Ángel de la Calle presentó una mesa difícil de controlar por lo inconsistente de su introducción, llena de anécdotas personales sin interés, lo enrevesado de sus preguntas, la mala traducción simultánea y la incontinencia verbal de la Vargas que interrumpía constantemente a sus compañeros y que el presentador no supo reconducir. Os resumo lo que me pareció más interesante en orden no cronológico.
Ángel de la Calle: ¿Fred, cuándo va a salir tu próxima novela?
Fred Vargas: Estoy corrigiendo mi último libro sobre un italiano refugiado político en Brasil, Cesare Battisti y luego tendré que hacer la promoción en Francia, no creo que escriba una nueva novela hasta 2014 por tanto no llegará a España hasta 2015. Mientras tanto podéis leer mi libro sobre la peste que tiene 700 páginas. He respondido como una tonta, seguro que Dominique lo hubiera hecho mucho mejor, ambas somos historiadoras, yo medievalista, ella de historia contemporánea, voy a comenzar de nuevo.
Tengo dos ideas en la cabeza que luchan una contra otra y no me dejan dormir. Una trata sobre el siglo de las luces y otra es algo horrible y violento. Será un libro de Adamsberg, no puedo viajar sin él, se me pega, es invasivo, él me dice que lo vamos a sacar adelante.
Ángel de la Calle: ¿Dominique, cómo pasas de historiadora a novelista, a crear al comisario Daquin?
Dominique Manotti: Comendé a escribir con 50 años, condicionada por mi historia personal. Fui militante a favor de la independencia de Argelia, contra la OAS. En los 60 creíamos en la apertura del comunismo. Nos opusimos a la guerra de Vietnam. En los 70 vimos morir a Franco y a Salazar y terminar el régimen de los coroneles griegos. El mundo estaba abierto, soñábamos y no sabíamos que soñábamos. Entonces llegó Mitterrand y tuve la seguridad de que era el final de la izquierda y quise contar los hechos, lo que habíamos vivido, cómo nos habían fastidiado, en forma de novela.
Soy historiadora para tratar de comprender el presente, para dar objetividad a mi compromiso militante. En 1984 estaba terminando mi tesis y escuchaba a la patronal francesa explicar los motivos de la crisis de aquel momento: los gastos y los sueldos son muy altos. "Je m'en fous" de sus explicaciones. Salté a la ficción porque me permitía llegar a la gente normal, mostrarles el viaje que habíamos hecho, la gente no lee a los historiadores, sólo otros historiadores.
Ángel de la Calle: ¿Didier, cómo llegaste al género?
Didier Daeninckx: Podría contar historias similares a las de Dominique. No estuve en la universidad, estudié FP, trabajé durante 15 años en una imprenta. Una profesión marcada por la Edad Media con 5 siglos de tradición, de obreros especializados y cultos que podían entender su trabajo. Me apasionaban el surrealismo y la novela negra. Leí una novela de Manchette "Le petit bleu de la côte ouest", el "périphérique" está cerrado y un hombre lo recorre a pie, no puede entrar por ninguna puerta y hace una revolución. Es una novela en forma de cassette que me inspiró.
Escribí Asesinatos archivados porque mataron a mi amiga Suzanne Martorell en una manifestación. Este hecho cambió mi vida. Hablo sobre un ministro cómplice de las deportaciones del régimen de Vichy y le señalo como criminal contra la humanidad. Escribí sobre una manifestación donde fueron masacrados 300 argelinos en 1961, un hecho ignorado por los historiadores oficiales que sólo reconocían uno o dos muertos. Entre ellos estaba Fatima Bédar, su familia creía que se había suicidado. Se obligó a sus padres a firmar otra historia. Yo la resucité.
Fred Vargas: En el libro que estoy escribiendo sobre Battisti vuelvo a revisar después de nueve años este periodo inmundo de la historia italiana. Las mentiras que han creado la OTAN y la CIA para hacernos creer que estamos en un peligro constante.
Francia como inventora de la novela negra:
Fred Vargas: Los franceses hemos inventado la cocina, el vino, el anarquismo, pero no la novela negra.
Dominique Manotti: Tampoco creo que hayamos inventado la novela negra, el género negro es trágico, las personas se ven abusadas por la sociedad, no ocurre lo mismo en el policíaco.
Didier Daeninckx: Creo que la primera novela policíaca es "Asesinato en la calle Morgue" de Edgar Allan Poe, autor también de "El cuervo", símbolo de Getafe Negro. La acción se sitúa en París, la ciudad de la luz, el lugar ideal para la novela policíaca. Baudelaire traduce a Poe al francés en 1855. El primer policial francés puede considerarse "El asesinato del Pont Rouge" publicado también en 1855, que incluye en su interior un poema de Baudelaire, dos años antes de que se publicara en "Las flores del mal".
En 1945 Jacques Prévert pone nombre a la Série Noire de Gallimard. Se publican 2 ó 3 novelas al mes, se traduce a autores norteamericanos como Chandler o Hammett. Más tarde escribirán en ella Manchette, Villard... autores que se desplazan del campo político a la novela negra, pero no crean escuela, cada uno sigue su camino y sus normas. Actualmente hay grandes autores como Sandrine Colette.
Fred Vargas: La novela negra y la novela enigma son distintas ¿por qué las mantenemos juntas? Mis amigos escriben género negro y político, pero yo no. Soy política, leo género negro pero no lo escribo. La novela negra sirve para concienciarnos, la enigma, no. Dominique ha contado como aplastaron la esperanza. En 1968 yo era una niña, tenía 10 años y hacía piquetes en mi colegio, quería contentar a mi padre que era surrealista, tras el fracaso del 68 se hundieron sus sueños y se convirtió en un alcohólico. Yo quería encontrar algo frente a ese fracaso, esa desesperación y respondí creando enigmas, pequeñas lucecitas y esperanzas frente a la negrura de mi infancia. La gran diferencia entre la novela negra y la novela enigma es que en la primera fracasa el personaje y en la segunda resuelve el enigma, vence al mal.
La novela enigma es difícil, es acusada de ser cándida, naif, un poco tonta, los escritores de novela negra parecen más inteligentes y desesperados.
Agatha Christie se ha convertido en tabú, los franceses se tapan la nariz. Sus novelas parecen sencillas, fáciles de escribir, pero nadie ha conseguido imitar su estilo, tiene algo único e indefinible. Mi padre me prohibía leerla y por eso la leí.
Didier Daeninckx: No comparto tu razonamiento, es generalista, mete a todos en el mismo saco. Cada escritor sigue su camino, resuelve a su manera una situación bloqueada. Yo prefiero que sea el lector quien resuelva el enigma con su inteligencia, no el protagonista. Los libros pertenecen al lector, tener lectores inteligentes hace que los autores sean buenos. Puedes leer un libro en distintos momentos de tu vida y es distinto ya que tú eres otro.
Ángel de la Calle: ¿Cual es vuestro proceso de escritura?
Didier Daeninckx: Me interesa mostrar lo que ha pasado antes del final, qué ha dejado esa persona en el mundo, sus huellas materiales e inmateriales. Intento entender lo que ha pasado y mi medio es la novela.
Fred Vargas: yo no tengo todo en la cabeza antes de empezar, mis personajes cobran vida en el papel y cada uno sigue su camino sin contar conmigo.
Empiezo a hablar con la gente y voy construyendo la novela… Antes de escribir siempre tengo un plan completo en la cabeza, hasta ese momento no me hablan los personajes, aunque pueda escribir alguna escena aislada. No soy una escritora con mensaje, eso significaría pensar mal del lector.
Ángel de la Calle: ¿Conocéis la literatura negra española?
Didier Daeninckx: He conocido en la Semana Negra de Gijón a Andreu Martín, Juan Madrid, a González Ledesma, hacen un trabajo fantástico mostrando la sociedad española y sus fantasmas. También Eduardo Mendoza con su detective loco cuya lógica extraña le empuja a llegar al final. Recientemente he leído a Ignacio del Valle que sitúa sus novelas en la época de la División Azul. El autor que más me ha removido ha sido Javier Cercás con "Soldados de Salamina" donde habla de una forma que no se podía hacer antes, las cosas ya no son blancas y negras si no grises.