Este libro fue presentado el 16 de mayo de 2011 a las 19:30 en el Ateneo de Madrid.
Dirigió el acto Jesús Egido, director de las editoriales de Rey Lear y Reino de Cordelia. Jesús se siente impresionado al presentar sus obras en el Ateneo, muy vinculado a Manuel Azaña, que Marx tenga en su gloria.
El título original de la novela era "Perro de ley" y lo que más sorprendió al jurado fue su ambición. Es una novela que se podría clasificar de policíaca e histórica. Un caso que se desarrolla durante el reinado de una Isabel II ya madura, que levanta sus enaguas con gran facilidad para preocupación del gobierno que la rodea. El protagonista es un comisario de policía, Isaac Arribas, un hombre culto, antiguo inclusero, con una mujer enferma, que investiga una trama de niñas desaparecidas. El libro constituye un fresco de su época, el siglo XIX y de un Madrid pequeño, costumbrista y retrasado, con unos poderes más o menos ocultos, la Iglesia y el Estado, jugando a un juego corrupto. Secundarios de lujo como Gustavo Adolfo Bécquer o su hermano, Larra o un médico que investiga drogas.
Egido presenta a David G. Panadero, escritor, director de la revista Prótesis y jurado del premio García Pavón. David nos lee la faja del libro: "Durante el reinado de Isabel II un asesino..." y manifiesta que "Frío de muerte" es una novela apegada a la realidad, donde se muestran las disputas de republicanos y monárquicos, el ambiente de las sociedades secretas... El autor no es didáctico en el sentido de que no quiere sembrar cátedra sobre la época, la muestra a través de las historias de las personas. Su personaje es realista. Utiliza un lenguaje arcaizante pero a la vez accesible. El autor domina el lenguaje de la época.
Manuel Nonídez nos cuenta que su novela forma parte de un proyecto de tres libros cuyo origen es una obra que aún no está escrita, que empieza en Córdoba y acaba en Bailén. Buscando documentación se encontró con una historia que le llevó a escribir la segunda novela de la serie, que es la que hoy se presenta. En estos momentos se encuentra escribiendo la tercera y no sabe si escribirá la primera.
Cree que para escribir novela histórica hay que empaparse en la época, sumergirse, utilizar su léxico. En algunos best-sellers los personajes hablan como en la época actual. A él le interesa saber que le ocurría a la gente. En el siglo XIX se conjugan de un lado la pobreza, la gente no sabía que iba a comer ese día y de otro la cultura, representada por los grandes hombres de la época y ambos mundos se relacionan. Aunque conocía este periodo de la historia, ha descubierto nuevos aspectos al estudiar para escribir su novela. La noche de San Daniel o la Sargentada de San Gil, que tuvo lugar en un cuartel de sargentos chusqueros, sin posibilidad de promoción, enfrentados a los soldados de la academia, de buenas familias, con unos sueldos más elevados. Sacaron los cañones a la calle y mataron a más de 1000 personas.
Podéis encontrar más información sobre Manuel Nonídez en su web: www.nonidez.com.
Además de la novela de Nonídez en el acto presentaron un libro de poemas: La niña y el mar de Ernesto Filardi, poeta y actor.
Me encantan las novelas policíacas, clásicas o actuales, de Christie a Larsson, pasando por Grafton, Camilleri y Mankell. Sus personajes se han convertido en mis amigos. Busco sus historias descatalogadas en bibliotecas y librerías de viejo y rastreo sus novedades en escaparates físicos o virtuales. Espero que os guste el blog y os ayude a encontrar autores o algunas de sus obras que no conozcáis.
martes, 7 de junio de 2011
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19 comentarios:
Me parece muy interesante "Frío de muerte" y ya lo he localizado en mi biblioteca. NO tardaré en leerlo.
Estuve en la presentación y me gustó bastante lo que se dijo ahí, especialmente lo que ya has mencionado de que se ha documentado a fondo para intentar que realmente los personajes hablen como en el S XIX y se comporten como en el siglo XIX.
Es que lo contrario es algo que me molesta muchísimo.
Cuando en el resumen de alguna de las muchas novelas históricas que forman esta plaga que aún nos asola, lees:
"La apasionante historia de Alúa, la joven líder de su pueblo Íbero, donde la sabidura de las mujeres era respetada y ..."
"La apasionante historia de Yusuf, el joven aprendiz de zapatero, que vivió en el Toledo medieval, su amor por la joven y bella judía Rebeca (muy respetada por su pueblo,por supuesto).
Y su amistad con Rodrigo, el joven cristiano que habia aprendido tolerancia por todos los pueblos y razas de la tierra, en su incursión por Oriente, cuando fue a las cruzadas donde estuvo aprendiendo la preparación del cus-cus y no cortando cabezas".
He leído el libro de Nonídez y me ha parecido una apasionante lectura, pues es tanto una buena novela policíaca, como un buen libro histórico, y me gusta la descripción y desarrollo de los personajes. Tiene un tono clásico, de siglo XIX, pero no estoy de acuerdo con lo que dice David Panadero que es un lenguaje arcaizante, es meramente más clásico que el de hoy. Hay por ahí sueltas novelas ambientadas en época alfonsina que parecen zarzuelas con un madrileñismo bastante trasnochado...., y no es el caso de esta novela. Y es una historia dura. Por lo duro del argumento, unos asesinatos de niñas; por el ambiente, un Madrid polvoriento, frío e inhóspito; por la gente, que con tal de comer, se someten a bajezas y humillaciones que hoy en día nos horrorizarían. Quizá lo que más me chirría de la novela, es que la mujer del protagonista está sufriendo un cáncer terminal, y el protagonista lo pasa muy mal con esta situación.
¡Qué manía de que los protagonistas, además de desentrañar casos bien jodidos, tengan que ser unos desgraciados de tomo y lomo¡ Y además en una novela que no resulta especialmente amable en ambientación y situaciones. Pese a esto último una buena novela.
Creussa, ya nos contarás lo que te parece, yo tampoco la he leído todavía.
Jajaja, Loque, que bueno Rodrigo aprendiendo a cocinar cus-cus. Yo, creo que ya lo he contado alguna vez, recuerdo uno haciendo deporte (footing) en la Edad Media y unos hombres prehistóricos manteniendo conversaciones existencialistas...
José María, me ha encantado lo de las zarzuelas :). Gracias por tu opinión de primera mano y me uno a tí en la liga de los lectores contra los detectives desgraciados.
Por el hecho de haberse empapado de la época y tratar de recrear el ambiente y el vocabulario de la época ya tiene muchos puntos ganados para mí.
¿Lenguaje arcaizante? Bueno, es el lenguaje de la época.
¿En esa época seguro que habían oido hablar del cancer? Más bien se morían de consunción (que puede que al fin y al cabo no se tratara más que de cancer). Esto si que es un ¨Tic de moda; ya he leído u oído hablar de varios libros recientes en que la mujer del protagonista está en fase terminal de esta enfermedad.
Las novelas policiaco-históricas (y en general las históricas, salvo excepciones) me suelen producir rechazo por esos anacronismos que, tan graciosamente, comenta Loque. Como en este caso no es así y es muy respetuosa con el ambiente de la época en la que transcurre y como además viene avalada por José María, de cuya opinión me fío ya que estoy disfrutando mucho con un libro aconsejado por él (el primero de la trilogía de Javier Pérez), incluyo esta novela en mi lista de próximas lecturas.
Hola, lammermoor. Discúlpame, disculpadme todos, por entrar en una conversación en la que no se me espera, pero es únicamente por hacer alguna precisión al paso.
En «Frío de muerte» no se utiliza la palabra "cáncer" en ningún momento, aunque lo sugiera. "Torozón" es lo que se dice, y en la época se asumía como un bulto inespecífico.
De todas formas, si repasas el Dioscórides del doctor Laguna, tratado médico del S. XVI, verás que ya en él se refiere a un tratamiento para "heridas encanceradas".
Estoy completamente de acuerdo contigo en el sentido de "consunción". Si lees la novela y observas el desarrollo de la enfermedad, verás por qué.
José María:
Arribas no es una persona especialmente desgraciada, vista con ojos del S. XIX, cuando existía una mortandad infantil del 60% (con otro 25-40% más antes de la pubertad), y la media de vida no superaba los 50 años, pero reconozco que puede parecerlo, siempre que lo veamos con ojos actuales. Un ejemplo:
Madrid, el popular, el normal en la época.
Niños en la calle vestidos con lo que hoy llamaríamos andrajos. Fuman, roban para comer y duermen en obras y edificios derruidos. La gente se ríe de las personas con deformidades físicas y se sienten mejor que ellas por simple comparación (echa un vistazo a las coplas de ciego, o a las aleluyas, y verás que es la tónica general y nadie se escandalizaba por ello). A casi nadie se le conoce por su nombre, sino por el alias (que da categoría), o el mote, que no la da (parecen sinónimos, pero no es lo mismo). El 80% de la población es analfabeta y subsiste con trabajos manuales o de servicio.
Lo que se conocía como "manos muertas" (clero, milicia, funcionariado y aristocracia) es un peso insoportable para una economía basada exclusivamente en lo que llega de las colonias americanas y que se encontraba en bancarrota, con el campo abandonado y con las peores cosechas que se han dado en España. Estamos hablando de hambre física... Y vamos a dejarlo aquí, sin hablar de madres solteras, guerras carlistas, pronunciamientos militares, quintas obligatorias, rebeliones americanas, políticos corruptos, delincuencia, prostitución...
¿Arribas un desgraciado? No en sus días. Tiene trabajo, manutención asegurada, salud, una mujer a la que quiere, y una amante. Con bastante menos que eso se conformaba mucha gente en la época. Lo de su esposa es un accidente cotidiano con el que, con un nombre u otro, convivía cada familia día a día.
El dilema de Arribas estriba en su enfrentamiento interior entre una amor que se le va y la lealtad que debe tenerle, y otro que (una vez más: para la época) significa felicidad clandestina.
Arribas casi es un privilegiado.
Vuelvo a pediros disculpas por esta intromisión y aprovecho para agradeceros la lectura de la novela y los comentarios que dejáis aquí sobre ella. Para mí, cualquier persona que gasta su dinero y su tiempo en uno de mis libros, es un amigo.Y a un amigo siempre pesa defraudarlo.
Recibid todos un fuerte abrazo.
Gracias a tí, Manolo por comentar y precisar. Otro motivo más para leer la novela (aún no lo he hecho). Estoy de acuerdo contigo en que hay que leer poniéndose en el contexto y sin juzgar desde ahora (algo que le comentaba a unos alumnos de un taller hace poco).
Y me gusta esa distinción entre alias y mote -aquí (en Asturias) sigue usándose en las zonas rurales -Cachimbo, La Perola, ...
El amable y muy interesante comentario de Manolo me ha convertido, para siempre, en lectura suya y “Frío de muerte” será el próximo libro que compre.
Loque y Natalia: no seáis tan reticentes con las novelas de intriga histórica, pues hay muy buenas novelas y muy buenas series, no sólo buenas, sino muy buenas. Es cierto que es una parte del género que ha dado bodrios tremebundos, pero creo que eso mismo ha pasado en novela policíaca, novela histórica o en novela a secas. Entre los que te hacen una tesis doctoral con diálogos, los que te meten por donde te quepa el tremendo despliegue de documentación que han recogido –o les han recogido-, y por lo tanto tú tienes que documentarte también…. O los que directamente se inventan la Historia por pereza, modernidad o política… hay de todo. Pero insisto, es un género estupendo, pues también da libertad, y permite decir sobre personajes históricos lo que los libros o periódicos no se atrevieron a decir. Y como paradigma de esto … Los tres mosqueteros de Dumas, que no sé de su fiabilidad histórica, pero sí es una de las más grandes novelas de aventuras de la Literatura, y escrita por un tipo, genial novelista, que creo que dijo algo así como que la historia era algo para violarlo no para respetarlo –por favor si alguien encuentra la cita original, que la ponga que de memoria no me viene-. Ahí tiene colgada Alicia la serie de Gordiano el sabueso de Sailor, pedazo de novelas, de intriga e históricas…
Lammermoor, yo recuerdo a uno que le asesinan a la mujer y otro, que he comentado hace poco, que al día siguiente de su muerte se reincorpora al trabajo. Por cierto Lammermoor ¿es un alias o un mote? :)
Natalia D, se me ha adelantado José María. A mi hay series históricas que me gustan mucho: la de Gordiano o la de Marco Didio Falco, las de Bernie Gunther. Las de los frailes me suelen resultar aburridas. En un mismo siglo unas pueden parecer de zarzuela, como comentaba José María y otras obras interesantes, como me parece debe ser la que aquí se comenta. Es decir, valoro que no cante mucho la ambientación (aunque me podrían dar gato por liebre), que no se inventen cosas de personajes históricos (sobre eso ya hemos discutido) y sobre todo que sean entretenidas.
Manuel, no hace falta que te disculpes, quien mejor que tu para aclarar nuestras dudas y defender a su "hijo". Muchas gracias por tu comentario, que es tremendamente enriquecedor al presentarnos un panorama de la época y la ciudad. Tal como lo describes se entiende el personaje desde otra perspectiva. José María y yo tenemos una fijación especial contra la desdicha, causada probablemente por los excesos nórdicos (que se justifican menos a mi modo de ver cuando se dedican a desmontar sociedades que en algunos puntos para nosotros resultarían modélicas).
No, si yo no digo que no haya novelas históricas muy buenas. Como ya hemos comentado alguna otra vez, las haya, valgan los ejemplos de Patrick 0’Brien, Graves, Scott, Fdez. de la Reguera, Howard Fast etc. etc. Pero también es verdad que en los últimos años es un género que se ha puesto de moda y han proliferado verdaderos engendros. Ya sé que hay novelas malas de cualquier tipo (incluido el policíaco) pero tenéis que reconocer que lo histórico tiene ese matiz concreto del anacronismo que no se puede dar de la misma manera en las novelas contemporáneas, por muy malas que sean. Y una vez defendido mi punto de vista a capa y espada, Alicia y José María, pienso seguir usándoos de conejillos de indias y aceptaré encantada cualquier sugerencia que hagáis sobre buenas novelas policiaco-históricas o de cualquier otro genero.
Estoy de acuerdo con Jose María. Las novelas de Gordiano conjugan perfectamente lo policiaco con lo histórico -Cicerón está "calcado".
Otro detective policiaco-histórico o histórico policiaco es un médico amigo de Alejandro, que creó Paul Doherty.
Marco Didio Falco me terminó por cansar un poco aunque también está bien ambientado.
Los medievales resultan más cansinos aunque reconozco mi debilidad por Fray Athelstan. Y lo dejo que me estoy saliendo del tema de la entrada.
Yo también defiendo las buenas novelas de misterio históricas y después de estos comentarios tengo muchas más ganas de leer "Frío de muerte".
Se me olvidaba, Lammermoor es un alias.
Jajaja, pues me teneis que explicar mejor lo del alias, lo de los motes lo entiendo.
Como la RAE no se ha parado a marcar las diferencias, lo hace la tradición popular y creo que esto funciona así:
Dije que el alias da categoría, sí, pero dentro del hampa. Casper; el Lute; Jarabo; el chino; el Destripador... Ahora la policía reserva un campo para su inclusión en la base de datos, pero antes se indicaba con una "a" entre paréntesis: Manuel Blanco Rosamanta (A) el tendero. (Sí, ése mismo, el hombre lobo de Allariz).
El apodo, sin embargo, se reserva para gente honrada (en principio), suele ser familiar y no en pocas ocasiones coincide con el apellido: los Recio; los Rioja; los bergantes; Matapollos; los pies negros... Aún hoy en día, en muchos pueblos puedes preguntar por ellos y te indican dónde vive alguien de la familia.
El mote viene a ser lo mismo, pero personalizado y, generalmente, indica un accidente relevante del físico, o del carácter. No suelen ser nada caritativos: el gordo; el orejas;(motes evidentes); el mediahostia (por ser muy bajito); el filete (era, o es, un sobón); el munster (tenía la nariz torcida de resultas de una pelea); el sastre (era nuestro profesor de literatura y siempre decía. "Con esta clase tengo que tomar medidas)...
Visto de esta forma, Lammermoor (Lucía di), preciosa ópera de Donizetti, lo tuyo no se puede incluir en ninguno de estos apartados. Tu nombre es un seudónimo, un alter ego y, por lo general, cada uno elige uno que lo defina. ¿Por qué Lammermoor y no otro?
¡Qué conste que busqué la diferencia entre alias, mote y apodo en el D.R.A.E. antes de dejar el comentario!
Lo del mote si que tiene connotaciones "malvadas" y relacionadas con características (físicas o no) de las personas. Dominatrix es el ¿mote? que utilizo para referirme a mi... jefa.
Mi alias/alter ego/seudónimo o lo que sea efectivamente está sacado de esa ópera y tiene que ver con mi propio nombre, la historia familiar y más en concreto con una de mis tías que me llamaba así. Cuando creé el blog (con permiso de Alice me autopromociono y te invito a que lo visites) lo elegí por ese motivo. Como he dicho muchas veces, si hubiera sabido que iba a durar más de tres meses en este cibermundo hubiera elegido uno mucho más sencillo.
Muchas gracias por la explicación Manuel, ahora pienso que he sido demasiado perezosa para mirar en el diccionario, pero por otra parte si lo hubiera hecho me hubiera perdido tu lección magistral :)
Lammermoor, realmente tu apodo es complicado, pero tras tantos años ya lo escribo de corrido y sin faltas :). En mi trabajo también ponemos algunos motes, mi favorito es a una que la llaman "la abuela de la barbie".
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