.
Estudió en el Georgia Institute of Technology en Atlanta, fue un buen estudiante y jugador de fútbol americano pero dejó sus estudios para alistarse y entre 1958 y 1961 fue destinado a Filipinas. Se diplomó en historia en la Texas College of Arts and Industries en 1964 gracias a una beca de fútbol americano. Y obtuvo un Master en escritura creativa en 1966 por la Universidad de Iowa. Su tesis se publicaría en 1969 en forma de una novela sobre la guerra de Vietnam, Uno que marque el paso, a la que se opuso firmemente.
Entre 1969 y 1984 trabajó como profesor en distintos estados: Arkansas, Colorado, Texas, Oregon… A partir de 1984 se dedicaría por completo a la escritura.
Tras leer a Chandler y a Ross Macdonald, publicó su primera novela policiaca en 1975, Un caso equivocado, protagonizada por Milo Milodragovitch. En 1978 escribió la primera de Crumley.
A mediados de los 80 se asentó en Missoula, Montana, donde encontró inspiración para sus novelas en el bar Charlie’s B.
En 1992 se casó con la poetisa Martha Elizabeth, fue su quinta esposa. Tuvo cinco hijos de diferentes mujeres.
Trabajó como guionista pero la mayor parte de sus guiones no llegaron a ser películas.
Murió en 2008 en Missoula, de fallo renal y problemas pulmonares tras sufrir durante años problemas de salud.
Nunca alcanzó el favor del gran público aunque obtuvo varios premios y el reconocimiento de la crítica. Ray Bradbury llamó al detective de varias de sus novelas Crumley en homenaje al autor.
Otros libros
Serie Milton Chester Milodragovitch
- Un caso equivocado (The Wrong Case, 1975)
- Dancing Bear, 1983
- Bordersnakes, 1996 - también protagonizada por C. W. Sughrue
- The Final Country, 2001
Novelas
- Uno que marque el paso (One to Count Cadence, 1969)
- Pigeon Shoot, 1987
- Whores, 1988 - relatos
- The Muddy Fork and Other Things, 1991 - relatos y artículos
- The Putt at the End of the World, 2000 - novela colaborativa escrita con Lee K Abbott, Dave Barry, Richard Bausch, James W Hall, Tami Hoag, Tim O'Brien, Ridley Pearson y Les Standiford
6 comentarios:
Del Cajón de sastre:
mario verdeja dijo…
Alice por favor información sobre James Crumley?
He leído una reseña, creo que en El País, sobre el libro que te menciono y lo ponían muy bien, sin embargo no he encontrado mucha información sobre él en la red.
un abrazo y muchas gracias
2 de mayo de 2011 19:25
Alice Silver dijo...
Mario,
Te dejo el enlace a una reseña de Aramys que la pone bastante bien:
http://viajealrededordeunamesa.wordpress.com/2011/02/28/el-ultimo-buen-beso-de-james-crumley/
3 de mayo de 2011 07:35
Ariel dijo...
Hola, Alice.
…
Persigo a Crumley desde hace años, y tengo en mi pila de pendientes (no eres la única) a "El último buen beso". Prometo volver acá cuando lo tenga reseñado en mi blog.
Besos,
Ariel
10 de mayo de 2011 05:59
Ariel dijo...
Hola, Alice.
Espero que vayan bien esas vacaciones, y con mucha lectura.
Como lo prometido es deuda, va mi comentario sobre la excelente "El último buen beso", de James Crumley, con su detective C.W. Sughrue. Espero que les guste:
http://laformaenquealgunosmueren.blogspot.com/2011/08/viaje-al-centro-del-genero-negro.html
Besos desde BA,
19 de agosto de 2011 06:45
demanio dijo...
He oído siempre muy buenas críticas de la novela "El último buen beso", de James Crumley, pero nunca acabé comprándola. Ahora RBA publicará el próximo mes "El pato mexicano", la segunda de la serie, y creo que me está entrando el gusanillo por ese detective veterano de guerra borrachuzo llamado C.W. Sughrue. saludos!
Otra cosa que me ha gustado, es que el autor (ya fallecido) tiene abierta otra serie de otro personaje llamado Milo, historias al principio independientes, hasta que decidió que sus dos personajes podían trabajar juntos, y a partir de ese momento los dos detectives se hacen amigos. Milo aparece en las novelas de Sughrue como secundario, y al revés en las que Milo es el protagonista.
Este tipo de uniones de personajes y universos compartidos siempre me han atraído. ¿A vosotros?
27 de febrero de 2013 19:00
Alice Silver dijo...
Estoy como tú Demanio, he leído muy buenas críticas pero no lo conozco, también he visto que sale El pato mexicano, hasta donde yo sé inédito y lo he colocado en el punto de mira.
Lo de los personajes compartidos también me gusta pero es un lío para hacer las bibliografías :)
27 de febrero de 2013 20:13
Eyre dijo...
El último buen beso es muy bueno. Crumley escribe muy bien, un estilo muy cuidado. Sus personajes son fantásticos y la trama buena con sorpresa final y todo, como debe ser.
Espero con impaciencia El pato mexicano.
Sughrue, su detective, es un alcohólico, más bien un bebedor. Es decir, bebe mucho, pero Crumley nos ahorra los aspectos más truculentos del alcoholismo como enfermedad. Es un detective clásico, un tipo duro pero con sentido de la justicia. Sería una road-movie, pero en libro.
Respecto a lo de la bebida, el caso opuesto sería, creo yo, Ken Bruen del que he leído Maderos. Me gustó mucho, pero soy incapaz de enfrentarme con semejante autodestrucción.
Una cosa un poco marginal, pero que me llama la atención es lo implacables que suelen ser los escritores con sus personajes escritores. No es esta la única novela en la que he observado esto.
28 de febrero de 2013 11:36
Alice Silver dijo...
Pues precisamente me gustan Bruen, Block o Nesbo por mostrar con realismo el tema del alcoholismo... eso de que los tíos estén bebiendo copas toda la novela y no tenga ninguna repercusión siempre me ha sorprendido y últimamente casi me molesta...
28 de febrero de 2013 20:20
Unos apuntes sobre Sughrue
- Suscribo los comentarios de Alice y Eyre sobre "El último buen beso": es una novela extraordinaria
- Sobre "El pato Mexicano": mantiene un nivel fantástico aproximadamente el primer tercio de la novela. A partir de ahí se convierte en un confuso deambular por EEUU de un grupo de mercenarios excombatientes (una especie de "equipo A" tal y como José María los definió acertadamente), persiguiendo a un grupo de mejicanos y perseguidos a su vez por más mejicanos. El objetivo es liberar a una dama en apuros (aparentemente) pero no se sabe muy bien si lo consiguen o no, si matan a los buenos, a los malos o a todos o si todo no es un mal viaje por el alcohol y las drogas que el grupo consume de forma masiva.
Un par de apuntes respecto a la entrada de Alice:
- "Bebe más de lo debido pero ha aflojado el ritmo ..." ==> Ni de coña, en "El pato..." de aflojar nada de nada. Bebe como una esponja (no sólo él) y consume todas las drogas que se ponen a tiro (esta palabra no está elegida al azar)
- "tiene 38 años ....., patizambo y con panza de bebedor" ==> ¡Amig@s, he recuperado la esperanza! Porque este hombre, con esa descripción física, se pasa por la piedra a todas las señoras que aparecen en las novelas. Claro que estar todo el día alucinando parece que le ayuda, pero si él puede, ¿por qué no los demás? ;-)
Besos y saludos.
Muy buena reseña y análisis de la novela y el personaje. Me alegra que te haya gustado. Dicen que la segunda es algo más floja, pero bueno, la primera es aceptable, y a mí no me importaría seguir leyendo más aventuras de este investigador.
saludos!
Respecto a los que dice Javi ex-anónimo siempre me ha sorprendido que no haya detective por poco presentable que sea, al que una mujer no se le eche encima hacia la mitad de la novela.
Vaaaale, no todos, pero ocurre con muchos de los más tirados y además siempre por iniciativa de la mujer, siempre muchísimo más atractivas/jóvenes/apañadas que ellos.
De verdad ¿cómo se supone que el casposísimo detective de las novelas de Óscar Urra entre en el piso de la primera mujer con la que se cruza, y esta se le insinúe a los 5 minutos?
Y anda que el de Mendoza... ahora no recuerdo en cuál triunfa, pero espero que no fuera en el que no consigue ducharse en toda la novela.
No te metas con mi querido Julio Cabria, que es de mis favoritos. Si te refieres a Diana, la ajedrecista espía, está más que justificado y enseguida se sabe sus verdaderas intenciones. Si te refieres a la clienta de la primera novela, una vez consigue que el detective la ayude enseguida se desentiende de él, tanto deseo no tendría por el bueno de Cabria. Cabria se muestra más entusiasmado por la relación que ella que al revés, incluso le abandona a su salida del hospital. Por cierto el detective Cabria es el de los que tienen sueños eróticos y sueñan despiertos con que una bibliotecaria sexy se enrolle con él pero en la realidad nada de nada. O sea tampoco es tan rompecorazones ni seductor ni triunfador con las mujeres. Ahí queda mi defensa hecha para este personaje je, je.
Lo de que ha aflojado el ritmo es algo que dice de si mismo el personaje en la primera novela Javi, pero no me puedo imaginar como era el ritmo antes de aflojarlo...
Seguro que todos podemos ligar mogollón si escribimos una novela en la que somos el protagonista :). ¿Por cierto te has fijado en la foto del autor? La he puesto de cuerpo entero para que pudierais apreciar la panza :)
El pato mexicano no me animé a leerla Demanio, tras escuchar las unánimes críticas en el Club de lectura de Estudio en Escarlata decidí que era mejor dedicar mis horas de lectura a otros menesteres.
Loque, me parece que bastantes autores escriben para hacer realidad sus fantasías. En cualquier caso prefiero a los autores que hacen que las mujeres se tiren a los brazos de sus personajes que a los quejicas que no ligan nada porque las mujeres son muy malas o a los de las mujeres muertas y/o enfermas y/o inaccesibles, que de todo hay en este mundillo.
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