Esta presentación tuvo lugar el viernes 25 de noviembre en la Librería
Estudio en Escarlata de Madrid.
Jesús Egido, editor de
Rey Lear, presenta a Alejandro Martínez Gallo, ganador del XIV Premio F. García Pavón de Narrativa Policíaca con
Asesinato en el Kremlin y a David G. Panadero, director de
Prótesis y miembro del equipo que pre-seleccionó las novelas aspirantes al premio.
Nos agradece estar en esta presentación un viernes y a Alejandro que haya venido hasta aquí.
Cuando llegó a sus manos ¿Quién mató a Tovarich Kirov?, el título original de la novela, pensó que sería un tostón de temática rusa y decidió leerlo pronto con idea de descartarlo. Le encantó.
No sabía que narraba un hecho real, y se alegra de no haberlo sabido, porque no le gustan los hechos verídicos, ni en la literatura ni en el cine, le parece que lastran la ficción. Poca gente es capaz de incluir personajes reales en las obras de ficción y hacerlo bien, quizás Woody Allen en "Midnight in Paris" donde aparece Hemingway, pocos más.
Le sorprendió su sobriedad, un contraste en un país en el que los escritores tienden a sobrescribir, quizás como herencia del barroquismo. Su escritura de calidad y su verosimilitud. Es una historia muy bien contada, donde nunca te pierdes. Con unos personajes creíbles y cercanos. Desde el principio apostó por ella y ya tenía en mente que si ganaba le encargaría la portada a
Miguel Navia, que ha hecho un trabajo maravilloso.
La novela va muy bien en ventas y si los Reyes Magos consiguen llegar a España pese a los conflictos en Oriente (a Baltasar le han herido en un ojo en la Pz. Tahrir) será uno de los más regalados de estas navidades.
David G. Panadero nos explica que la fiesta es doble porque Gallo también publica estos días
Seis meses con el comisario Gorgonio en editorial
Laria. En este libro recopila relatos aparecidos en
El Comercio de Asturias y otros inéditos.
David cree que Gorgonio se fraguó hace tiempo, cuando Alejandro decide crear héroes de una pieza como
Ramalho da Costa, el Trini, sin el sentido trágico de los héroes postmodernos. Recibió críticas de sus colegas por la solemnidad y el heroísmo (y por la falta de sexo y pornografía, apostilla Gallo).
En
La última fosa introduce al personaje de El Coronel como contrapunto a Ramalho y Gorgonio nos recuerda a él. Es un anciano que disfruta jugando al dominó, no está en plena forma ni boxea como el Trini. Sus jefes saben que es perfecto en la investigación aunque sea un excéntrico en el escenario del crimen. Provoca la hilaridad aunque no pretende ser gracioso.
Alejandro da la razón a David. Él es policía y veía novelas y series de televisión que hablaban de policías que no eran reales. Le preocupaba que los lectores se tragaran todo creyendo que era la realidad y le sacaba de juicio que algunos escritores se copiaran cosas entre ellos sin ni siquiera investigar si son verdad.
CSI no es una comisaría real, es una nave espacial. En España existen comisarías y cuarteles de la Guardia Civil que tienen ratas y donde los atestados todavía se escriben con máquina de escribir y se copia en papel carbón. Los coches de policía de Nueva York están llenos de abolladuras porque no tienen presupuesto para cambiarlos. Las pruebas no hablan, son hechos objetivos. Los investigadores les hacen hablar estableciendo conjeturas.
Mentes criminales se basa en la teoría de perfiles, que es absurda y proviene de las teorías de Lombroso que pensaba que el criminal era una tara de la evolución. Lo primero que hace alguien cuando descubre que su vecino era un asesino es decir ¡qué normal era!
Tampoco es importante que el abogado defensor crea en la inocencia de su detenido, sino que conozca toda la verdad.
Cierto autor griego utiliza escopetas de dos caños de las que saltan cartuchos (Egido, bromeando, desvela quien es y nos recomienda su última novela para conocer a fondo la situación actual griega).
Gorgonio nace como una reacción a estas historias. En cada caso destroza uno de los tópicos:
CSI España (vs CSI),
Muerte en el nido (vs Mentes criminales). Utiliza su neurona negra (frente a las células grises de Poirot).
Se comienza publicando los domingos en El Comercio, un diario del grupo Vocento, y nunca pensó publicarlo en forma de libro pues en este país no se vende bien el relato breve. Sus amigos de la editorial Laria le propusieron publicarla cambiando ligeramente cada relato para darle un sentido cronológico. Así lo hizo y nació
Seis meses con el comisario Gorgonio que sigue la trayectoria del personaje hasta su jubilación (o no).
Actualmente sigue publicando relatos como
La dalia blanca o LA discrecional que no están incluidos en el libro. Normalmente El Comercio publica algunos capítulos en internet y para leer el resto hay que comprar el periódico.
Gallo pasa a hablar de
Asesinato en el Kremlin. Hay veces que conocemos el principio y el final de una historia pero no lo que pasó en medio porque no hay datos. A Alejandro le gustan estos momentos pues le permiten, como decía Ricouer "ficcionalizar la historia". Se sabe quien mató a Serguéi Kirov aunque la verdad se mantuvo oculta durante muchos años. Jrushchov lo reveló en el XX Congreso del Partido comunista pero aunque sus palabras transcendieron fuera de la Unión Soviética no se conocieron en el país hasta los años 80. Existían pruebas, un revolver Nagant, el único que utiliza 7 balas, una navaja, un zurrón… A partir de esos hechos Alejandro construye la ficción y pone la investigación en manos de un personaje ficticio, Igor Litonev, un joven comandante de la Milicia, jefe de un distrito urbano de Leningrado.
Alejandro se aleja del hecho puro y duro, más cercano al periodismo, que alcanza con Rodolfo Walsh o Manuel Chaves Nogales su mejor expresión. Él deja vagar su imaginación sobre los hechos que no se conocen. Igor Litonev nace en su cabeza, pero alguien así debió existir, un comandante de la milicia que investigara la muerte de Kirov. El imagina una realidad y la cuenta, le apetece que fuera así y lo utiliza como una crítica de los hechos ¿Por qué murió el mejor amigo de Stalin? Por que fue su rival, ya se había librado de Trotski pero todavía no tenía garantizado el poder.
Litonev es un hombre del partido. Casado, con un hijo, vive en un piso sin baño, calza unas botas de miliciano de un número inferior al suyo pero no se queja porque cree que hay que hacer sacrificios por la revolución. Su mujer y su cuñado le insinúan que la revolución no es lo que él cree pero no será hasta que se enfrente con el NKVD (la policía política que creó Stalin para sustituir a las milicias de proletarios y campesinos) cuando se empiece a enfriar su entusiasmo.
Gallo nos cuenta que la mafia rusa tuvo su origen en la policía y el ejército. Estos cuerpos estaban creados para proteger la propiedad estatal y cuando comenzaron a surgir poco a poco los negocios privados estaban indefensos. Los miembros de las fuerzas del orden les ofrecieron su "protección privada" y así surgieron las mafias. Para evitar que algo así ocurra en Cuba la policía si protege al pequeño empresario.
La primera edición está casi agotada y en Holanda están interesados en los derechos. Es posible que escriba una continuación. La novela termina en 1936 lo que permite al autor recorrer otros grandes escenarios europeos: la guerra civil española la II Guerra Mundial.
Jesús Egido nos cuenta que Alejandro es un especialista en la memoria histórica española y en el maquis. Espera que la novela tenga una segunda parte porque le ha gustado mucho la primera y quiere saber por donde transcurrieron los pasos de Litonev. Explica que en el libro se han incluido fotos de las personas reales y un índice de personajes, como en las novelas de Agatha Christie. Para Gallo es algo imprescindible cuando los nombres son tan ajenos a nosotros como los rusos.
Al editor no le gusta la novela histórica pero esta sí por la calidad del escritor y su conocimiento de la época que hace que sea amena y apasionante. Trotski huyendo de Rusia acabó en Alemania donde le expulsaron por francófono, pasó a Francia, donde le rechazaron por germanófilo. Acabó en España que le pareció un país más árabe que europeo y terminó sus días en México. La guerra española está a punto de empezar y muchos soviéticos vienen a luchar, es un periodo histórico apasionante.
Comienza el turno del público y una persona nos explica que la ha leído en 3 días. Prefiere el título original de la novela pues
Asesinato en el Kremlin es engañoso. El libro transcurre en Leningrado y el Kremlin está en Moscú. Lo lees pensando que va a ocurrir algo en el Kremlin que nunca llega. Cree que la memoria histórica está un poco arrinconada y no llega a la gente. La novela está muy bien hecha y cree que puede contribuir a que se conozca quién era Stalin y que sucedió realmente, como se acusó a los bolcheviques, las barbaridades que se hacen en nombre de la revolución.
Jesús explica que es complicado. La novela de Gallo no es en absoluto conservadora ni anticomunista. El autor es un hombre más cercano a la izquierda que a la derecha, pero nos trae una historia que fue ocultada. Victor Serge narró también los hechos en "El caso Tulaev".
Alejandro explica que sus novelas son una manera de acercar al público la memoria histórica. Mucha gente se acerca a la Fundación Juan Muñiz Zapico o al Museo de Historia de Asturias donde hay miles de documentos y horas y horas de grabaciones para averiguar cosas sobre un periodo determinado y prefieren llevarse sus novelas como
La última fosa, que trata de la Revolución del 34 o
Una mina llamada infierno que explica las huelgas del 62.
También los cómics llegan a un público más amplio. La máscara de V de Vendetta ha saltado del cómic a las manifestaciones.
Alguien le pregunta si conduce un Hummer como Horatio y Alejandro responde que tiene un Mini de 9 años.
Le pregunto a Alejandro por la próxima de Ramalho y sus nuevos proyectos.
Para contestarme Gallo explica que existen dos modos de escribir. Hay autores que escriben sobre un único personaje, como Camilleri con su personaje Montalbano, un éxito mundial que rivaliza con Mankell. Otros, como Lucarelli, tienen varios personajes De Luca, Grazia Negro… crean un universo donde los personajes se entrecruzan.
Él tiene terminada una novela de Ramalho desde hace tres años, pero no quiere publicarla todavía. Se llama "Asesinato en Vallecas", aunque ahora tendrá que cambiarle el nombre. No quiere ser el autor de Ramalho, prefiere crear un universo en el que Litonev acabe conociendo a un Coronel de 15 años en la guerra civil. En
Seis meses con el comisario Gorgonio hay un relato largo inédito "Vallecas conection" en el que se cruzan Ramalho y Gorgonio.